Estrategias diarias, semanales y mensuales para recuperar el equilibrio frente a la hiperconexión digital

Estrategias diarias, semanales y mensuales para recuperar el equilibrio frente a la hiperconexión digital

Aprender a desconectarse del mundo online va en beneficio de nuestro bienestar mental y físico
26 October 2023

Redacción

Según el ‘Market Analysis Report’ el tamaño del mercado mundial de hiperconectividad tiene una previsión de expansión, en tasa de crecimiento, del 20,3% -en cuota de mercado- entre 2022 y 2030. La demanda de una vida conectada está impulsada por la tecnología avanzada de software, la integración de redes, los avances en internet de las cosas (IoT), servicios en la nube, movilidad, inteligencia artificial… y las instituciones como el Instituto Nacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) de España advierten de la importancia de saber desconectar. Para ellos activan campañas como #PulsaOffParaEstarOn

La necesidad de evitar la hiperconectividad para preservar la salud mental y física tiene que entrar en el autocuidado de las personas y también se incluye en la prevención de riesgos laborales de las empresas. Como dato orientativo del tipo de riesgo que estamos afrontando a nivel personal y profesional se pueden destacar las 6 horas y 37 minutos diarias, de promedio, que los internautas de todo el mundo pasaron utilizando internet en el tercer trimestre de 2022. Esta información publicada en el ‘Digital 2023: Global Overview Report’ es un tiempo que ya se ha reducido en unos 20 minutos respecto al mismo periodo del año anterior pero esos minutos continúan siendo una buena porción del tiempo de vigilia de las personas.

Obligación de desconectar

La creciente digitalización de la economía y de los entornos laborales ha aumentado la exposición de las personas -a nivel organizativo, de planificación y evaluación- a los entornos digitales. Por ejemplo, el INSST, advierte que la digitalización “condiciona las relaciones laborales, los derechos de las personas trabajadoras, genera nuevas y emergentes formas de organización de la actividad laboral y produce o intensifica algunos factores de riesgo, fundamentalmente ergonómicos y psicosociales”.

Por esta razón las organizaciones deben tener una política interna de desconexión digital que no se puede establecer “porque sí” sino que debe ser consultada previamente con los trabajadores y trabajadoras. La política tiene que incluir las medidas concretas para favorecer la desconexión digital e implementar las reglas de disponibilidad en los puestos de trabajo que lo requieren.

Además, hay que desarrollar acciones de formación y sensibilización para toda la plantilla para evitar o reducir los efectos de la sobreexposición tecnológica y la conectividad permanente. El ejemplo que den, con sus comportamientos y hábitos, la alta dirección, mandos intermedios y, en definitiva los líderes de equipo, es crucial para implantar una cultura preventiva digital.

Efectos de la hiperconectividad en la salud

Favorecidos por el uso de dispositivos digitales, podemos experimentar impactos negativos como:

  • Trastornos del sueño.
  • Fatiga digital.
  • Disminución del rendimiento cognitivo.
  • Problemas de concentración.
  • Ansiedad.
  • Síndrome visual informático.
  • Tendinitis en la muñeca, dedo pulgar y antebrazo.
  • Lesiones o malestar relacionado con la postura de uso de los dispositivos como el ‘text neck’
  • Síndrome de la vibración fantasma.
  • Síndrome del túnel carpiano.

Estrategias de desconexión diaria

-- Establecer horarios fijos para revisar correos electrónicos y redes sociales.
-- Realizar descansos cortos desviando la vista de la pantalla de forma regular y frecuente a lo largo de la jornada laboral. Desviar la vista al horizonte -a través de la ventana, mirando al fondo de la habitación, comentando temas con un compañero o compañera al tiempo que se hace contacto visual… pueden ayudar a rebajar el nivel de esfuerzo vinculado a la vista.

-- Levantarse cada hora, dar un pequeño paseo y realizar unos ejercicios de estiramiento de cuello, hombros y brazos.

-- No atender correos ni llamadas ni mensajes fuera del horario límite normativo excepto urgencias muy justificadas que deben estar estipuladas y acordadas a nivel interno.

Cada semana

Dedicar un día a la semana a actividades que no impliquen el uso de dispositivos electrónicos: paseos al aire libre, lectura de libros impresos o manualidades, pasar tiempo con amigos…

Mes tras mes

-- Revisar los propios hábitos digitales identificando cumplimientos e incumplimientos para mejorar en este compromiso.  

-- Establecer un fin de semana de desconexión digital completa. Tiene que ser real. Durante dos días estar en un plano totalmente analógico sin caer, siquiera, en la tentación de consultar la mensajería rápida.

Adoptar estrategias de desconexión es un camino hacia un estilo de vida más saludable y equilibrado que nos ayuda a mejorar nuestra salud mental, favorece nuestras relaciones interpersonales, potencia nuestra capacidad de concentración y mejora nuestra productividad. Y, por supuesto, protege la intimidad y favorece el descanso y la conciliación.

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