Acoso laboral: un arqueólogo, condenado en firme a un año de cárcel

Acoso laboral: un arqueólogo, condenado en firme a un año de cárcel

Un juzgado le impone prisión e indemnizar con más de 25.000 euros a una funcionaria por infligirle un «trato degradante» que generó «estrés postraumático»
14 April 2021

La sentencia contra el arqueólogo municipal de Crevillent (Alicante) es firme dado que no ha sido recurrida por ninguna de las partes. El juzgado de lo Penal número 3 de Elche ha condenado a un año de prisión al arqueólogo municipal de Crevillent y director de los museos municipales, por acoso laboral a una trabajadora. En concreto, la sentencia lo acusa de «un delito contra la integridad moral», al considerar probado que «infligió un trato degradante a una funcionaria que estaba a su cargo, -delito tipificado en el artículo 173.1 del Código Penal-, sometiéndola a presiones y tratos degradantes que le causaron trastorno de estrés postraumático», según cita textualmente el fallo al que ha tenido acceso este periódico.

La sentencia obliga al arqueólogo municipal de Crevillent a indemnizar a la víctima con cantidades que suman más de 25.000 euros, por los días de baja médica que permaneció la trabajadora como consecuencia del trato dispensado, así como por las secuelas padecidas.

El fallo declara probado que como consecuencia de los hechos citados, la funcionaria estuvo sometida a tratamiento farmacológico y psiquiátrico. Asimismo, en abril de 2013 la Seguridad Social declaró que la baja de la trabajadora tenía su origen en un accidente de trabajo.

La víctima, representada por el bufete Ferrer Pallás, tuvo que soportar faltas de respeto continuadas e insultos, tal y como confirmaron los diferentes testigos que prestaron testimonio ante el juez. El acusado le prohibió relacionarse con terceras personas en su quehacer diario y llegó a abrir los mensajes del correo electrónico de la víctima, para después retirarle este recurso para trabajar. También le retiró el teléfono y omitía su nombre en los trabajos realizados.

A su vez, siempre según confirmaron los testigos, el condenado acusó a la trabajadora de «ser una espía» y la amenazó con abrirle expediente disciplinario, todo ello «en un contexto en el que gritos y palabras humillantes llegaron a tener que ser soportados en situaciones especialmente tensas».

Entre los insultos proferidos por este funcionario con cargo directivo en el Ayuntamiento figuran en la sentencia los aportados por los testigos, bajo juramento, tales como «malnacida» y «malfollada», entre otros, así como numerosos comentarios despectivos de tipo sexual. También aseguraron los testigos que le decía que «iba a acabar con ella», manifestando a alguno de los testigos que su intención era «cargársela», con comentarios del tipo «ésta no sabe lo que le espera», tal y como corroboraron los citados testigos ante el juez.

Fuente: Lainformacion

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