Una médico denuncia a la dirección del hospital donde trabaja por acoso laboral

Una médico denuncia a la dirección del hospital donde trabaja por acoso laboral

"Me están destrozando la vida, yo sólo quiero cuidar de mis pacientes", ha declarado
19 June 2015

­María del Mar Luque es médico de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Comarcal de Ronda desde hace diez años, donde trabajaba junto a su marido. Hace unos años sufrió un accidente en el que se fracturó la mano y la dirección estimó, un año después y a raíz de una denuncia ajena, que no había sido un accidente laboral. Fueron expedientados y recurrieron en el juzgado. Fue entonces cuando comenzó un calvario que ha culminado con el despido de su marido y con una depresión severa por parte de ella, previa denuncia en el juzgado de lo penal de Ronda al gerente y varios cargos más del centro sanitario.

«Yo sólo quiero cuidar de mis pacientes, me están destrozando la vida», afirma a La Opinión una desconsolada María del Mar que no entiende cómo ha llegado a esta situación.

Todo comenzó, siempre según la versión de la mujer, en 2011, cuando salieron varias plazas de interino para el hospital. Ella estaba contratada y no le permitieron acceder a una de esas plazas. Relata que le dijeron a su marido que la volverían a renovar según se portara. «Esto parte de una animadversión personal», asegura la mujer, que cayó en una depresión que le obligó a darse de baja. Un mes después la Inspección de Trabajo la hizo volver, motivo por el que ella, que no se sentía con fuerzas ante el mal ambiente que había y el acoso que padecía, decidió pedir una adaptación del puesto de trabajo. «Estuve dos años así. Los compañeros que me acosaban empezaron a hablar mal de mí, a decir que no hacía nada. Pero es que en ese nuevo puesto no debía hacer guardias», señala la mujer, que asegura que se sentía incapaz de asumir la reponsabilidad de cuidar de los pacientes más delicados del hospital dada su situación psicológica.

Entonces, descubrió que parte del personal supuestamente había vulnerado la ley de protección de datos accediendo a su historial y, más concretamente, al área de salud mental. «Llegaron a imprimirla como si fueran panfletos», critica. Su historial clínico se había convertido en una octavilla y entonces, UGT decidió tomar partido. Hizo un informe psicosocial y determinaron que en la UCI de Ronda había un índice muy elevado de carga de trabajo, problemas de comunicación y que la parte médica necesitaba apoyo psicológico. «Pero el hospital no hizo nada. Se convocó a los trabajadores y no vinieron», relata María Jiménez, delegada sindical de UGT. Durante la adaptación, la médico se quedó embarazada. «Pese a estar de baja por riesgo me hacían ir todos los meses a renovarla y me llegaron amenazas a través de mi marido», cuenta la médico, que relata que el estrés le adelantó el parto en junio de 2013. Entonces se decidió a denunciar. «Su acoso me precipitó el parto, podíamos haber muerto mi hijo o yo», afirma la mujer, que ya ha declarado ante el juez y está pendiente de que se celebre juicio.

En junio del año pasado volvió a hacer guardias. «La situación de trabajo era insostenible, ellos no querían que estuviera allí, pero la realidad es que los pacientes me quieren y mi marido es un médico excepcional». El diciembre pasado vio como una compañera cometió una posible negligencia y decidió informarlo a sus superiores. «Puse en la historia clínica que no me habían avisado de un problema. Si no se informa, pueden creer que es una negligencia mía», señala María del Mar Luque, que apunta a que la supervisora de enfermería reunió entonces a los trabajadores de la UCI fuera del hospital y les pidió que firmaran un documento en el que se afirmaba que ella les acosaba y que escribía falsedades en las historias clínicas. Algunos, después, le confesaron que se habían sentido coaccionados para firmarlo. Más tarde, abrieron un expediente informativo contra ella. «Entonces, el gerente llamó a mi marido y le dijo que tenía que dimitir». Se negó y le echaron por falta de confianza. El 31 de enero de 2015 le despidieron después de 20 años de trabajo para el SAS. Él también ha denunciado la situación y UGT cree que ganará la causa, pues aún hoy sigue en el paro pese a tener 93 puntos en la bolsa de trabajo. «Y el último puesto cubierto ha sido con 31 puntos», dicen incrédulos desde UGT, que cree que esta historia es fruto del despropósito y muy difícil de entender.

El 18 de febrero, María del Mar no pudo más y sufrió una crisis de ansiedad en la UCI que le ha llevado a una grave depresión. «Vivo en un pisoteo continuo, no tengo seguridad jurídica y hacen lo que quieren, si quieren me pueden hasta apartar», denuncia la mujer, que asegura que sólo quiere ejercer su trabajo. «Es lo que me gusta hacer en la vida, es el sitio en el que he elegido trabajar», apunta, al tiempo que explica que hasta sus hijos, de seis y dos años, se están viendo afectados psicológicamente por la situación que atraviesan sus padres. Este periódico se puso en contacto con la dirección del Hospital Comarcal de Ronda. Fuentes del centro aseguraron que no tienen constancia de ninguna denuncia por acoso laboral.

Fuente: La Opinión de Málaga

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