Métodos Inclusivos en Ergonomía

Manufactura se define como el proceso de convertir o transformar  materiales de entrada o insumos, en productos terminados a los que se les ha dado un valor agregado. La secuencia de insumo-conversión-producto comienza con la unidad más pequeña de la actividad productiva, a la que se le conoce como operación o proceso. Cada operación es parte de una etapa dentro del proceso global de producción, las etapas están organizadas en secuencias que definen un sistema de producción mayor.

El sistema de producción a utilizar por una empresa  se ve condicionado por el producto a fabricar, de él se derivan los procesos que se han de seguir y al que se asignan las tareas a cada uno de los operarios.

La asignación de tareas u organización del trabajo define la manera en que este va a ser estructurado, dividido, procesado y supervisado. No existe un metodología especifica a utilizar para la asignación de tareas en cada sistema de producción, es decir no existe un formula “mágica” que aplicar con la cual podamos definir que tarea se le debe asignar a cada individuo. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es analizar las tareas que hemos asignado, conocer las demandas físicas y mentales que tiene sobre el operario, así como los factores de riesgo, obtener datos que nos permitan conocer cuáles son los puntos de la tarea que podemos rediseñar para hacerla más segura y eficiente.

Debido a que cada tarea es parte de un proceso de producción mayor,  no puede ser estudiada como un hecho aislado. Así pues, se debe conocer la interacción que tiene con otras tareas,  con otros individuos, con la empresa en general. Entonces, lo que debe analizarse no es la tarea, sino todo el sistema de trabajo.

Los métodos de análisis para los sistemas de trabajo deben ser modelos inclusivos en los que se tomen en cuenta todos los factores del sistema como serian:  la interacción entre la tarea y el operario, la carga física, la carga mental, los elementos del medio ambiente, los elementos de la organización, los elementos sociales y las capacidades de cada individuo. La mayor parte de los métodos hasta ahora desarrollados se enfocan tan solo a uno o dos de estos factores, de información concerniente al operario, o bien de la organización. Tan solo unos pocos son capaces de evaluar estas dos partes, operario y organización, como un solo sistema. Aún los sistemas que son capaces de evaluar los sistemas de trabajo como un todo, muestran deficiencias en la cuantificación de riesgos. 

Ahora, es necesario diseñar métodos de análisis de sistemas de trabajo que ayuden  a evaluar la asignación de tareas como parte de un sistema mayor. Estos  métodos deben ser  validos,  en sus contenidos y en sus criterios, útiles, reportando datos fáciles de interpretar y usar,  y deben poder ser consistentes y comparables en sus resultados con otros métodos.

Ejemplos de métodos de análisis inclusivos son el desarrollado por McCormik et al. (1969) conocido como el Cuestionario de Análisis de Posición (PAQ) en el cual se busca dar una descripción precisa de comportamiento humano, para ello esta organizado en diferentes secciones como: información de entrada, procesos mentales, salida de trabajo, relaciones con otros operarios, contexto de trabajo y otras características de la tarea. Otro método inclusivo es el AET, desarrollado por Rohmert y Landau (1983) para el Gobierno Alemán, que creían que el análisis de las tareas debía realizarse con respecto a la tarea misma y al lugar de trabajo. Uno de los últimos métodos desarrollados es el RSI de Guo et al (1996) que incluye un índice para el factor de estrés, que se deriva del supuesto que los parámetros de la tarea influyen en el trabajo en general y viceversa.

Aun cuando los métodos de análisis inclusivos desarrollados hasta ahora incluyen la mayor parte de los factores que componen el sistema de trabajo, dejan sin evaluar el área de riesgos laborales, esencial para el rediseño de las tareas y áreas de trabajo. Así pues deben desarrollarse métodos de análisis que satisfagan las demandas de la empresa como calidad y flexibilidad además de optimizar el bienestar humano. Actualmente en el Centro de Ergonomía y Prevención (CEP),  investigamos y estudiamos los métodos existentes, para  desarrollar un método que  permita la inclusión de los riesgos laborales como parte de los parámetros esenciales en la evaluación de los sistemas de trabajo.