Integración de la prevención en fase de Proyecto de Construcción

Integración de la prevención en fase de Proyecto de Construcción

Friday, 5 June 2009

Las 2/3 partes de las Causas Básicas de los accidentes en construcción tienen su origen en las decisiones adoptadas con antelación al inicio de los trabajos de construcción, singularmente en fase de Promoción, Contratación, Diseño Constructivo y de Equipos y Medios Auxiliares, habitualmente utilizados en el sector.

Se ha pretendido sistematizar el cuestionario habitual para el Estudio Científico del Trabajo, con la finalidad de adaptarlo a la especial idiosincrasia de la construcción. La aplicación práctica a partidas críticas de obra, permite esbozar el camino de una paulatina introducción de Protocolos de Trabajo Seguro en el Sector de la Construcción.

Desde la Revolución Industrial, la innovación en la construcción ha sido relativamente lenta comparada con la mayoría de las industrias manufactureras, por lo que se ha convertido paulatinamente en un sector socialmente poco valorado que realiza prototipos a escala 1:1 con una gran componente artesanal. Según el informe Atkins sobre ESTRATEGIAS PARA EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN elaborado para la Comisión de las Comunidades Europeas, la construcción ocupa en la CEE a 9 millones de trabajadores, de los nuestro país aporta más de ¼ parte, en gran medida y en su conjunto, con un bajo nivel de cualificación que hace fracasar la introducción de nuevas tecnologías. Sobre las 1.102.150 empresas censadas en la CEE, el 90,65% emplean a menos de 10 trabajadores y únicamente el 8,79% emplean entre 11 y 100 trabajadores.

El informe Pierre Loret, en 1991, contribuyó en su momento, a esclarecer a los legisladores comunitarios que redactaron la Directiva 92/57/CEE de OBRAS TEMPORALES O MÓVILES sobre las prioridades de actuación para reducir la siniestralidad del sector. Dicho informe indicó que el 15% de la totalidad de accidentes de trabajo en la CEE lo acapara la construcción, elevándose el número de accidentes mortales al 30% del total. El sector de la construcción únicamente ocupa al 7% de asalariados de la CEE. A mayor abundamiento, el número de accidentes por horas trabajadas, es el doble de la media de todos los sectores, siendo el número de jornadas perdidas como consecuencia de éstos accidentes, el triple de la media de todos los sectores.

Concluye el informe Pierre Lorent afirmando que el 63% de las Causas Básicas de los accidentes mortales en construcción (35% en Concepción / Diseño + 28% en Organización / Planificación) tienen su origen en decisiones u omisiones generadas durante las etapas previas al inicio de los trabajos de construcción, apuntando a Promotores y Directores de Proyecto como figuras clave para reducir, la accidentabilidad en las obras.

Al margen de su coste en vidas y desgracias personales con una altísima repercusión social en el entorno de los trabajadores y empresas directamente afectados, los accidentes laborales tienen un enorme coste económico, que está cifrado entre el 2 y el 4 % del Producto Interior Bruto (PIB) de España. Se estima por los especialistas, que los Costos no Asegurados (indirectos u ocultos) son 4 veces superiores a los Costos Asegurados (directos) pagados por los empresarios. Es la imagen cásica del iceberg, en la que los Costos no Asegurados constituye la parte sumergida.

El anteriormente mencionado informe Atkins, advierte que el gasto en I + D de construcción debe incrementarse desde su nivel actual de alrededor del 0,1% del PIB, hasta igualar al menos la media de los otros sectores, que desde hace muchos más años que en nuestra actividad, es del orden del 0,2%, y que la carga debe repartirse entre los gobiernos, el sector y los clientes. Ello equivaldría a un valor entre el 2 y 3% de la facturación del sector de la construcción, por lo que debería haber estímulos a la investigación por parte de la industria de la construcción, especialmente en colaboración con los colegios profesionales, escuelas politécnicas, universidades y fabricantes de equipos y medios auxiliares.

También concluye el informe indicando que los organismos públicos deben actuar como “clientes ideales”, utilizando su poder de compra para promover la calidad, la innovación, la seguridad, unas técnicas de contratación profesionales, así como para fomentar el uso de sistemas de clasificación y normas de buena práctica por parte del sector.

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