Diseño para todos: una nueva manera de proyectar en el siglo XXI

Diseño para todos: una nueva manera de proyectar en el siglo XXI

Friday, 30 January 2004

Los responsables de la configuración y transformación del medio en que vivimos –arquitectos, urbanistas, diseñadores, fabricantes...- tenemos un nuevo reto: facilitar la vida a todos los usuarios, pensando en las diferentes fases de nuestras vidas, desde la infancia a la vejez. 

En la introducción del texto Concepto europeo de accesibilidad, se subraya que las instalaciones construidas deben basarse en el principio de que las personas son distintas, si bien esto no se consigue creando instalaciones propias para cada individuo ni para cada categoría aislada de personas, sino integrando las distintas necesidades de las personas en instalaciones que puedan utilizar todos los usuarios.

“Un buen diseño ha de considerar la variabilidad de los usuarios en cuanto a sexo, dimensiones, edad, cultura, destreza, fuerza y demás características que se ajusten a las necesidades y limitaciones humanas, consiguiendo una mejora de la calidad de vida de todos sus usuarios”. 

Es decir, todos queremos vivir cuantos más años mejor, y todos sabemos que cuando llegamos a mayores tendremos problemas en nuestra movilidad, vista y oído; por tanto, si diseñamos los espacios, los edificios, los transportes y las comunicaciones pensando en estas premisas, nos servirán a lo largo de toda nuestra vida, incluso si utilizamos una silla de ruedas o bastones para deambular, o bien tenemos dificultades auditivas y/o en la vista. 

El éxito comercial del producto diseñado con estas premisas está asegurado, porque sus características ergonómicas pasarán desapercibidas para la mayoría de usuarios, pero aquellos que las necesiten las encontrarán con facilidad, y desecharán rápidamente aquellos productos que no las contemplen.

Si no conseguimos que los usuarios sean más autónomos en su relación con el entorno y su medio físico, ¿quién asumirá ese coste?, ¿quién cuidará de ellos?, sobre todo ahora que la población mundial, gracias a los avances en medicina, vive muchos más años, y que cada vez hay más personas con graves discapacidades debido a los accidentes y enfermedades. 

Un reciente e innovador estudio llevado a cabo en España, con subvención del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, demuestra que los ciudadanos consideran la accesibilidad en las viviendas como un criterio de calidad, estando dispuestos a pagar hasta un 12% más por una vivienda accesible, frente a una sin estas ventajas. 

Actualmente, en todas las comunidades autónomas de nuestro país existe normativa de obligado cumplimiento, que se ha de aplicar en las actuaciones de obra nueva y gran rehabilitación, en los elementos de la urbanización, en las reformas, ampliaciones y/o cambios de uso en edificios y locales públicos o privados de uso público, en las viviendas con obligación de instalar ascensor, e incluso en viviendas plurifamiliares superiores a planta baja y piso, reservando un espacio para la instalación de un futuro elevador practicable para P.M.R. (personas de movilidad reducida), y también en todos los vehículos de uso público de titularidad pública o privada dedicados al transporte de personas. 

En Cataluña esta normativa se concreta en el Código de Accesibilidad de Cataluña de promoción de la accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas, y en el nuevo Decreto 28/1.999, sobre el nivel de habitabilidad mínima objetiva exigida en las viviendas de nueva edificación o resultantes de una reconversión o gran rehabilitación de edificio existente, unificando los requisitos exigibles como mínimos tanto para viviendas libres como para las de protección oficial. 

Estas normas inciden directamente en la mejora de la calidad de vida de todos los ciudadanos, y particularmente para el sector cada vez más amplio de la población de personas con limitaciones provisionales o definitivas de su movilidad. Actualmente el 30% si consideramos a la gente mayor, señoras embarazadas, personas que acompañan carritos de niños o carros de la compra, personas accidentadas temporalmente, personas con graves discapacidades, personas cargadas de paquetes, etc. Cumpliendo con ellas, la manera de diseñar de nuestro país cambiará substancialmente, y cuando alcancemos la tercera edad, lo agradeceremos todos, porque tendremos muchos menos problemas que nuestros padres para poder realizar una vida mucho más autónoma y normalizada. 

Cabe destacar, entre las novedades de estas normas, que todas las puertas de los servicios higiénicos, cocinas, distribuidores y recibidores tendrán un acceso de 0,70 m. como mínimo, y si estas estancias están adaptadas para P.M.R. este acceso será de 0,80 m. Habrá un ascensor, cuando el recorrido de acceso que une la vía pública con cualquier vivienda implique salvar un desnivel de 3 o más plantas, o una altura de 12 m. Cuando este recorrido implique salvar un desnivel de 6 o más plantas, o una altura de 21 m., se instalarán dos ascensores. Por supuesto, las personas con graves limitaciones podrán acceder autónomamente hasta estos ascensores y las dimensiones de las cabinas serán aptas para usuarios en silla de ruedas. 

En Barcelona y ciudades de su entorno metropolitano, gracias a la celebración de los Juegos Olímpicos y Juegos Paralímpicos en 1.992; ha habido una gran transformación urbana, teniendo en cuenta estos requerimientos; por ejemplo, todas las instalaciones deportivas de competición y entrenamiento que se utilizaron durante los Juegos Olímpicos, también fueron utilizadas durante los Juegos Paralímpicos al ser accesibles; la Villa Olímpica fue la misma Villa Paralímpica; y hoy en día toda la ciudadanía de Barcelona disfruta de estos equipamientos; así mismo cada vez más nos encontramos rebajes en los pasos de peatones de las aceras, ascensores que comunican los parking subterráneos con la vía pública, autobuses de piso bajo; ferrocarriles, metro y tranvías aptos para todo tipo de personas con graves limitaciones en su movilidad; restaurantes y bares con acceso a pie plano directo desde la acera, sin ningún escalón en su entrada; pasarelas y rampas de acceso directo desde la acera, pasarelas y rampas de acceso a las playas, centros comerciales y cines con ascensores; y todo realizado con un diseño normalizado que pasa desapercibido a la mayoría de usuarios, pero que todos agradecemos, sobre todo si padecemos alguna discapacidad o nuestros hijos van en un carrito de bebé, etc. 

Como conclusión final, y después de comprobar en diferentes jornadas nacionales e internacionales, con el apoyo de diferentes administraciones públicas, instituciones particulares, colegios técnicos profesionales, etc., el éxito del concepto DISEÑO PARA TODOS, quisiera mencionar lo importante que es realizar estas actuaciones con rigor, conociendo exhaustivamente el mercado de las diferentes ayudas técnicas, y exigiendo de nuevo que exista un control de obra por parte de los organismos competentes, para asegurar unas soluciones bien realizadas, incluso contemplando aquellos detalles que son tan necesarios para aquellos colectivos de personas muy afectadas según sus discapacidades; una formación de estas materias en las diferentes escuelas dedicadas al diseño, y unas campañas de sensibilización en los diferentes medios masivos de comunicación, para conseguir entre todos, una sociedad más adecuada y confortable para toda la ciudadanía. 

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