Diseñar pensando en la diversidad

Una de las definiciones más operativas de la ergonomía es la que la presenta como la ciencia de adaptar productos y procesos a las capacidades y características humanas, para mejorar el bienestar de las personas y su productividad. Esta adaptación a las capacidades (o discapacidades) resulta central en la ciencia ergonómica.

El año 2003 ha sido declarado Año Europeo de las personas con discapacidad. Por ello, queremos hacer esta reflexión en torno a la adaptación del entorno objetual a las personas y a la diversidad, una reflexión acerca de las ventajas que tiene proyectar el ambiente teniendo en cuenta que los seres humanos se diferencian unos de otros en muchos aspectos.

Algunos aspectos que los diferencian tienen que ver con su edad, con su capacidad de oír, ver y desplazarse, así como con la presencia transitoria o permanente de situaciones discapacitantes debidas a algún tipo de retraso mental o físico, a dificultades de comunicación, accidentes, etc. Estas diferencias no se refieren exclusivamente a su condición física; están relacionadas con factores cognitivos, sensoriales, dimensionales y culturales que afectan de forma directa la manera como los seres humanos se relacionan con el medio que los rodea.

Cuando se habla de ser humano y ambiente, intrínsecamente se hace referencia al concepto de actividad. Dichas actividades que forman parte de la cotidianidad de las personas están condicionadas a llevarse a cabo en entornos sociales diferentes y fragmentados, tales como el sanitario, educativo, laboral y recreativo entre otros.

Dentro de estos entornos se establecen relaciones de varios tipos: interacciones entre personas, entre personas y objetos y entre personas y espacios , empleando cada uno su propio código de comunicación.

Muchas veces las respuestas que el entorno objetual ofrece no se corresponden con las características de quienes lo habitan; y si se piensa que cada uno de estos entornos está ocupado por seres diversos, parecería lógico pensar que las soluciones que se propongan en dichos entornos sean diferentes.

En virtud de la diversidad de la que se habla propongo una profunda reflexión a quienes participan y son responsables de la planificación de los entornos sociales (arquitectos, diseñadores, ingenieros, administradores, fabricantes, etc) para que cuando proyecten piensen que el objetivo de solucionar las necesidades del "individuo", visto de manera monolítica y estandarizada, debe sustituirse por una propuesta de diseño global, que incluya la mayor parte de los beneficiarios, consiguiendo que sea lo más flexible e integradora posible y que ofrezca el mismo nivel de confort, seguridad y autonomía a una amplia franja de usuarios.

Desde estas líneas queremos que esta reflexión nos sirva de recordatorio, pues si el diseñar en la diversidad es una de las prestaciones de la ergonomía, diversidad y discapacidad son cuestiones que nos conciernen a todos.