Carteles de prevención de principios del siglo XX

Carteles de prevención de principios del siglo XX

La colección de carteles sobre prevención de accidentes laborales del Archivo Nacional de Cataluña

La prevención, ¿Una necesidad intemporal?

El esfuerzo por reducir los riesgos en el trabajo ha sido una constante a partir del siglo XIX, especialmente en los países más desarrollados. Con desigual intensidad, administraciones,  mutuas,  gremios,  patronales  y sindicatos se han interesado por el tema durante los dos últimos siglos.

Si bien esta preocupación ha servido para reducir o evitar ciertos riesgos, muchos de los problemas actuales son similares a los de hace cien años. Ésta es la conclusión que podemos extraer si se comparan las noticias que aparecen hoy día en los medios de comunicación con los mensajes que se propagan en los carteles de 1925-1937 sobre riesgos en el trabajo de la colección del Arxiu Nacional de Catalunya (ANC), pues, entre los mensajes más repetidos encontramos los siguientes:

  • Hay que evitar o prevenir los accidentes.
  • Usa el vestuario o equipo de protección adecuado para la cara, ojos, manos, espalda, etc.
  • Usa correctamente la maquinaria, las herramientas, etc.
  • Cuidado porque se romperá, no aguantará, caerá, se hundirá, explotará...
  • Los accidentes se previenen o se lamentan.

¿Podemos considerar estos eslóganes obsoletos? Después de consultar las web del Ministerio de Trabajo e Inmigración [1]  y del Departamento de Trabajo de la Generalitat de Catalunya [2] no parece que hayan caducado, pero, ¿llegará el día en que estos mensajes ya no sean necesarios? De momento, ese día no parece próximo.

Así pues, la colección de 734 carteles sobre prevención de accidentes laborales editados aproximadamente entre 1925 y 1937 por países industrializados mayoritariamente de Europa y algunos de América del Norte y Australia, si por la antigüedad de los ejemplares forma parte del patrimonio histórico documental, por el contenido y actualidad sigue siendo de interés general.

En el siglo XIX, los progresos de la mecánica, la física y la química aportaron muchas ventajas a la industria en general, pero también fueron la causa de muchos y graves accidentes que sufrían los trabajadores. Por este motivo, los países más industrializados des- arrollaron normativas para garantizar la cura de lesiones, indemnizar por incapacidad o defunción y regular la prevención para evitar riesgos en el trabajo.

En España, el 30 de enero de 1900 las Cortes aprobaron la Ley sobre Accidentes del Trabajo en los establecimientos industriales y seis meses después se publicó el Catálogo de mecanismos para prevenir y evitar los accidentes del trabajo.

Las campañas oficiales sobre prevención empezaron en el siglo XX, y Estados Unidos fue el país pionero organizando sus primeras campañas en 1908. En España a partir de la segunda década del siglo se llevaron a cabo algunas iniciativas al respecto pero, según especialistas del momento [3], se caracterizaron por ser sectoriales y aisladas las unas de las otras.

Al parecer, a partir de la Segunda Conferencia Internacional de Psicotecnia aplicada a la Orientación Profesional y a la Organización Científica del Trabajo que se celebró en Barcelona en 1922 aumentó el interés por el tema. Durante la década de los 20 y los 30 se publicaron diversos artículos y libros sobre prevención de accidentes domésticos, de tráfico o del trabajo, se impartieron conferencias en congresos y jornadas de sectores industriales concretos, se editaron carteles, algunos de los cuales se reprodujeron en calendarios de bolsillo, y se organizó alguna que otra exposición. En Cataluña, no fue hasta diciembre de 1936, ya en guerra, cuando la Consejería de Trabajo de la Generalitat de Catalunya diseñó un plan para mostrar a los trabajadores dónde y cómo se podían producir los peligros y cómo se debían evitar. Para este fin, la Consejería llevó a cabo una campaña de difusión y se sirvió sobretodo de uno de los medios de propaganda más utilizados en la época: el cartel publicitario.

¿Hay algo mejor que un cartel para difundir ampliamente un mensaje? Se pueden hacer múltiples ejemplares, su coste puede ser mínimo y no se necesita ninguna sofisticación para exponerlo ni para verlo. En el diseño, el margen de creatividad y los recursos a utilizar para propagar su contenido son considerables; lo son hoy y lo eran también en el primer tercio del siglo XX, cuando el arte del cartel vivía su época dorada.

Por todo ello, el cartel anunciador fue un recurso muy utilizado por organizaciones sindicales, empresas y administraciones públicas del siglo pasado para hacer frente a la siniestralidad que aumentaba al ritmo de la industrialización.

La campaña sobre prevención de accidentes laborales de 1937

La colección de carteles que ha llegado hasta nuestros días ya se exhibió íntegramente en 1937 –hace setenta años y en pleno conflicto bélico– en la Primera exposició de cartells nacionals i internacionals sobre prevenció d’accidents del treball que con motivo de la Croada de la Previsió (Cruzada de la Previsión) a través de la Comisaría General de Seguridad Social organizó el Departamento de Trabajo y Obras Públicas de la Generalitat de Catalunya.

Con el nombre de la Croada de la Previsió se diseñó una campaña que comprendía el siguiente programa  de actividades:

  1. Un concurso de carteles sobre temas de prevención de accidentes en industrias propias de Cataluña (textil, químicas, construcción, metalurgia, etc.),
  2. Una exposición de carteles nacionales e internacionales en Barcelona que después se convertiría en itinerante,
  3. Un ciclo de conferencias,
  4. La edición de un calendario mural con la reproducción de 52 carteles internacionales.
  5. La divulgación de un calendario de bolsillo reproduciendo los carteles premiados en concurso.

La prensa de la época divulgó ampliamente la campaña. Diarios como La  Vanguardia, Las  Noticias  y  Diario  de  Barcelona,  entre otros, hablaron mucho de ello durante los primeros meses de 1937. Para recopilar todo lo que se había hecho, la Consejería de Trabajo de la Generalitat publicó en 1938 el folleto “La tasca de propaganda per a la prevenció dels accidents del treball portada a terme per la Comisaría d’Assegurances Socials” (La tarea de propaganda para la prevención de los accidentes del trabajo realiza- da por la Comisaría de Seguridad Social). La prensa de la época y el mencionado folleto son los testimonios documentales  que  nos han  permitido  reconstruir  la  exposición  de carteles nacionales e internacionales.

Según las  fuentes  consultadas, todos los actos de la “Croada” tuvieron lugar en el vestíbulo subterráneo de la estación de los Ferrocarriles de Sarrià, estación situada en la plaza de Catalunya de Barcelona. Se habilitó este espacio porque era suficientemente grande como para acoger la gran muestra de carteles y también por ser frecuentado diariamente  por  muchos  trabajadores.  Allí  se expusieron tanto los carteles nacionales que participaban en el concurso como la colección de carteles internacionales. En total, cerca de un millar.

La exposición de Barcelona se inauguró el 23 de enero de 1937. Luego la muestra itineró por Manresa, Vilafranca del Penedès, Girona, Igualada, Badalona, Mataró, Terrassa, Sabadell y Figueres, ciudades industriales alejadas en ese momento del frente de guerra.

Las conferencias que se impartieron en el marco de la “Croada” versaron sobre:

  1. Importancia práctica de la orientación y la selección profesional en la prevención de accidentes, a cargo del Dr. Emili Mira, director del Instituto Psicotécnico de la Generalitat de Catalunya.
  2. Los accidentes del trabajo en su doble aspecto económico y social, a cargo del abogado Antoni Rato.
  3. Acotaciones sobre la ley de accidentes en el trabajo, de Josep Baixeras i Renom, jefe de la Oficina de Mutilados de la guerra.
  4. Accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, a cargo del Dr. Josep A. Trabal.

A concurso se presentaron 140  originales,  de los  cuales nueve fueron premiados.  El  primer premio, dotado con 1.000 pesetas, se declaró desierto,  pero  su  importe  se  distribuyó  en cinco accésit de 200 pesetas cada uno. El segundo premio, retribuido con  850  pesetas, fue para Badia Vilató, por el cartel titulado “Evita accidents de treball” (Evita accidentes de trabajo). El tercer premio, de  700  pesetas, para Ramon Martí, por “Obre r. Compte amb els perills elèctrics” (Obre ro. Cuidado con los peligroseléctricos). El cuarto, de 600  pesetas, para M. Friedfeld, por “La distracció d’un pot costar la vida de molts” (La distracción de uno puede costar la vida de muchos). Y el quinto, dotado con 500    pesetas, para Francesc Carmona, por “Preveniu-vos contra els accidents” (Preveniros contra los accidentes).

Los accésit concedidos fueron: 1) “Per un des- cuit... cec!” (Por un descuido...  ¡ciego!)  de Sol; 2) “Eviteu el perill dels accidents del treball “ (Evitad el peligro de los accidentes del trabajo) de F. Ribera; 3) “Obrer!” (¡Obrero!) de Clavé; 4) “No val a badar” (No hay que distraerse) de Bofarull; y 5) “Sempre compte” (Siempre cuidado) de Goñi.

Los nueve carteles premiados y cuatro de los extranjeros (uno de los cuales no se ha conservado en la colección) sirvieron para ilustrar un calendario de bolsillo de 1937.

En cuanto a los carteles internacionales exhibidos –que no participaron en concurso–, fueron cedidos por Laboratorios del Norte de España, empresa productora de especialidades farmacéuticas, situada en El Masnou (Maresme), fundada en 1925 por el farmacéutico Joaquim Cusí Furtunet.

Los carteles nacionales presentados a concurso público no se han conservado en la colección particular de los internacionales. En las bases de la convocatoria del concurso, publicadas en la prensa diaria el 4 de enero de 1937, se especificaba que “la devolución de los carteles admitidos se efectuará una vez terminadas las exposiciones de carteles nacionales e internacionales que efectuará esta misma Consejería” y también que “a los autores de los carteles seleccionados en el concurso y que no resulten retribuidos, les será satisfecha la cantidad de 25 pesetas en concepto de indemnización del material utilizado”. Parece ser, pues, que tampoco permanecieron en la Consejería de Trabajo, sino que fueron devueltos a sus autores. De momento, los únicos testimonios que tenemos de ellos son las fotografías que constan en las publicaciones de la época y las reproducciones que aparecen en el calendario de bolsillo de 1937.

Tanto los carteles nacionales como los internacionales se expusieron agrupados por la siguiente clasificación hecha por los laboratorios de Masnou:

  1. Locales y edificios donde se trabaja
  2. Máquinas en general
  3. Herramientas
  4. Prevención social y colectiva
  5. Organización del trabajo
  6. Condiciones personales y formación profesional
  7. Protección individual
  8. Orden
  9. Heridas, infección y primeras curas
  10. Carga, descarga y almacenamiento
  11. Manejo de productos tóxicos y nocivos
  12. Materias inflamables y explosivas
  13. Automovilismo, transporte y tráfico
  14. Ferrocarriles
  15. Industrias metalúrgicas
  16. Minas, canteras y obras públicas
  17. Ramo de la construcción
  18. Industrias y explotaciones agrícolas
  19. Aplicaciones de la electricidad
  20. Industrias químicas
  21. Trabajos de madera y explotaciones forestales
  22. Industrias textiles y similares
  23. Accidentes del hogar y pequeñas industrias
  24. Industrias varias

Sin embargo, no sabemos qué carteles en concreto integraban cada uno de esos apartados. La exposición de Barcelona tuvo un gran éxito, por ello se clausuró quince días más tarde de lo previsto. Lo mismo pasó en el resto de Cataluña: todas las exposiciones fue- ron muy visitadas y algunas de ellas tuvieron que prorrogar sus fechas de clausura. Para la itinerancia, la Comisaría de Seguridad Social de la Consejería de Trabajo de la Generalitat contó con la colaboración de las regidurías locales de trabajo o con la de los colectivos de seguros sociales de cada municipio.

Siempre se buscaron espacios populares, conocidos y frecuentados por trabajadores para exhibir la muestra. Así, en Manresa la exposición se instaló en la sala de teatro del antiguo casino, convertido en Casa del Pueblo. En Vilafranca del Penedes la acogió el Casal Vilafranquí (Sociedad la Principal). Después pasó a la Biblioteca Municipal de Girona. De ahí, al Ateneo de la Clase Obrera de Igualada. En Badalona, la sede fue la nueva sala de fiestas del antes llamado Centre Badaloní. En Mataró, se instaló en el local de exposiciones anexo a la Biblioteca de la Caja de Ahorros. También pudo visitarse en las dos salas del local social de los Amics de les Arts de Terrassa. Sabadell completó la exposición con unos dioramas que presentaban, a base de elementos reales con figuras de cera, diversos aspectos de los peligros en las industrias textiles y otras. Finalmente, Figueres fue la última ciudad donde se exhibieron los carteles, en concreto en la Escuela de Trabajo.

Hoy sorprende ver todo ese gran esfuerzo realizado en pro de la prevención en plena guerra civil.

En 1987 –cincuenta años después de la Croada de la Previsió– el ANC ingresó una colección de más de 700 carteles sobre prevención de accidentes editados durante los años 20 y 30 en diversos países de Europa y también en Australia, Canadá, Estados Unidos, China y Japón. El conjunto ofrecía una gran variedad de estilos, de recursos gráficos y de lenguas en las que se expresaba una misma idea: la prevención de accidentes laborales.

Al parecer, con motivo de algunos cambios producidos en los Laboratorios Cusí –nueva denominación de los Laboratorios del Norte de España a partir de 1973–, se cuestionó la conservación de la colección que, desde hacía años había quedado arrinconada. Por suerte, el 17 de septiembre de 1987 ingresó en el ANC y hoy forma parte del patrimonio documental de la Generalitat de Catalunya y está al alcance de todos aquellos ciudadanos que se interesen en ella.

La primera actuación que realizó el archivo fue de conservación básica. La mayoría de carteles se encontraban adheridos a una base de cartón –probablemente así debieron exponerse en 1937.

Había que separar el ejemplar del cartón, ya que la cola de la cinta adhesiva que unía el cartel al cartón resulta perjudicial para la conservación del documento. Si bien el estado de conservación de las piezas era aceptable, la debilidad de su soporte aconsejaba evitar su manipulación. Por ello, como medida de preservación y de conservación, a finales de los noventa se fotografiaron y digitalizaron todos los carteles y se restauraron las piezas más deterioradas.

Puesto que la colección ingresó sin estar organizada ni descrita, simplemente más o menos agrupada por países, entre 1997 y 1998 se catalogó. Para facilitar su consulta, a los datos básicos de catalogación de cada cartel (autor, título, fecha y lugar de edición,  medidas, etc.) se añadieron descriptores temáticos que informan, según el caso, de las actividades económicas, los agentes materiales que provocan los daños, tipos de daños (físicos y morales), medidas de prevención y tipos de accidentes, así como de sectores profesionales y categorías laborales a los que se dirige la propaganda. Posteriormente, también se tradujo el título –el mensaje principal del cartel– al catalán, castellano, inglés y francés.

Una vez garantizada la conservación, descrita cada pieza y reproducidos todos los ejemplares en soporte digital, el Archivo facilitó la consulta pública de la colección y la empezó a difundir por diversos medios, a menudo con la colaboración de otras entidades, dando así a conocer un patrimonio documental con valor histórico, artístico e informativo sobre prevención de riesgos en el trabajo.

El tiempo transcurrido desde la “Croada de la Previsió” había añadido valor histórico y artístico a unos documentos que, a pesar de los años, no habían perdido el valor informativo de su función original.

El contenido de la colección

La colección está formada por 734 carteles. Si bien hay algunos ejemplares dedicados a la prevención de accidentes domésticos (12 ejemplares) y de tráfico en general (27), la mayoría son sobre prevención de riesgos en el trabajo. Se supone que, prácticamente, se ha conservado toda la colección expuesta en 1937. Sin embargo, al no conocerse el número exacto de carteles que la componían, no es posible saber si la colección original ha sufrido alguna pérdida. La prensa de la época habla de un millar de ejemplares entre nacionales e internacionales. Si se suman los 734 que han ingresado en el ANC con unos 140 nacionales que se presentaron a concurso, resulta un total que, en cifras redondas, podría ser ese millar aproximadamente.

En cuanto al alcance cronológico de la colección, la mayoría de ejemplares debieron editarse entre 1925 y 1937. De los 734 carteles, 578 no llevan impresa la fecha de edición. Sin embargo, dado que fueron exhibidos pública- mente en Barcelona en 1937, se puede considerar que ninguno de ellos fue editado con posterioridad y añadido después a la colección. Por otro lado, si tenemos en cuenta que el interés social por el este tema y las campa- ñas de prevención son de primeros de siglo de XX, no parece probable que fueran editados mucho antes de 1925, la fecha más antigua localizada en los pies de imprenta.

Predominan los carteles europeos y entre éstos los de Hungría, Gran Bretaña y Francia. Y cuando consta el lugar de impresión, figuran las ciudades más industriales de cada país.

Los textos están escritos en el idioma oficial del país de procedencia. En total hay 14 lenguas, de mayor a menor presencia son: inglés (184 carteles, uno bilingüe en francés), alemán (117), francés (111), húngaro (98), holandés (63), checo (44), finlandés (39), italiano (28), castellano (22, uno bilingüe en vasco), polaco (14), sueco (7), japonés (3), ruso (3, uno bilingüe en castellano) y chino (1).

Las administraciones públicas, las mutuas y los sindicatos son habitualmente las entidades responsables de la edición. Entre otros, figuran el Ministerio de  Gobernación, la  Oficina  Nacional del Trabajo, Mutualidad de Seguros Sociales “Pakea” y la Mutua General de Seguros de España; el Ministerio  del  Interior  de  Japón; Ente Nazionale di Propaganda per la Prevenzione  degli  Infortuni  sul  Lavoro  de  Italia; The National Safety Council de Australia; la Ligue de la Sécurité Publique de la Province de Quebec y Industrial Accident Prevention Associations de Canadá; Association des Industriels de Bélgica; National Safety Council de Estados Unidos; Association Parisienne des Propiétaires d’Appareils à Vapeur, Syndicat du Nord, Corporation des Industries du Bâtiment d’Alsace et de Lorraine de Francia; The National Safety First Association de Gran Bretaña; O.T.I. Balesetelháritási Propagandája de Hungria; Instytutu Spraw Spolecznych de Polonia, etc.

Sobre la autoría de los diseños hay que decir que la mitad de estos carteles son de autores desconocidos. A pesar de todo, se han identificado más de un centenar de diseñadores. Los más prolíficos son: Olivier en Francia; Börtsök, Endré Hollós y E. Róna en Hungria; Schwarz en Austria; y Jacob Jansma en Holanda.

En el diseño, casi siempre domina la imagen sobre el texto. La imagen, clara y didáctica, habla por ella misma. Suele acompañarla un texto breve, directo y conciso que refuerza el mensaje que se quiere transmitir. Cada cartel cumple su objetivo: dar una lección sobre prevención laboral que cualquier persona ha de poder captar, aunque no sepa leer o desconozca el idioma del texto.

Los recursos gráficos más utilizados son los propios del diseño de carteles del momento: el uso de los colores básicos sobre fondo neutro, que hacen resaltar las imágenes, la influencia de las corrientes artísticas contemporáneas (como son el expresionismo alemán y la van- guardia rusa de principios del siglo XX) y la contribución de la fotografía y del cine en los carteles que presentan fotomontajes.

El tema dominante de la colección se inscribe dentro de la preocupación de los países más industrializados por el cuidado de las lesiones laborales, la indemnización por incapacidad o defunción, y la prevención de riesgos laborales. Los trabajadores agrícolas, pero sobre todo los industriales son los principales destinatarios de la propaganda. Los riesgos representados son físicos y psíquicos, aunque abundan más los primeros.

A través de los carteles se enseña la variedad de riesgos a los que un trabajador, fundamentalmente industrial o agrícola, está expuesto debido a una incorrecta manipulación de herramientas, máquinas y productos tóxicos–inflamables o explosivos. Se informa acerca de cómo pueden tratarse las heridas, cómo evitar posturas inadecuadas y cómo equiparse para protegerse. También se reflejan las con- secuencias que puede tener el hecho de que un trabajador se distraiga, se confíe o actúe de una manera irresponsable, así como el riesgo de llegar a una situación personal y familiar lamentable por falta de prevención.

Para catalogar la colección el ANC ha elaborado el árbol de materias (descriptores temáticos) que figura en anexo, en el cual se reflejan las actividades económicas ilustradas en los carteles, así como son los agentes mate- riales de daños, el tipo de daños, las medidas de prevención que se proponen, los tipos de accidentes y las profesiones a las que se refiere la propaganda.

Cada cartel puede estar catalogado con uno o diversos descriptores temáticos. A partir de este árbol de materias y consultando la cantidad de carteles que tratan de una misma materia, podemos ver la mayor o menor frecuencia de tema tratado.

Actividades económicas

Referente a las actividades económicas, la industria es el sector más representado, en un 42%, con carteles de todos los países y, en cada caso, este sector casi siempre representa el 50% o más del total de ejemplares de su país. Los mayoría de mensajes se refieren a la industria en general, pero algunos son específicos –por orden de mayor a menor frecuencia– de la industria de la madera, metalúrgica, textil, alimentaria, química, eléctrica, del papel o bebida alcohólicas.

Le sigue el grupo de transporte-almacena- miento-comunicaciones en general con un 21%, proceden de 13 de los 19 países, una tercera parte de ese 21% son ingleses. Los temas representados son los peligros duran- te la carga y descarga y durante el transporte. Los medios de transporte que más figuran, por orden de mayor a menor frecuencia, son: ferrocarril,  automóviles,  vagonetas  y t renes, bicicletas, carros y carretones, camiones, barcos, tranvías, autobuses, trineos, motocicletas y toros mecánicos. La mayoría de los carteles que hacen referencia a ferro- carriles son franceses.

 ¿Hasta qué punto la colección es suficientemente representativa de las campañas de prevención que sobre los diferentes sectores se llevaron a cabo en cada uno de esos países durante aquellos años? O ¿simplemente es el resultado de la actividad y/o de la suerte del coleccionista, que incide y/o recoge más o menos ejemplares sobre un determinado país o sector?

Desconocemos como se formó la colección, pero, por la cantidad de ejemplares y por su diversidad, en el caso de los países europeos, suponemos que ha de ser bastante representativa de las actividades económicas a las que se destinaban las campañas de prevención. La misma reflexión es aplicable a los aspectos que tratamos a continuación relacionados siempre con el contenido de los mensajes y el árbol de materias sobre prevención de accidentes laborales elaborado por el ANC.

La tercera actividad es Construcción y obras públicas, el 7,2%, proceden de 8 países euro- peos. Minería representa un 4%, la mayoría de ejemplares son húngaros y checos. El sector Servicios es un 2%. Agricultura representa el 1,7%, de éstos una tercera parte son de España. Silvicultura el 1,2%. Comercio sola- mente el 0,5%. Ganadería el 0,4%, con un cartel alemán y otro holandés. Finalmente, en un 20% de los carteles la propaganda se dirige a todos los sectores en general, proceden de 15 de los 19 países representados.

Agentes materiales de daños

En relación a los agentes materiales de daños, la propaganda alerta sobre aparatos, herramientas y utensilios; combustibles y energías; consumo de alcohol y tabaco; elementos del edificio y de la construcción; gases, pro- ductos químicos y de uso industrial; instalaciones; y maquinaria.

La prevención sobre la maquinaria industrial en general es el mensaje que más aparece. Algunas veces, el mensaje incide sobre los componentes de la máquina (engranajes, transmisiones) o sobre algunos tipos de máquinas, como perforadoras, telares, calderas, centrifugadoras, cizallas, entre otras. La maquinaria agrícola tiene poca presencia en el conjunto de la colección.

El segundo grupo de agentes materiales de daños más presente en la propaganda es el de los aparatos, herramientas y utensilios. Se previene especialmente sobre el uso de martillos, escaleras, ganchos, cables, y aparatos y dispositivos  eléctricos.

Los elementos del edificio y de la construcción (garajes, montacargas, pasillos, puertas, pavimentos) constituyen el tercer grupo de agentes materiales de daños que hay que prevenir. Después, por orden de mayor a menor frecuencia, se alerta sobre los daños que pueden producir: gases, productos químicos y de uso industrial; combustibles y energías; consumo de alcohol y tabaco; y, en último lugar, instalaciones (de climatización, gas, eléctricas).

Daños

La prevención de daños se concreta a daños físicos y, en menor medida, repercusiones familiares. La imagen explícita o implícita de la muerte, bien sea a través del mensaje principal, de una imagen o del contenido de la propaganda, consta en unos cuarenta carteles. Sobre los daños físicos se trata el tipo de lesión y la zona lesionada del cuerpo. Las manos y los ojos son las partes del cuerpo que más figuran, les siguen –por orden de frecuencia– dedos, pies, cabeza, miembros superiores e inferiores, cara y tórax.

Los tipos de lesiones –también por orden de mayor a menor frecuencia– son: aplastamientos, heridas, amputaciones, electrocuciones, quemaduras, enfermedades, ceguera, cuerpos extraños en los ojos, contusiones, intoxicaciones, torceduras-esguinces, lumbalgia, asfixia.

Medidas de prevención

En cuanto a medidas de prevención se informa de dispositivos protectores, equipamiento protector, medidas sanitarias, normas e instrucciones, seguridad viaria y seguros contra accidentes. La mayoría de los mensajes hacen referencia al equipamiento protector, en general o específico (por orden de frecuencia: gafas, indumentaria, calzado, arneses y cinturones de seguridad, máscaras, cascos, guantes).

También son abundantes los carteles que tratan de medidas sanitarias, como asistencia médica, enfermedades, higiene y primeros auxilios. Y con menor frecuencia, hay mensajes sobre dispositivos protectores (apuntalamientos, calces y fijaciones, luces, para la maquinaria, para las herramientas), seguridad viaria (accidentes “in itinere”) y seguros de accidentes.

Tipos de accidentes laborales

Unos seiscientos carteles informan sobre algún tipo de accidente. Destacan los accidentes por caídas de personas o de objetos, malos gestos y manipulaciones incorrectas, contacto con elementos o sustancias nocivas. A continuación relacionamos los tipos de accidente que figuran en el conjunto de la colección, por orden de mayor a menor frecuencia:

    TIPO DE ACCIDENTE   

  1. caídas de altura
  2. aprisionamiento entre objetos
  3. malos gestos y manipulaciones incorrectas
  4. contactos y golpes con elementos móviles
  5. con vehículos
  6. contactos eléctricos
  7. golpes por objetos y herramientas
  8. caídas a nivel
  9. imprudencias    /    distracciones
  10. incendios
  11. proyección de partículas
  12. caída de objetos por desprendimientos
  13. pisadas sobre objetos
  14. caída de objetos por desplome
  15. caída de objetos en manipulación
  16. inhalación de sustancies nocivas
  17. por animales (domésticos, salvajes)
  18. contactos térmicos
  19. explosiones
  20. ingestión de sustancies nocivas
  21. contacto con sustancias cáusticas o corrosivas
  22. exposición a temperaturas extremes

Trabajadores/ras

El último apartado del árbol de materias aplicado por el ANC a la descripción de esta colección recoge las categorías profesionales y las profesiones que figuran en los carteles.

Sobre las categorías profesionales, la mayoría de mensajes van dirigidos al colectivo de trabajadores en general. Algunos –muy pocos, una decena– dirigen su mensaje a los aprendices y sólo dos ejemplares (uno belga y otro húngaro) a capataces o directivos.

Las profesiones retratadas, ya sea porque corren el riesgo o porque lo subsanan, son: agricultores, bomberos, carniceros, carpinteros, chóferes, enfermeras, ferroviarios, ganaderos, ingenieros, leñadores, mecánicos, médicos, mineros, albañiles, picapedreros, pintores, policías de tráfico, soldadores, transportistas. De todos ellos, destaca el personal que trabaja en minas, con madera, los ferroviarios y los transportistas en general.

Por sexos, hay que decir que la presencia de la figura masculina es superior a la femenina, ya que como hemos visto la mayoría de carteles van dirigidos al sector industrial, y en aquellos años, en la industria trabajaban muchos más hombres que mujeres.

En resumen, el contenido de la colección es una suma de pequeñas lecciones difundidas a través de cada cartel y, a su vez, cada pequeña lección refuerza la idea principal: la prevención es la clave de la seguridad, la clave para evitar o reducir riesgos en el trabajo.

Si expertos actuales en prevención hacen un estudio comparativo de los agentes materiales de daños de ayer y de hoy, así como de los daños, las medidas de prevención y los tipos de accidentes del siglo pasado y del actual, no sé si encontraran muchas o pocas diferencias, pero la necesidad de prevenir sigue siendo una constan- te, así como la necesidad de hacer llegar el mensaje de la manera más sencilla, directa y clara a las personas afectadas. ¿Cuál será el medio y la forma de hacerlo en el siglo XXI? De momento se siguen utilizando el tipo de recursos que ya existían en la “Croada de la Previsió” de 1937, si bien las campañas actuales han incorporado además los diferentes recursos que ofrecen los medios audiovisuales (televisión, radio, cine...) y la informática (presentaciones, Internet, etc.).

Así, por ejemplo, el Departamento de Trabajo de la Generalitat de Catalunya ha convocado una segunda edición del concurso de carteles y de fotografías sobre prevención de riesgos laborales.

Por nuestra parte, en el ANC la solicitud de información y reproducciones de la Colección de carteles de accidentes laborales no ha cesa- do desde que en 1998 iniciamos su difusión.

Pequeñas “lecciones” de ayer y de hoy

En un contexto donde los accidentes laborales son a menudo noticia en los medios de comunicación, y las estadísticas sobre el tema no son tan optimistas como sería de desear, los diferentes sectores implicados hoy en el tema han mostrado su interés por esta colección que, a pesar de tener ya 70 años, no ha perdido vigencia en el mensaje que propaga: la necesidad de evitar riesgos laborales.

Preocupados por reducir la siniestralidad laboral, sindicatos, empresarios, mutuas, medios de comunicación, técnicos en prevención y las administraciones competentes en la materia, han utilizado estos documentos del pasado en sus actividades destinadas a la prevención de riesgos: audiovisuales y presentaciones en cursos, jornadas, ferias, edición de calendarios, libros, artículos de prensa especializada y generalista, exposiciones, etc.

No hay más que ver la tabla adjunta sobre el préstamo y la re producción de carteles de la colección que ha atendido el ANC durante los últimos diez años para darse cuenta de ello.

En la colección de carteles del ANC no se incluyen mensajes sobre prevención de riesgos psicosociales, ni abundan los riesgos específicos del sector de servicios, ni los derivados de trabajar con ordenadores, por citar sólo algunas de las lagunas que los expertos en prevención notaran en falta.

Pero si consultamos las estadísticas del Ministerio de Trabajo e Inmigración sobre accidentes con baja laboral, vemos que destacan el sector de la construcción, la industria y el transporte, que abundan los accidentes durante las tareas de producción, transformación, y almacenamiento, así como los daños por manipulación de objetos, las caídas, malos gestos y manipulaciones incorrectas, esguinces y torceduras, lumbalgias, lesiones en dedos y piernas, entre otros. Y en estos casos reconocemos los mensajes de los carteles del siglo pasado, tal vez el lenguaje ahora es más preciso y el análisis de los riesgos (causas, efectos, soluciones) es más completo pero, de momento, los carteles de 1937 todavía con- servan un activo que bien se puede utilizar, a veces junto con otros recursos más actuales, en futuras campañas de prevención.

Son pequeñas “lecciones” de ayer y de hoy con un único objetivo: reducir los accidentes  laborales.

[1]  Estadísticas sobre los accidentes de trabajo en 2006: http://www.mtin.es/estadisticas/EAT/eat06/A1/indice.htm. [Consulta: agosto de 2008].

[2] Estadísticas sobre siniestralidad laboral: http://www.gencat.cat/treball/departament/activitat/treball/dadest32/ind... [Consulta: agosto  de  2008]

[3] Generalitat de Catalunya. Conselleria de Treball. La tasca de Propaganda. Barcelona: Conselleria de Treball, 1938.