La mina de cobre, 1544. Lucas Gassel (1500-1570). Musées Royaux des Beaux-Arts, Bruselas

Esta panorámica a vista de pájaro de una mina del siglo XVI está llena de detalles. En los edificios de la parte izquierda de la ladera observamos un engranaje sinuoso de carros tirados por caballos que están bajando por la yerma colina, y un minero que empuja un vagón por una vía que conduce al túnel de la mina. Una mina de calcopirita de la que se extrae el sulfuro de hierro y el cobre.

En primer plano, el mineral se está evaluando con rastrillos y es transportado en una carretilla. Un trabajador se esfuerza por llevar un contenedor de gran tamaño (posiblemente para transportar escorias) en la espalda mientras que un colega cercano martillea una gran pieza de fundición para liberarla de su molde. A derecha e izquierda nos encontramos con hornos para la forja, el trabajo que consiste en darle al metal caliente una forma definida por medio de golpes. 

La escena se sitúa en un paisaje de ficción con montañas fantásticas, ríos, lagos y mares. En el centro del escenario, intencionadamente para que todos lo contemplemos, un médico ricamente vestido, acompañado por su joven y elegante asistente, con su blanco y fino caballo ya enganchado con seguridad al poste, señala con autoridad el recipiente en manos de un trabajador que contiene el vómito recién producido por un angustiado colega enfermo (que presumiblemente sufre de los efectos de la exposición a algunos metales tóxicos). A la izquierda una mujer de color rojo lleva un cántaro de agua que contiene agua o vino. Su aspecto general, el porte y la ubicación entre los trabajadores del mineral sugieren que ella abastece con algo más que un refrescante brebaje. Sin embargo, la verdadera finalidad de Gassel no es registrar la llegada de la nueva tecnología en las operaciones de manufactura de metales, sino más bien aludir a su impacto negativo en la sociedad.

En el primer plano de la derecha, un pájaro Martín pescador (tradicionalmente asociado con la paz y la seguridad) mira a una zarzamora (el símbolo de la sabiduría) y le da la espalda a un cardo, una mala planta que sólo crece en suelo árido. Los nobles abrevan sus caballos en un lago cercano ignorando la devastada colina que se sitúa detrás de ellos, mientras que los propios mineros se contentan con los placeres terrenales. 

Esta fue una época turbulenta en Europa, que se caracterizó por el crecimiento de la usura, los beneficios, el capitalismo, la quiebra, la codicia y la guerra. La demanda de armamento alimentó el crecimiento de la libre empresa en el sector manufacturero, con el consiguiente daño a la sociedad y al medio ambiente. Los comerciantes del metal de Amberes fueron los principales beneficiarios. Estaban financiando a los reyes y reinas de Europa a cambio de los derechos de explotación de las minas y el metal que generaban. También financiaban al Papa a cambio del derecho a vender indulgencias, y monopolizaban la licencia de importación para el “palo santo” o guayacán (extraído del Guaiacum sanctum), el pilar del tratamiento para la sífilis (en ese momento una terrible pandemia en toda Europa). Ya tenían el monopolio de la única otra “cura”, el mercurio, que se extraía principalmente en las minas de Almadén (España). En 1557, España y Francia, y más tarde Portugal (1560), se declararon en bancarrota. 

Lucas Gassel nació en Helmond (actual Holanda) en 1500 y falleció en Bruselas en 1570. Retrató el conflicto entre la industria y la sociedad, y utilizó como formato un “paisaje del mundo” para sugerir retóricamente la magnitud del problema.