Colossus: El robot bombero de Notre Dame
Colossus: El robot bombero de Notre Dame
El incendio de Notre Dame se inició a las 19 de la tarde y los bomberos lo dieron por extinguido a las 10 horas del día siguiente. El cuerpo de Bomberos desplazó a la catedral 400 hombres y mujeres que trabajaron 18 horas. Fueron ellos los que durante la noche arriesgaron su vida en el interior del templo para salvar el máximo número de obras de arte posibles.
Sin embargo cuando la gran aguja central mostró los primeros síntomas de que iba a desplomarse, los jefes del dispositivo desplegado dieron la orden de evacuación. El riesgo era excesivo. Fue en ese momento cuando entró en funcionamiento “Colossus”, un robot de 1,60 metros de altura que se desplaza sobre mecanismos rodantes y que se encarga de hacer las tareas más peligrosas y que es dirigido a distancia por un especialista. Está fabricado por “Shark robotics”, una empresa de La Rochelle que ha sido diseñado en colaboración con el cuerpo de bomberos zapadores (sapeurs pompìers) que en Francia tiene naturaleza militar.
El robot “permite extinguir el fuego y reducir la temperatura de los interiores en riesgo” señaló Gabriel Plus portavoz de los bomberos. El robot, definido también como un dron terrestre, asume los riesgos en lugar de los humanos cuando la situación se convierte en demasiado peligrosa como es el caso de las fugas de gas o temperaturas demasiado elevadas.
“Es un robot modulable” explicó Cyril Kabbara, cofundador de “Shark robótics”. “Puede efectuar diferentes misiones como extinguir el fuego a distancia, evacuar a heridos, transportar material o hacer labores de reconocimiento gracias a instrumentos de vídeo y captadores de gas”. Cuenta también con un potente cañón de agua que le permite efectuar inyecciones de agua a gran presión.
“Colossus” pesa 500 Kgs y puede subir escaleras, trabajar con hasta 2 toneladas de peso y tiene una autonomía de 8 horas. Estçá en servicio desde hace unos años en la brigada de París y la empresa ha equipado también en los municipios franceses de Burdeos y Marsella y en el belga de Charleroi. Una gran inversión y ejemplo para todos los cuerpos de bomberos porque una vida humana no tiene precio.