Percibo. Luego, ¿Existo?

Percibo. Luego, ¿Existo?

Permítanme este doble juego de palabras haciendo referencia a los fundamentos del racionalismo por una parte y la percepción del estrés laboral por la otra.
14 Febrero 2015

Aunque muchas personas sean escépticas en considerar que la seguridad y salud laboral (la concienciación) es una ciencia multidisciplinar, yo sigo considerando que en la prevención de los riegos laborales (la sensibilización) tiene cabida hasta la filosofía1-2. Y es que del pienso, luego existo de Rene Descartes, me surge la reflexión de si es la percepción la que nos hace formar parte de un ajuste entre la persona y su puesto de trabajo. Es decir, el percibirnos como parte de un todo nos da lugar a considerar que existimos realmente como una pieza en un ensamblaje llamado persona-organización. Me preocupa considerar, o mejor dicho me preocupa que no se considere este proceso adaptativo como desencadenante del posible estrés laboral. Desde el contexto donde realizamos la tarea y el contenido de la propia tarea unidos a las características individuales, el ajuste organización- persona -puesto de trabajo pasa por la percepción que tenga la variable intermedia de su control frente a la anterior y posterior. Es decir, cómo se percibe la persona frente al entorno laboral que le rodea. Incluso iría un poco más allá y consideraría cómo perciben los otros a la persona en su puesto de trabajo. En líneas generales, una definición del rol según compañeros y/o jefes.

Sin embargo, quiero centrarme más que en el rol profesional, en el estrés laboral y sus consecuencias no sólo para la salud de la persona sino además para la propia salud de la organización. Alguien se preguntará, pero ¿tiene salud las organizaciones?. ¿Tienen vida las organizaciones?. En mi opinión, no me cabe la menor duda. Y la percepción que se tenga de esta cuestión determinará la salubridad de la empresa en la que desarrollamos nuestros conocimientos, destrezas y habilidades (al menos las que no dejan). Pero volvamos al tema del estrés laboral y la percepción del ajuste de las variables anteriormente mencionadas. En 1978, Harrison diferenció entre los aspectos objetivos y subjetivos de la persona y del entorno. De la persona objetiva – subjetiva y del entorno objetivo – subjetivo, el autor destaca cuatro tipos de relaciones: a) el ajuste entre la persona y el entorno objetivo, b) el ajuste persona y entorno subjetivo, c) el contacto con la realidad que supone la interacción entre entorno objetivo y subjetivo, d) y la precisión resultante de la percepción de la persona objetiva frente a la subjetiva. De todas ellas, destaca la importancia del ajuste entre la persona y el entorno subjetivo. Es decir, lo que percibimos del entorno y no tanto la realidad del mismo es el antecedente a la aparición de un posible inicio del proceso de estrés laboral.

¿Percibimos todos de igual manera nuestro entorno? Evidentemente, no. ¿De qué depende lo que cada persona perciba de su entorno inmediato? A mi juicio, la experiencia y personalidad. De la experiencia parece evidente, pero ¿la personalidad?. Para descifrar esta tesis que propongo debemos situarnos un año después de que Harrison anunciase su teoría. En 1979, Kobasa introduce un término hoy popular como es la personalidad resistente (o hardy) una vez realizada una investigación sobre el estrés entre ejecutivos de una empresa. Había ejecutivos que ante los mismos niveles de estrés enfermaban y otros no. En este sentido, consideró que los segundos “poseían” unas características que les diferenciaba de los primeros. Estos componentes los determinó en tres aspectos:

  • Compromiso o tendencia a comprometerse en lo que uno hace. Es decir, creer que lo que se hace es importante. Con lo cual se percibe como menor amenaza la situación y se dan pasos hacia la aproximación, dejando en un segundo plano la pasividad y evitación.
  • Control o tendencia  a actuar como si uno tuviese influencia sobre las cosas que ocurren a su alrededor. Es decir, con un locus de control interno más que externo.
  • Desafío o creencia que lo normal en la vida es el cambio y no tanto la estabilidad. Hoy por hoy, esto viene a ser más que un eslogan.

Para Kobasa, estos tres componentes interconectados darían lugar a la percepción y comportamiento de propiedades protectoras ante el estrés. En mi opinión, esta personalidad resistente es la percepción de que existimos y que somos capaces de adaptarnos a las condiciones de trabajo en las que nos vemos sumergidos a diario. Considerarse o percibirse a uno mismo como incapaz sin haber valorado adecuadamente las circunstancias que nos rodean, significa que estaremos a merced de los acontecimientos. A mi juicio, poseer hardiness es considerar que percibimos y luego existimos. De lo contrario…… nos hundimos a tres niveles (cognición, emoción y conducta) y desaparecemos psicológicamente hablando.

Fco. Javier Herrán Gamarra

Psicólogo del trabajo. Seguridad y Salud Ocupacional.

Referencias bibliográficas

Para citar este artículo:

- Herrán Gamarra, Fco. Javier. (2015, 14 de Febrero). “Percibo. Luego, ¿existo?”. www.prevencionintegral.com. Disponible en http://www.prevencionintegral.com/comunidad/blog/psicoprevencioncom

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