EL LLAMADO CAPITAL HUMANO.

EL LLAMADO CAPITAL HUMANO.

No existe una terminología más decepcionante que esta para designar a los colaboradores y trabajadores del Empresario. No obstante el uso y la clásica concepción de empresa, la han hecho una costumbre difícil de remediar. Entre los colaboradores del empresario y de la empresa, se encuentran en orden organizacional el gerente y sus ejecutivos, en una relación de subordinación y control.
27 Agosto 2015

EL LLAMADO CAPITAL HUMANO.

                                  No existe una terminología más decepcionante que esta para designar a los colaboradores y trabajadores del Empresario. No obstante el uso y la clásica concepción de empresa, la han hecho una costumbre difícil de remediar. Entre los colaboradores del empresario y de la empresa, se encuentran en orden organizacional el gerente y sus ejecutivos, en una relación de  subordinación y control.

                              La responsabilidad final por la marcha de la empresa corresponde al gerente.

                             De ahí que los estudiosos e investigadores de los recursos humanos le exijan características especiales, que van del orden de conocimientos del tema económico a condiciones psicológicas de liderazgo y dirección.

                             De aquí  nace la primera duda.

                            ¿Son nuestros gerentes líderes en materia de Cultura Preventiva?

                            A nuestro entender, y porque nos encontramos en un proceso de reunir ideas e investigar, sin compromiso alguno con sectores involucrados, nos atrevemos a dar una respuesta negativa. Ello se advierte en que, en los últimos años, los niveles de siniestralidad no han decaído como ligeramente se afirma por algunas entidades. Hay  actividades que aún tienen un porcentaje que alcanza los 10 puntos, lo que implica un lastre  económico importante, sobre todo para las micros y pequeñas empresas.

                          Un Gerente que tenga  una concepción de empresa moderna, no dejaría a la suya en el ir y venir de esta marea de costos que las corroe en sus bases.

                         Es más es el Gerente el responsable último de cualquier tragedia. El autor distante y lejano, no por acción, sino por omisión.

                            Desgraciadamente las empresas tienden a minimizar las consecuencias de los accidentes laborales, del mismo modo que lo hacen con el respeto a los derechos de los trabajadores o con las normas ambientalistas, legales y previsionales. Una sociedad anónima  o una sociedad  limitada, conscientes de estas condiciones de sus representantes debiera someter a estricto control a sus gerentes, especialmente en el ámbito del respeto a la normativa legal, que vigila el cumplimiento de la seguridad e higiene en la empresa.

                           Hoy, las estadísticas señalan que: 

                           El rubro agricultura y pesca tiene un porcentaje de siniestralidad de 10,61.

                           La industria manufacturera de 11,75

                           La construcción de 11, 43.

                           Transporte de 10,99

                           Otras no específicas 11,16.

                            La verdad es que si en una empresa existiera este nivel de  accidentes laborales que causan pérdidas, desconfianza, molestias, y atrasos en el sistema productivo, es sencillamente porque el Gerente no tiene interés alguno en aplicar  las normas y principios de la Cultura Preventiva en su nivel organizacional y de Gestión.

                  El hombre carece de conocimientos, de interés por la materia, de carisma para implementar  políticas internas de Gestión, para establecer niveles de comunicación, concientizar, llevar conocimientos y experiencias, en fin, se trata de un  ente sentado en un  cómodo sillón sin liderazgo alguno.

                   El hombre, no se percata que no  obtiene un buen rendimiento, aún cuando su política de producción aumente la productividad, pues, lo cierto es, que toda el agua que lleva a su molino en la producción, representa una sequía de ahorro y de costos, igual o mayor a sus utilidades en el campo de los accidentes laborales.

                          Ello se observa claramente en los pequeños empresarios. Una indemnización de perjuicios que signifique un pago de $50.000.000 o más implicaría un duro golpe a la existencia de dicha empresa.

                          Pero, en nuestro Chile aún, el Gerente es un poco más que el antiguo dueño de la tienda o de la fábrica. No comparte el poder, no delega  funciones importantes, en algunos casos ni siquiera las concibe, es decir, no se da cuenta de su necesidad. El antiguo almirante ha quedado en el rincón del olvido de la marina inglesa.

                          Hoy el trabajo es en equipo. Hay otras dimensiones de gestión en la producción. En todas las actividades corporativas en que son varios los colaboradores que marchan hacia un mismo fin.

3. ¿QUÉ SE ESPERA DEL GERENTE?

                              Todo.

                               Pero ello dicho de ese modo es vago. Indefinido. Y la verdad es que el Gerente en materia de Cultura Preventiva es concreto, definido, real.

                              Debe estar  allí, no los días de reunión con sus ejecutivos, sino, todos los días, todos los instantes. No significa que de lo único que debe preocuparse es de la Integración de la Cultura Preventiva a su nivel organizacional. Sí, que actúe con carisma, con entusiasmo, con convencimiento.

                           El Gerente carismático es aquel que no tiene que estar encima de los empleados para que estos hagan y realicen sus políticas internas. Los ha convencido de su compromiso con la Empresa o los ha entusiasmado  con su fuerza y su energía. Es necesario que al plantearlas lo haya hecho con tal convicción y convencimiento, que sume a su idea a todos sus funcionarios, y estos la realicen sin que se encuentre encima de ellos el “ojo que todo lo ve”. Se proyecta en el mediano y largo plazo orientando una política realista y práctica ajena a las añejas planificaciones ortodoxas en que todos se enredan. Es aquel capaz de coordinar el trabajo del personal de tal modo, como si se tratara de un fino reloj suizo en que las manecillas se mueven con precisión sobre un aparataje limpio, hermoso y que no se ve, dejando la impresión que se trata de un acto de magia.

                          El verdadero Gerente, motiva su personal sin controlarlo ni desmoralizar su capacidad creativa, enfrentándolos a los problemas sin esconderlos o eludirlos, confiando en su ingenio y permitiendo que ellos mismos den la solución a los retos de la empresa.

                          En este aspecto podríamos hablar de la belleza de la gestión. Del esteticismo como fundamento de la gestión.

                               1.- ¿A quien debe convencer en primer lugar?

                               Indudablemente a sus ejecutivos.

                               La Cultura Prevencionista Integrada exige que los niveles gerenciales marchen al unísono, como un buen regimiento en que la acción se encuentra planificada, calculada, los riesgos previstos estudiados y las consideraciones para lo imprevisto ya hechas.

                          Los ejecutivos, representan los niveles de conexión entre el Gerente y su personal operativo. La actitud de ellos debe ser la misma que tenía Jesús, frente a sus discípulos. Quienes aún llenos de temor ante las fatigosas tareas de  convencer a los judíos, se quejaban de no tener medios, palabras, estudios, conocimientos. Jesús solamente debía decirles:

Hombres de poca fe,  siempre estaré con vosotros.

                           En esta misma situación ante el temor, desidia, incomprensión de los ejecutivos, sobre todos de los más renuentes, el Gerente deberá convencerlos que siempre, en todo trance el también estará allí, apoyando y sosteniendo una idea, una política, que es la política de todos.

                               2.- ¿Qué pasa cuando estos niveles de conexión se disipan?

                                Fácilmente ocurre que de todos los ejecutivos, como es notorio, algunos absorben de mejor grado los proyectos de Gerencia. Otros, no convencidos actúan por obligación de cumplir y no le otorgan la importancia que el Tema requiere.

                               Pasa con la Cultur

a Preventiva, con RR.HH., con operaciones de aprovisionamiento,   etc. Es decir, siempre hay una persona que no recibe la influencia de su mando superior en  forma correcta. No es un problema  revelar las causas de porque ello ocurre, en este trabajo. Ocurre, simplemente. Pero, sus consecuencias son notables, debido a que se corta la comunicación entre la Gerencia y los operarios o funcionarios ejecutores, que son precisamente, los que sufren en calidad de víctimas los  daños y perjuicios de los accidentes y enfermedades laborales.

                                 Pero ello no es lo peor.

                                 Todo un esfuerzo destinado a lograr un propósito se transfiere, atrasa o anula, desvirtuando las acciones positivas de los mandos superiores.

                                Un accidente fatal en un departamento debiera implicar una sanción directa al jefe de dicho departamento, aún cuando  civil o penalmente no se encuentre involucrado.

                              Ello, porque siempre va a existir una responsabilidad de Gestión. Es decir, el accidente ha ocurrido porque los niveles gerenciales no han actuado debidamente, aplicando la Cultura Prevencionista integrada a la Gestión Empresarial. Se ha debilitado el vínculo comunicacional de los propósitos y políticas gerenciales y la cultura en esta materia, el interés de la empresa y la Gestión organizada, se ha perdido en un mando medio, que tenía la obligación de asistir a su gerencia en la Prevención de Riesgos.

                                   El ejecutivo sencillamente no ha cumplido su labor con eficiencia ni eficacia, todo lo que redundará en mayores costos, atrasos y pérdidas para la empresa.

                                  3.- ¿En este evento quien es responsable interno?

                                   Claramente el Gerente.

Razones:

a) No ha sabido ser líder frente a sus ejecutivos.

b) No ha conocido la personalidad de sus ejecutivos, destrezas y falencias.

c) No ha establecido niveles comunicacionales fuertes y lazos de lealtad firmes con sus coadyuvantes.

d) No ha estado allí, cuando se le necesitaba.

e) No ha provocado Cultura Prevencionista.

                                        Claro que ello no exonera al ejecutivo, quien a su vez:

a) No ha sabido comprender la importancia del tema.

b) No ha puesto interés en la política empresarial.

c) No ha sido un colaborador eficiente.

d) Más aún, ha permitido que en su  departamento ocurra un siniestro que perjudica a su superior, a la empresa y a los trabajadores, sin dejar a un lado, que toda la sociedad está interesada en el éxito de las función productiva y en la protección de los RR.HH.

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