OSCAR MARTÍNEZ BARNÉS: La labor sorda de los agentes de tráfico

OSCAR MARTÍNEZ BARNÉS: La labor sorda de los agentes de tráfico

Los labor de los policías responsables del tráfico es ingrata por ser quienes abren el expediente sancionador. Sus mudas pero constantes acciones preventivas merecen un reconocimiento.
26 Febrero 2014

Los Modelos organizativos de la movilidad y el tráfico varían según los países. Unos más públicos que privados, otros más represivos que preventivos, algunos más policiales que técnicos, otros mas centralizados que localistas, con todas las viceversas del mundo.

De una u otra manera, con mayor o menor influencia en las decisiones políticas o directivas, las Policías de tráfico siguen siendo indispensables. La famosa Ley de las 4 E anglosajona que apoya la seguridad vial en 4 pilares: Education, Engeeniering, Emergency….. acaba siempre con el Enforcement. De una u otra manera el control de los comportamientos humanos, directos o indirectos, acaba siendo necesario. Y los agentes de policía de tráfico son la punta de lanza que detecta las irregularidades y con su mejor criterio, abren los expedientes sancionadores cuando detectan que alguien ha vulnerado la reglamentación o el orden circulatorio. Esos criterios que tan necesarios son en las escuelas de policía, cuyo parámetro principal es la acción equilibrada, justa, social y educada. Nunca olvidaré el primer slogan que concebimos al crear la Escuela de la Policía de Cataluña: “La fuerza tranquila de la inrteligencia”.

Los Policías sin embargo desean ser polivalentes y no ser enmarcados en la denuncia y el procedimiento sancionador. Por ello se prestan como nadie a ser monitores de educación vial en los centros escolares como complemento de los maestros de los colegios o de los profesores de formación vial, siempre están dispuestos a atender a las víctimas de accidente en tanto llegan las asistencias de bomberos o los sanitaristas y no reparan en opinar cuando hay un problema de seguridad o fluidez que requiere respuesta técnica operativa y práctica cuando los ingenieros se pierden en grandes proyectos. La figura del Policía amigo y cercano al usuario tiende a introducirse en las sesiones cada vez más frecuentes de los agentes de policía llamados a colaborar para informar o formar a grupos de riesgo vial desde los pequeños en el colegio hasta los de la tercera edad en las Casas Asistenciales de geriátricos.

Probablemente no fuera acertado buscar al gran héroe policial que ha saltado a la primera noticia en la persecución de un conductor suicida que circula en sentido contrario por una autopista. Quizás la mejor referencia sea la de un Policía Local como Oscar Martínez Barnés de la plantilla de Alcantarilla en la provincia de Murcia que en Diciembre de 2013 socorrió a dos personas que se quedaron encalladas en un paso a nivel mientras se acercaba el tren,y Oscar, tras ponerlos a salvo, aun tuvo agallas para meterse en el vehículo y tras ponerlo en marcha, evitó lo que segundos después pudo ser una catástrofe.

Cada Policía podría escribir un libro. Su mera presencia es siempre importante. Prevención presencial. Su colaboración puede ser trascendental. Prevención objetiva. Pero lo que no acostumbra a pasar a la historia son tantos y tantos detalles, silenciosos y que solo cada uno de ellos sabe, y que nadie nunca se lo acabará de agradecer.

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