ELHANAN HELPMAN: Pocos investigan bien los accidentes… hay mucha improvisación.

ELHANAN HELPMAN: Pocos investigan bien los accidentes… hay mucha improvisación.

No siempre debemos hablar los mismos de seguridad vial. Conviene escuchar a los grandes teóricos de la economía para llegar a comprender las raíces de los problemas. Y Elhanan Helpman, israelí, profesor de Harvard, nos hace reflexionar.
3 Septiembre 2014

Textualmente nos dice el profesor Helpman en sus declaraciones cuando nos habla de la gran crisis económica occidental que “Ha habido un enorme reajuste de producción a escala mundial, debido en gran parte al crecimiento de China (y añadimos a su invasión incontrolada de los países africanos) y a las nuevas tecnologías. Cuando la Ford construyó fábricas de automóviles y sucesivas marcas le siguieron, hacían todo el proceso en el mismo lugar. Ahora se producen en centros diferentes generando especialización en distintos países o lugares pero ha venido significando que los trabajadores han ido adquiriendo habilidades y conocimientos para tareas mucho más específicas. Este patrón de especialización provoca mucha mas interdependencia que antes. La crisis ha llegado en esta coyuntura y ha exasperado el problema, pero precisamente esta exasperación ha motivado a los especialistas”.

No nos cabe duda que Helpman se está refiriendo no solo a los innovadores que en general todos reivindican su trabajo como gran solución a la crisis, sino también a aprovechar a los especialistas para mejorar la calidad de los productos (su diseño y desarrollo) y a investigar la raíz de los problemas para proponer las mejores soluciones.

El patrón del investigador para Helpman no es el dogmatismo sino que con humildad dice que “cuando empiezas una investigación es una oportunidad para aprender algo nuevo; siempre hay retos y cambian, aunque parece que hagas lo mismo: sentarse e investigar”.

La investigación de accidentes ha caído en una cierta monotonía. Los responsables de la seguridad vial deben de opinar porque es su obligación, pero no todos hablan de sus objetivos con suficiente rigor científico y en ocasiones la presión del goteo implacable de accidentes les obligan a improvisar decisiones, que es verdad, tienen una componente de antecedentes para actuar pero puede quedar ambígua o insuficiente en la definición de las soluciones. Es bien cierto que las investigaciones requieren tiempo para encargarla y realizarla, pero el gran gestor de lo público es aquel que tiene la capacidad de emprender las investigaciones antes de que los problemas lleguen a explotarle en sus manos. Hay quienes tienen esa capacidad de promover investigaciones con tiempo y planificar su realización sin que el problema haya aflorado lo suficiente. Y entonces sufren de la incomprensión de los administradores económicos o de los interventores que auditan el gasto público que, muchas, muchísimas veces, no encuentran las razones para aprobar un gasto de investigación si antes el problema no ha explotado. De esta manera se da la paradoja que los interventores económicos acaban siendo los que deciden la planificación de la seguridad por encima de los responsables que, con visión de futuro, toman iniciativas preventivas para anticiparse a que los accidentes se produzcan.

Son las paradojas de la Administración Pública. No iría nada mal que los interventores del gasto público asistieran a algunas clases del profesor Helpman en Harvard.

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