Las ZBE "Zonas de baja emisión" deben ser elementos promotores de la seguridad vial

El proyecto de Decreto de creación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)en areas urbanas del Ministerio para la Transición Ecológica y el reto demográfico (MITECO) está recibiendo propuestas para la coordinación de acciones para la potenciación de la seguridad vial en dichas ZBE, en gran parte con objetivos confluyentes. En su punto 10.4 de la nueva norma se contemplan los PLANES DE ACCIÓN DE LA AGENDA URBANA ESPAÑOLA 2030 que es un documento estratégico que traslada al contexto español los objetivos planteados en las Agendas Urbanas de Naciones Unidas y de la Unión Europea. La Agenda Urbana Española propone un marco estratégico y un sistema de indicadores que abarcan múltiples factores de sostenibilidad ambiental, social y económica, y que pueden ser de utilidad a las Entidades Locales para elaborar sus Planes de Acción. La Agenda Urbana Española establece como objetivo estratégico (nº 5) favorecer la proximidad y la movilidad sostenible. Por otra parte, la Agenda Urbana Española plantea un Plan de Acción para la Administración General del Estado con varias iniciativas, entre las que cabe destacar aquí la elaboración de una Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030, que actualmente cuenta con un documento propuesto para el debate34. En línea con estos objetivos, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana está trabajando en un Anteproyecto de Ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte.y es por ello que desde el Col.legi d'Enginyers Industrials de Catalunya se ha propuesto al MITECO añadir un punto 10.5 al borrador de Decreto con este texto que hemos promovido y recogemos textualmente

"10,5.- PLANES SE SEGURIDAD VIAL SOSTENIBLE

              La Unión Europea ha fijado el año 2050 como el de conseguir 0 muertos en accidente de tráfico en dicho año, un objetivo que no seduce a quienes pueden tener opinión sobre temas de seguridad vial: utópico para unos, excesivamente lejano para otros.  La “Visión Cero” cabe entenderla como un deseo que da margen a todos los países que constituyen la UE a trabajar en ello sea cual sea el desarrollo de sus Planes de Seguridad Vial, pero que no se opone a que los países que se vean capaces de conseguirlo antes ,lo intenten.  Desde una visión práctica ya hay países que se creen capaces de conseguirlo en el 2030 y que son los mismos que sus fabricantes de vehículos pueden decir en sus campañas de promoción de modelos que de su marca no se ha producido ningún muerto en accidente de tráfico en su país.

              Los avances tecnológicos dispuestos con visión de seguridad vial convencida, pueden permitir una importante reducción de muertos en accidente de tráfico si se trabaja con seriedad y rigor en el control de comportamientos, hábitos y actitudes de los conductores, entendiendo que las nuevas organizaciones de gestión del tráfico se deberán esforzar en convencer al censo de conductores de que es un cambio positivo para toda la movilidad de personas en el país.

              La gran medida sin embargo sigue siendo la implicación de la gran masa de conductores a la conducción responsable en un contexto de vías públicas precisadas de ser transformadas en espacios de convivencia y salud para los habitantes y usuarios.  

               Los sistemas de comunicación han avanzado de manera espectacular en el Siglo XXI, tanto en la relación entre personas como en la localización de vehículos como en la detección de las variables de la movilidad mediante telefonía móvil como por Internet o cualquier fórmula de seguimiento vía satélite. 

               Los tacógrafos de última generación, las memorias electrónicas de los segundos previos a una colisión y las cajas negras para turismos y motocicletas que no solo se debaten en los Congresos de especialistas sino que ya se han traducido en Directivas Europeas abren expectativas de gran capacidad para el control de comportamientos de los conductores y los efectos de sus vehículos en la seguridad y salud de los habitantes.

              Las fuentes de energía aplicadas a la automoción  y sus sistemas de almacenamiento están progresando de manera espectacular en la medida que los centros de investigación van abriendo nuevos campos en la nanotecnología.

            El sector de la construcción de vehículos automóviles basado durante décadas en los motores de explosión y combustión ha estado muy vinculado al petróleo que, de tener provisiones limitadas, ha mirado de alargar su prevalencia con el uso de biocombustibles. Pero las prestaciones del litio, el hidrógeno, el vanadio y las que aportan las energías renovables, entre otras, son altenativas que permiten promover energía limpia más económica y almacenable en supercapacitadores y ultracondensadores así como en baterías de flujo. Los vehículos híbridos y eléctricos han abierto su presencia en el mercado y se presentan como una clara opción de futuro a la que se adaptarán el sector de la energía y las Administraciones de la movilidad.

            La firma de la Declaración de Amsterdam de Marzo de 2016 por los ministros de transporte y ministros de medio ambiente de todos los países europeos viene a reconocer la realidad de la existencia del vehículo sin conductor con todas las consecuencias que ello puede conllevar desde el punto de vista tecnológico, jurídico y de seguridad vial.

            La ingeniería ha abierto la puerta a la movilidad urbana inteligente y eficiente en el contexto de las “Smarts Cities” como ciudades de mejora integral de servicios sostenibles aplicando las prestaciones derivadas de la evolución de los sensores y a la conectividad de las telecomunicaciones. 

           Las Zonas de Bajas Emisiones ZBE aparecen como un peldaño más en este amplio contexto de objetivos de mejora de la seguridad vial y puede y debe beneficiarse de los avances que el mundo de la automoción está presentando, dentro del que se hace imprescindible la creación o potenciación de un gran Centro Permanente de identificación y seguimiento de los elementos del tráfico, incluidos los aspectos medioambientales. El sistema debe de ofrecerse a todas las Administraciones territoriales responsables de la movilidad segura y sostenible de una red de carreteras o calles, las cuales podrán conectarse o elegir  un sistema independiente en tanto en cuanto de los controles de los movimientos de vehículos y personas mantengan el objetivo general de la Visión Cero.

             La dependencia orgánica del  “Centro Permanente de Identificación y Seguimiento de los elementos del tráfico” deberá de ser compatible con la operatividad que facilite los accesos de entrada y salida de las informaciones según las responsabilidades que tengan asignados los Organismos competentes en el desarrollo de las respectivas funciones.

            Las Universidades Politécnicas con sus medios más avanzados de computadoras capaces de almacenar datos de contaminación (ya existente en el macroordenador Mare Nostrum de la Universidad Politécnica de Cataluña) y los Colegios de Ingenieros en sus distintas especialidades pueden con sus amplios grupos de trabajo y sus expertos deben ser los grandes colaboradores de las Administraciones responsables de los Planes de Seguridad Vial Sostenible".

Lo reproducimos en este foro para sumar esfuerzos en mejora de la seguridad vial.