Ergo+50: metodología de valoración ergonómica dirigido a los trabajadores de mayor edad.

El envejecimiento de la población en las sociedades occidentales tiene una un acusado impacto en la realidad social y sus efectos afectan a numerosos ámbitos, incluyendo el laboral. El envejecimiento tiene implicaciones, tanto positivas como negativas, en las capacidades y habilidades de las personas. Mientras que algunas capacidades (visión, audición, fuerza…) pueden disminuir, algunas funciones cognitivas, como el control del uso del lenguaje o la capacidad para procesar problemas complejos, mejoran con la edad. Aunque los efectos del envejecimiento en las capacidades han sido ampliamente estudiados, la variabilidad de la evolución de las personas hace necesario disponer de métodos de valoración que consideren a los trabajadores de mayor edad y, en especial, que valoren la capacidad para el trabajo y orienten hacia criterios que favorezcan la inserción laboral y la adaptación ergonómica de los puestos de trabajo. Estos son los principios que han guiado el desarrollo de la metodología “Ergo+50”, un procedimiento de valoración ergonómica orientado a la detección de condiciones de trabajo que tienen una especial relación con el proceso de envejecimiento. La metodología incluye dos módulos interrelacionados que analizan, por un lado, las características de las tareas y puestos de trabajo (condiciones del entorno, aspectos cognitivos, carga física, diseño, organización, políticas…) y, por otro, las capacidades percibidas de los trabajadores de mayor edad, para llevar a cabo las tareas. Los resultados que se obtienen incluyen el diagnóstico priorizado de la situación, así como recomendaciones de mejora.
Autor principal: 
Alberto
Ferreras Remesal
Instituto de Biomecánica de Valencia
España
Coautores: 
Alicia
Piedrabuena Cuesta
Instituto de Biomecánica de Valencia
España
Introducción: 

A medida que la sociedad envejece, también lo hace la fuerza laboral. Según datos de Eurostat [1], los trabajadores mayores de 55 años actualmente representan el 16% de la fuerza laboral total en la Unión Europea. Para el año 2030, se espera que los trabajadores de entre 55 y 64 años constituyan el 30% o más de la fuerza laboral en muchos países europeos. La edad de jubilación está aumentando en muchos países y es probable que muchos trabajadores enfrenten vidas laborales más largas [2].

El envejecimiento en el trabajo es, por lo tanto, una realidad que afecta tanto a la salud y seguridad de los trabajadores como a la productividad y competitividad de las empresas. El envejecimiento en el trabajo está condicionado por la capacidad para el trabajo, la cual está determinada por la interacción entre las características de los trabajadores y las condiciones y requerimientos de trabajo.

La capacidad para el trabajo es un concepto complejo que abarca los aspectos individuales y ocupacionales que son esenciales al enfrentar las demandas del trabajo [3]. Los recursos individuales que influyen en la capacidad para el trabajo incluyen la salud de la persona, la capacidad funcional (física, mental, social), la competencia profesional (capacitación, habilidades, experiencia), la motivación y la satisfacción laboral. Con respecto a los factores ocupacionales que influyen en la forma en que se utilizan los recursos individuales, se pueden incluir las demandas de trabajo (físico, mental), el entorno y la organización del trabajo.

Como indica la Organización Mundial de la Salud [4]: "los cambios que ocurren durante el envejecimiento no son lineales o uniformes, y están solo vagamente asociados con la edad de una persona". Las variables individuales y la historia personal condicionan el envejecimiento individual. Sin embargo, desde un punto de vista biológico, el envejecimiento reduce las reservas fisiológicas y, por lo tanto, incrementa la probabilidad de tener una capacidad funcional reducida.

La asociación entre el trabajo y el envejecimiento puede verse, por tanto, desde dos perspectivas complementarias:

  • En primer lugar, debido al proceso natural de envejecimiento, los trabajadores mayores pueden enfrentar problemas relacionados con el diseño de sus trabajos (por ejemplo, la fuerza manual disminuye con la edad, por lo tanto, una persona de 55 años no podrá realizar los mismos esfuerzos que cuando era joven).
  • Por otro lado, ciertos trabajos pueden suponer un riesgo importante para las personas, lo que puede llevar a los trabajadores a enfrentar un proceso acelerado de envejecimiento o deterioro (por ejemplo, trabajo por turnos, trabajo en tareas pesadas, en condiciones ambientales extremas, etc.).

La capacidad de trabajo no solo está relacionada (negativamente) con el deterioro de la edad y la falta de adaptación del entorno. El desempeño de la carrera puede proporcionar ciertas ventajas a los trabajadores mayores, como la experiencia, la capacidad de resolver problemas complejos, trucos y atajos en ciertas tareas, la visión global de la empresa y su trabajo, etc. 

La perspectiva ergonómica tiene un importante papel en la relación entre trabajo y envejecimiento. La ergonomía, desde una perspectiva laboral, se ocupa del ajuste entre las exigencias del trabajo y las capacidades del trabajador, de manera que las exigencias nunca sean mayores que las capacidades y que, por tanto, el desempeño del trabajo sea saludable, cómodo y eficiente. 

En la evaluación de riesgos es importante tener en cuenta la diversidad de los trabajadores y prestar especial atención a aquellos empleados que puedan ser especialmente vulnerables tales como: empleados jóvenes, de edad avanzada, personas con discapacidades o mujeres.  La edad es un aspecto más de la diversidad y deben tenerse en cuenta aquellos factores de riesgo específicos asociados a la misma. En el caso de los trabajadores de edad más avanzada los riesgos se asocian a los potenciales cambios en las capacidades funcionales. Sin embargo, como se ha mencionado, existe una gran variabilidad interindividual en cuanto a salud y aptitud física se refiere y dicha variabilidad se incrementa con la edad, por lo que no deberían realizarse suposiciones basadas meramente en la edad  [2].

Por ello, los procedimientos ergonómicos de evaluación y adaptación que pretendan considerar a los trabajadores de mayor edad, deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Valorar la capacidad real (no la edad) y compararla con los requisitos del puesto.
  • Fijarse especialmente en riesgos que pueden afectar en mayor medida a los trabajadores de más edad: carga física (repetitividad, esfuerzos), organizativos (trabajo a turnos y nocturno), ambientales (temperaturas extremas), psicosociales (habilidades obsoletas, carencia de formación actualizada), etc.

La mayoría de procedimientos ergonómicos (listas de comprobación o métodos cuantitativos) se dirigen a la población general, por lo que no consideran que algunos trabajadores (por ejemplo, los trabajadores de mayor edad) puedan tener capacidades limitadas o diferentes. En algunos casos, existen diferentes estrategias o recomendaciones para adaptar estos métodos a los trabajadores de mayor edad, por ejemplo [4]:

  • Bajar el "límite de peso recomendado" para calcular el riesgo de las tareas manuales de manejo de materiales.
  • Agregar factores de penalización adicionales a la evaluación de las posturas (por ejemplo, arrodillarse, agacharse, permanecer de pie / sentado por mucho tiempo ...).
  • Agregar un corrector multiplicativo de 0.6 al índice de riesgo cuando el trabajador afectado tenga más de 50 años.

Estos enfoques, aunque interesantes, no son completamente útiles, ya que no consideran la capacidad individual. Para resolver estos problemas, algunos métodos intentan especificar cuál es la capacidad de trabajo de individuos específicos. Una de las propuestas más conocidas en este sentido es el Work Ability Index (WAI) [5]. El WAI da una idea de la capacidad laboral percibida de los individuos a través de un cuestionario auto-cumplimentado que inclye aspectos sobre las condiciones de trabajo y la percepción de la salud personal. Aunque la información que proporciona el WAI es muy útil, presenta la limitación de basarse únicamente en datos subjetivos y en no poder contrastarse con las condiciones reales de trabajo.

Para solventar los problemas de estas metodologías, una buena aproximación debería incluir la valoración de las condiciones de trabajo (y especialmente de aquellas que tienen una mayor incidencia con la edad) y cotejar dichas condiciones con la capacidad percibida de los trabajadores mayores, de manera que se obtengan tanto los potenciales riesgos ergonómicos como los desajustes con las capacidades de la plantilla de mayor edad.

Estos son los principios que han guiado el desarrollo de la metodología “Ergo+50”, un procedimiento de valoración ergonómica orientado a la detección de condiciones de trabajo que tienen una especial relación con el proceso de envejecimiento. 

Metodología: 

La metodología empleada para desarrollar Ergo+50 ha incluido las siguientes etapas:

  • Revisión documental sobre el proceso de envejecimiento y cómo afecta al desempeño del trabajo:
    • Extracción de aquellos aspectos en los que hay claras evidencias de modificación de las capacidades funcionales asociadas con la edad: reducción de la capacidad aeróbica, pérdida de movilidad articular, déficit sensorial (presbicia y presbiacusia), recuperación más lenta de enfermedades y lesiones, etc.
    • Búsqueda de los criterios ergonómicos que se relacionan con potenciales riesgos laborales (carga física, iluminación, ruido, carga mental, etc.), teniendo en cuenta especialmente aquellos aspectos en los que puede haber una mayor sensibilidad por parte de las personas de mayor edad.
  • Revisión de las metodologías existentes para evaluar y adaptar puestos de trabajo:
    • Métodos clásicos de detección de riesgos ergonómicos, que permiten encontrar los factores causantes de lesiones musculo esqueléticas en aspectos como el manejo de cargas, la repetitividad o las posturas forzadas. Se han extraído las variables que condicionan los factores de riesgo y se han valorado las posibles variables correctores que algunos de estos procedimientos incorporan para adaptar el nivel de riesgo cuando existen trabajadores especialmente sensibles.
    • Métodos de Job Matching, que comparan las demandas del trabajo y las capacidades del trabajador. Son muy adecuados para detectar posibles desajustes entre las características del trabajador mayor y sus condiciones de trabajo y definir aquellos aspectos que necesitan modificarse. WAI [5], NedLabor [6] o ADAPTyAR [7] son ejemplos de este tipo de métodos.

En base a esta revisión, se han extraído las principales variables que deberían incluirse en un procedimiento que permita:

  • Detectar aquellas condiciones de los puestos de trabajo que pueden tener una incidencia específica en los trabajadores de mayor edad.
  • Valorar la capacidad funcional percibidad de los trabajadores mayores, sólo en aquellos aspectos relacionados con el desempeño del trabajo.
  • Comparar las condiciones de trabajo con las capacidades para obtener los desajustes que permitan priorizar los problemas detectados en el puesto de trabajo.
  • Ofrecer recomendaciones de intervención basadas en los resultados obtenidos.

 

Resultados: 

Ergo + 50 es una herramienta de evaluación ergonómica destinada a ayudar con la gestión de la edad en las empresas. La herramienta permite identificar las principales condiciones de trabajo que están relacionadas con la edad. La metodología incluye dos módulos interrelacionados que analizan, por un lado, las características de las tareas y, por otro lado, las capacidades percibidas de los trabajadores de mayor edad para llevar a cabo las tareas. Los resultados obtenidos incluyen el diagnóstico priorizado de la situación, así como recomendaciones de mejora.

Ergo+50 contiene dos cuestionarios que se completan de manera independiente:

  • Cuestionario de valoración de las condiciones de trabajo: debe ser rellenado por la empresa y contiene ítems relacionados con las condiciones de trabajo, del puesto, del entorno y con la organización y gestión del trabajo.
  • Cuestionario de valoración de la plantilla de mayor de edad: es individual, voluntario y confidencial, y debe ser rellenado por cada una de las personas trabajadoras de mayor edad de la empresa. Contiene ítems dirigidos a la valoración por parte de la plantilla de la capacidad para llevar a cabo las exigencias de trabajo y a la valoración de las medidas de la empresa relacionadas con la gestión de la edad.

 

Figura 1 - Ergo +50

Ambos cuestionarios son opcionales, lo que significa que es posible completar solo uno de ellos o ambos. Los resultados y recomendaciones serán diferentes dependiendo de esta elección.
La herramienta ofrece un informe para cada uno de los cuestionarios, que incluye recomendaciones para ayudar a controlar los riesgos detectados y, en caso de completar ambos cuestionarios, un informe que vincula las condiciones de trabajo con las evaluaciones de los trabajadores.
La herramienta Ergo + 50 es un módulo integrado en ErgoIBV [23], un software que permite evaluar los riesgos ergonómicos y psicosociales asociados con el trabajo.

Cuestionario de valoración de las condiciones de trabajo

El cuestionario se compone de un total de 48 ítems distribuidos entre 6 apartados. Dichos apartados son los siguientes:

  • Apartado 1: Carga física.
  • Apartado 2: Aspectos cognitivos.
  • Apartado 3: Espacios y equipos.
  • Apartado 4: Visión y audición.
  • Apartado 5: Entorno y organización.
  • Apartado 6: Gestión de la edad.

Las primeros cinco secciones incluyen preguntas sobre las condiciones de trabajo. Las preguntas que se han seleccionado incluyen aspectos en los que hay una mayor probabilidad de que la edad sea un factor de riesgo. Por ejemplo:

  • Tareas que requieren un esfuerzo elevado y continuo.
  • Permanecer de pie / sentado.
  • Exposición a mucha información y / o estímulos.
  • Alcance lateral o por detrás del cuerpo.
  • Situaciones de deslumbramientos directos o indirectos.
  • Sonidos y / o ruidos que pueden enmascarar mensajes auditivos importantes.
  • Trabajo por turnos (incluidos los turnos de noche), etc.
La sexta sección incluye preguntas sobre cómo la compañía está administrando la edad. Los temas tratados aquí incluyen:
  • Promoción de la salud.
  • Vigilancia de la salud.
  • Políticas de retorno al trabajo.
  • Entrenamiento.
  • Políticas de contratación y contratación.
  • Transición a la jubilación.
Todas las preguntas están estructuradas en forma de una lista de verificación, en la que cualquier condición marcada implica un problema potencial que debe resolverse. Además, algunas preguntas incluyen realizar cálculos simples o un cuestionario extendido.
 

Cuestionario de valoración de la plantilla de mayor de edad

Aunque el cuestionario de condiciones de trabajo tiene como objetivo detectar aspectos que están altamente relacionados con el envejecimiento, muchas condiciones sólo serán un problema real dependiendo de las capacidades específicas de los trabajadores de mayor edad. Para averiguar estas capacidades se puede usar el cuestionario de valoración de la plantilla de mayor de edad.

Este cuestionario es individual, voluntario y confidencial. Lo han de cumplimentar los trabajadores de mayor edad de la empresa (o de los lugares de trabajo específicos o secciones que se están analizando). Contiene elementos dirigidos a la evaluación de la capacidad percibida para llevar a cabo los requisitos de trabajo y la evaluación de las medidas de la empresa relacionadas con la gestión de la edad.

Después de que los trabajadores hayan completado este cuestionario, la empresa puede obtener un informe que incluya los porcentajes de capacidad percibida del personal.

Obtención de resultados

Si se han cumpliemtado los dos cuestionarios, el software Ergo + 50 ofrece los siguientes resultados:

  • Los elementos potencialmente negativos que se han detectado en las condiciones de trabajo y las recomendaciones para mejorarlos.
  • Los porcentajes de capacidad percibida del personal.
  • La relación entre las condiciones de trabajo y la capacidad percibida de los trabajadores. Esta relación puede ser de tres tipos:
    • Ajuste : se da cuando la persona trabajadora considera que es capaz de cumplir la exigencia correspondiente sin limitaciones ni problemas.
    • Desajuste moderado: se da cuando la persona trabajadora considera que es capaz de cumplir la exigencia correspondiente, pero con problemas o molestias.
    • Desajuste elevado: se da cuando la persona trabajadora considera que no es capaz o que le cuesta mucho cumplir con la exigencia correspondiente.

Figura 2 - Ergo+50 resultados

La herramienta Ergo + 50 ofrece los resultados clasificados según la gravedad del desajuste, el porcentaje de trabajadores con problemas de capacidad / desajustes y la aparición de condiciones de trabajo negativas. Para cada uno de estos resultados, se pueden consultar recomendaciones de mejora.

Conclusiones: 

Ergo + 50 es una herramienta de evaluación ergonómica destinada a facilitar la gestión de la edad en las empresas. Esta herramienta combina la evaluación ergonómica con la evaluación de las capacidades de los trabajadores. La combinación de ambos aspectos permite detectar los desajustes entre las condiciones de trabajo y las capacidades de la plantilla de mayor edad. Los resultados obtenidos incluyen el diagnóstico priorizado de la situación, así como recomendaciones de mejora.

La herramienta actualmente se ha implementado en el software ErgoIBV y se está probando en diferentes empresas del sector servicios, con el fin de validar la metodología utilizada y los resultados desarrollados. El proceso de validación permitirá refinar el procedimiento de evaluación y facilitará el desarrollo de nuevas aplicaciones y recomendaciones para ayudar a las empresas a gestionar el envejecimiento de sus trabajadores.

Referencias bibliográficas: 
  1. ‘European Union Labour Force Survey - Eurostat’. [Online]. https://ec.europa.eu/eurostat/web/microdata/european-union-labour-force-survey. [Consultado: 14-Feb-2019].
  2. EU-OSHA, ‘e-Guide Healthy Workplaces for all Ages’, 2017. [Online]. https://eguides.osha.europa.eu/all-ages. [Consultado: 08-Nov-2018].
  3. J. Ilmarinen, Ageing workers in the European Union: status and promotion of work ability, employability, and employment. Finnish Institute of Occupational Health, Ministry of Social Affairs and Health, Ministry of Labour, 1999.
  4. A. Ferreras, A. Piedrabuena, M. C. G. Molina, P. Castelló, A. Page, and L. Tortosa, ‘Trabajo y envejecimiento: mejora de las condiciones ergonómicas de la actividad laboral para la promoción de un envejecimiento saludable’, Prevención, trabajo y salud: Revista del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, vol. 30, 2004.

  5. K. Tuomi, J. Ilmarinen, A. Jahkola, L. Katajarinne, and A. Tulkki, Work ability index. Institute of Occupational Health Helsinki, 1994.

  6. F. Peydro de Moya, M. J. Vivas, S. Pitarch, D. Garrido, I. Bermejo, and J. M. Belda, ‘NedLabor/IBV, an application to evaluate the functional capacity of workers’, Revista de Biomecánica, vol. 62, 2015.

  7. Instituto de Biomecánica de Valencia - ADAPTyAR: Adaptación de puestos de trabajo y ajustes razonables. http://adaptyar.ibv.org/, 2009.

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