La imagen en la formación en prevención de riesgos laborales

El trabajo que presentamos a continuación trata de aportar a los formadores en Prevención de Riesgos Laborales una herramienta de gran utilidad en la formación de trabajadores adultos. Esta herramienta tiene su origen en los métodos de estimulación de Glenn Doman, los cuales hemos adaptado para nuestras necesidades de formación en Prevención de Riesgos Laborales. El objetivo de esta herramienta, que ha sido utilizada en una gran cantidad de cursos, consiste en usar la imagen para que el trabajador identifique situaciones de riesgo y determine por sí mismo las medidas preventivas adecuadas a cada situación planteada. Esta herramienta garantiza la participación y respuesta de los trabajadores, mejorando las actitudes preventivas a corto plazo.
Palabras Clave: 
formación, imagen, inteligencia, prevención
Autor principal: 
IVÁN
CIUDAD-VALLS

Ciudad-Valls, Iván

ICCESAL

Barcelona. España

+34 93 405 44 69 / iccesal@iccesal.com

ABSTRACT

El trabajo que presentamos a continuación trata de aportar a los formadores en Prevención de Riesgos Laborales una herramienta de gran utilidad en la formación de trabajadores adultos. Esta herramienta tiene su origen en los métodos de estimulación de Glenn Doman, los cuales hemos adaptado para nuestras necesidades de formación en Prevención de Riesgos Laborales. El objetivo de esta herramienta, que ha sido utilizada en una gran cantidad de cursos, consiste en usar la imagen para que el trabajador identifique situaciones de riesgo y determine por sí mismo las medidas preventivas adecuadas a cada situación planteada. Esta herramienta garantiza la participación y respuesta de los trabajadores, mejorando las actitudes preventivas a corto plazo.

Palabras clave:

Imagen, Doman, Formación, Inteligencia, Prevención.

INTRODUCCIÓN

El método Doman [1] está orientado a niños de etapas muy tempranas y se basa en una estimulación cerebral para desarrollar al máximo la capacidad física, social e intelectual del niño a través de una serie de programas y fases. El Dr. Glenn Doman, médico norteamericano, comenzó a dedicarse, en los años 50, al tratamiento de niños con lesiones cerebrales y progresivamente fue conocido por su trabajo con niños sanos, al aplicar programas similares a los de los niños con lesión cerebral.

Nuestra intención es adaptar la filosofía Doman a nuestro campo de aplicación, con el objetivo de estimular lo que hemos denominado: “inteligencia preventiva”.

Para ello, tratamos de desarrollar la “inteligencia preventiva” potenciando el establecimiento de conexiones neuronales y circuitos complejos para el procesamiento de la información. Es decir, y citando a Doman, “a medida que el cerebro recibe y almacena Bits de inteligencia va transformándose y aumentando su capacidad y versatilidad”.

Los “Bits de inteligencia” o “Tarjetas de información visual” en el método Doman son unidades de información que son presentadas a los niños en forma de ilustración, dibujo muy preciso o fotografía. Estos tienen una serie de características: deben ser precisos, concretos, claros, grandes y novedosos. Los bits son estímulos. El material gráfico es un estímulo visual, pero en la práctica, va siempre acompañado de un estímulo auditivo, que consiste en enunciar en voz alta lo que representa.

JUSTIFICACIÓN

Aunque nuestra formación siempre está dirigida al colectivo de adultos, nos hemos encontrado en algunas ocasiones con limitaciones a la hora de poder comunicar a los trabajadores los mensajes que considerábamos más importantes en materia de Prevención de Riesgos Laborales, ya sea por tratarse de un colectivo donde habías personas con deficiencias psíquicas, intelectuales o por desconocimiento del idioma. Así pues, debíamos buscar algún sistema que fuera inteligible para cualquier tipo de trabajador.

Conocíamos que las dos vías sensoriales que más información llevan al cerebro son la visual y la auditiva y por ese motivo nos basamos en la imagen como si fueran “bits de inteligencia” de Doman para estimular la memoria visual, adaptándolos a nuestro auditorio y a la actividad que realizan.

Nuestros mensajes, a través de imágenes, tenían que ser capaces de:

  • 1. Transformar y modificar los malos hábitos de trabajo.
  • 2. Crear y recrear situaciones cotidianas relacionadas con la actividad formativa.
  • 3. Estimular al trabajador hacia una cultura preventiva.
  • 4. Contener agresividad, humor, simpatía, etc.
  • 5. Apelar a los sentimientos más profundos del trabajador
  • 6. Reflejar unos valores

con la finalidad de asegurar nuestro objetivo: mejorar las condiciones de trabajo. Para conseguirlo era necesario que la imagen consiguiera persuadir [3] y, aunque existen muchas tipos de persuasión, solo nos centramos en dos tipos:

  • La persuasión racional o argumentativa, que sería aquella que realiza deducciones, inducciones, utiliza la referencia o la identidad, para convencer de las ventajas de aquello que queremos potenciar.
  • La persuasión emotiva o afectiva, que sería aquella que trata de influir en el

estado de ánimo del receptor, utilizando sus sentimientos (tristeza, alegría, temor, descontento), que son más estables en el tiempo, y sus emociones (rabia, miedo, euforia, etc) que son de aparición más momentáneas pero más intensas.

METODO

El método de trabajo utilizado consistió en:

  • Fotografiar todos los puestos de trabajo, equipos de trabajo e instalaciones, tanto en situaciones óptimas como en aquellas que ofrecían algún tipo de deficiencia en materia preventiva, obteniendo un importante archivo fotográfico de cada una de las tareas.
  • Buscar en Internet imágenes de situaciones consideradas “cómicas” donde se observan situaciones deficientes desde el punto de vista preventivo. El criterio que seguimos para la selección fue localizar aquella situación más absurda y genérica hasta, poco a poco y sin perder el hilo cómico, situaciones más concretas y relacionadas de algún modo con el puesto de trabajo o la tarea del trabajador.
  • También, seleccionamos de Internet otro grupo de imágenes relacionadas con el ámbito laboral, de carácter más genérico.

En una segunda fase, se realizó un largo trabajo de selección de las imágenes que habíamos obtenido y procedimos a editar solo aquellas en las que aparecían trabajadores, equipos de trabajo o instalaciones de la empresa implicadas en diferentes tipos de tareas [2]. Los criterios de edición fueron:

  • Selección del mensaje:  procedimos a seleccionar en primer lugar aquellas tareas relacionadas con una mayor siniestralidad en la empresa, después aquellas que, a pesar de no haber sido causa de ningún tipo de lesión, podrían llegar a provocarla y, finalmente también se incluyó en la selección aquellos hábitos de trabajo que considerábamos debían corregirse.
  • Uso del color: no nos referimos al color de la imagen en sí, sino al uso del color como refuerzo de la imagen seleccionada y por extensión del mensaje que queremos transmitir. De esta manera, las imágenes que correspondían a una ejecución adecuada de las tareas se ubicaban sobre un fondo dominado por el color verde (Imagen 5) y aquellas tareas que tenían algún tipo de deficiencia se colocaban sobre un fondo dominado por colores anaranjados (Imagen 3). Este criterio de color se introdujo debido al conocimiento universal que tienen los trabajadores del significado de las luces de los semáforos. De la misma manera, los mensajes escritos seguían este criterio.
  • Mensaje escrito: se descartó el uso de texto en la presentación con excepción de  dos únicos mensajes directos de carácter universal como son el “OK” (Imagen 6) y el “NO” (Imagen 7).
  • Mensaje oral: Se reforzó el mensaje escrito oralmente durante la exposición, un mínimo de tres veces durante la explicación, usando un tono imperativo la primera vez.
  • Mensaje gestual: mientras se reforzaba el mensaje escrito oralmente, también se incluía el mensaje gestual. Así pues, para el “OK”, movíamos la cabeza de arriba a bajo en el segundo mensaje y en el tercer mensaje lo reforzábamos haciendo un círculo con los dedos pulgar e índice mientras que los demás dedos permanecían extendidos. Mientras que para el “NO”, movíamos la cabeza de izquierda a derecha en el segundo mensaje y en el tercero extendíamos el dedo índice mientras los demás dedos permanecían cerrados y movíamos el brazo de izquierda a derecha. Tampoco descuidábamos algunas de las expresiones de la cara que son reconocidas universalmente como la alegría o la tristeza [4] y las aplicábamos cuando aparecía el “OK” y el “NO” respectivamente.
  • Señalización: otro de los aspectos fue señalizar las áreas donde había algún tipo de irregularidad preventiva. Esta zona fue indicada con un círculo de color rojo (Imagen 4).
  • Simbología: también recurrimos a la simbología preventiva normalizada, cuando fue necesario (Imagen 8).

Tenemos que añadir que siempre se contó con la colaboración de los trabajadores para ser fotografiados y también se les explicó el objetivo didáctico del uso de las fotografías. En cualquier caso se consideró que se debían difuminar las caras para que no pudieran ser fácilmente identificados.

PRESENTACIÓN DE IMAGENES

La última fase de preparación de la formación consistió en la disposición de las imágenes para que resultasen efectivas.

En primer lugar introducimos las imágenes “cómicas” con la intención de romper los primeros minutos del curso. Nos dirigíamos a los alumnos preguntándoles:

  • 1. si consideraban que podría existir una exposición a algún tipo de riesgo,
  • 2. por qué pensaban que existía un riesgo
  • 3. qué medidas creían que se deberían de tomar en esas situaciones (Imagen 1 e

Imagen 2).

Imagen 1                                                                                                    Imagen 2

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http://2.bp.blogspot.com/_34YcbM49hn4/SNUXGINC1fI/AAAAAAAAAJw/L39_Xfmck-I/s400/Riesgos-laborales-13.jpg

Como esperábamos, estas primeras imágenes conseguían crear un ambiente distendido y relajado. El lenguaje que usábamos para explicar lo que sucedía era muy coloquial y directo, lo cual facilitaba la complicidad de los alumnos.

Seguidamente, pusimos las fotografías editadas que habíamos tomado de los puestos de trabajo, instalaciones y equipos de trabajo. El ritmo de presentación de las imágenes fue más lento que las anteriores ya que queríamos que reflexionasen sobre cada una de ellas. Se adaptó un lenguaje más formal para explicar el contexto de la imagen, si aparecían tareas explicábamos cual era la finalidad de la misma y en caso de que apareciera algún tipo de equipo de trabajo, la descripción y utilidad de éstos (Imagen 3 e Imagen 5).

Imagen 3                                                                    Imagen 4

Una vez realizada la explicación contextual se preguntaba a los alumnos lo siguiente:

  • 1. si consideraban que existía algún tipo de riesgo,
  • 2. a qué tipo de riesgo podían estar expuestos.
  • 3. si consideraban que era adecuado trabajar en esas condiciones
  • 4. si era necesario algún tipo de mantenimiento o poner algún tipo de protección

Algunas de las imágenes correspondían a deficiencias preventivas de diferente tipo (Imagen 3), unas más evidentes que otras, que habíamos detectado. Otras imágenes correspondían a aquellas que no presentaban ningún tipo de deficiencia (Imagen 5 e Imagen 6). Estas últimas se iban introduciendo de manera aleatoria.

El motivo de introducir estas dos tipologías de imágenes de forma aleatoria se debió a que buscábamos que el grupo reflexionase sobre cada imagen en función de sus conocimientos y experiencia previa, ya que la mayoría de ellos ya habían conocían las tareas, los equipos de trabajo y las instalaciones. Observamos que se producía una retroalimentación de valor incalculable entre los propios alumnos, ya que se implicaban en cada una de las imágenes. También el formador recibía una importante retroalimentación del grupo, lo que facilitaba la posibilidad de realizar preguntas más concretas en función del nivel del auditorio.

Imagen 5                                                                     Imagen 6

Cuando el grupo llegaba a un consenso de respuesta, la imagen avanzaba y ellos mismos salían observaban la respuesta en la pantalla (Imagen 4, Imagen 6, Imagen 7 e Imagen 8).

Hay que puntualizar que cada vez que un trabajador o trabajadora respondía introducíamos la duda en ellos y volvíamos a realizar la misma pregunta a uno o dos compañeros más. Con esto tratábamos de motivar la respuesta y hacer reflexionar a todo el grupo sobre la imagen.

Imagen 7                                                                    Imagen 8

Finalmente también intercalamos entre las imágenes de las tareas otras de ámbito laboral, que aún siendo más genéricas, pudieran relacionarse con su trabajo y además, y lo que fue más importante, pudieran apelar a los sentimientos más profundos del trabajador (Imagen 9, Imagen 10, Imagen 11 e Imagen 12). Cada vez que aparecía una imagen de este tipo la  manteníamos durante más  tiempo que las anteriores para que la observaran bien y les preguntábamos:

  • 1. que veía en la imagen
  • 2. como se sentía al verla
  • 3. que había sucedido o sucedería

Imagen 9: The victim, by Zsolt Dobóczky

Fuente:  Photo  competitions  2011.  European  Agency  for Safety and Health at Work

Imagen 10: Blind man’s bluff by Josef Hinterleitner

Fuente:  Photo  competitions  2011.  European  Agency  for Safety and Health at Work

Imagen 11: A better way by Katja Wittig

Fuente: Photo competitions 2009. European Agency for Safety and Health at Work

Imagen 12: Working in office by Michel Widenius

Fuente: Photo competitions 2009. European Agency for Safety and Health at Work

Cuando ya se había reflexionado en grupo sobre la imagen, se mantenía proyectada durante unos segundos en pantalla y ese tiempo el formador se mantenía en silencio.

Pasado ese tiempo de silencio forzado, se pasaba a la siguiente imagen, hasta finalizar la formación.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  • 1. Doman, G. (2010) Como enseñar a leer a su bebe: la revolución pacífica. Editorial: EDAF. ISBN 9788441421349
  • 2. Galiano, A.; Llacuna, J., NTP 662: La experiencia y la imagen en el proceso de la comunicación en PRL. Editorial INSHT
  • 3. Galiano, A.; Llacuna, J., NTP 655: La imagen como elemento motivador para la prevención de riesgos laborales. Editorial: INSHT
  • 4. Davis,  F.  (1998)  La  comunicación  no  verbal.  Editorial:  Alianza,  1998.  ISBN 9788420639543