Qué es la resiliencia tóxica y cómo distinguirla de la que es positiva

Qué es la resiliencia tóxica y cómo distinguirla de la que es positiva

Aunque la resiliencia nos ayuda a alcanzar un estado de excelencia personal y profesional, esta puede convertirse en tóxica si no se emplean los recursos necesarios
5 Julio 2024

La resiliencia es la capacidad de una persona para adaptarse y recuperarse frente a situaciones adversas o traumáticas. Implica la capacidad de sobreponerse, aprender y crecer a partir de ello. Y esta palabra tiene sus raíces en el latín, específicamente en el verbo «resilio», que significa «saltar hacia atrás» o «rebotar», implicando un retorno a la normalidad. Esta noción está estrechamente ligada a la física, donde se refiere a la capacidad de los materiales para recuperar su forma original después de haber sido sometidos a altas presiones.

Desde el ámbito de la psicología se combinan, de alguna manera, todas estas acepciones, de modo que la resiliencia sería la capacidad de afrontar la adversidad creando los recursos psicológicos necesarios para salir fortalecidos y alcanzar un estado de excelencia profesional y personal.

Las características psicológicas y los comportamientos de una persona resiliente, tal como muestran desde Buencoco Psicólogos, suelen incluir:

- Una actitud positiva, enfocándose en cómo hacer frente a una situación y no entrando en bucles de pensamientos negativos.

- Flexibilidad mental y capacidad de adaptación.

- Habilidad para resolver problemas.

- Capacidad de regular sus emociones.

- Autoestima sólida e inteligencia emocional.

- Visión realista de la situación y del futuro, aprendiendo de las adversidades.

Así es la resiliencia tóxica

Sin embargo, aunque se conoce la resiliencia como algo bueno que podemos hacer por nosotros mismos, hay que tener mucho cuidado para que esta no se vuelva tóxica. La resiliencia tóxica, desde el punto de vista de la psicología, es cuando una persona utiliza mecanismos de afrontamiento poco saludables o destructivos para enfrentar el estrés o las adversidades. Aunque pueda parecer que están superando los desafíos, en realidad están ignorando o reprimiendo emociones importantes, sobrecargándose emocionalmente. Pueden negar la gravedad de una situación o recurrir a comportamientos dañinos, como el abuso de sustancias o la evasión emocional, en lugar de abordar constructivamente el problema. Esto puede llevar a un deterioro de la salud mental y emocional a largo plazo.

Algunas personas resilientes pueden sentirse obligadas a ser autosuficientes y a no pedir ayuda. Aunque es importante tener la capacidad de hacer frente a los desafíos por sí mismos, la falta de apoyo social y emocional resulta perjudicial, y puede derivar en aislamiento y dificultar la recuperación de situaciones adversas.

Desarrollar la resiliencia

Teniendo esto en cuenta, y especialmente para quienes no han desarrollado aún la resiliencia, desde Buencoco comenta que desde la perspectiva de estos expertos, desarrollar la resiliencia implica trabajar en varias áreas. Estas incluyen el fortalecimiento de habilidades de afrontamiento de situaciones difíciles y dolorosas, como parte de la vida.

«Se puede observar el nivel de resiliencia de una persona viendo cómo se enfrenta a desafíos y adversidades en su vida. Si tiende a adaptarse y recuperarse de manera efectiva, si mantiene una actitud positiva y si busca aprender y crecer de las experiencias difíciles, es probable que tenga un buen nivel de resiliencia», explican desde Buencoco.

También la resolución de problemas y la gestión emocional, cultivar una red de apoyo social, mantener una actitud optimista, aprender de las experiencias pasadas y buscar el crecimiento personal y la autenticidad.

La terapia cognitivo-conductual y otras formas de terapia junto a un psicólogo pueden ser útiles para aprender estrategias específicas y aumentar la resiliencia.

Resiliencia en el ámbito profesional

La resiliencia en el trabajo se refiere a la capacidad de los individuos para mantener un rendimiento efectivo y adaptarse de manera positiva frente a las demandas y desafíos laborales.

Esto puede incluir técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda o la meditación, el establecimiento de límites saludables, la gestión del tiempo y la organización, el desarrollo de una mentalidad optimista y la práctica de la autocompasión. En el ámbito profesional es muy útil. Los expertos de Buencoco comentan que un buen líder es resiliente si tiene:

• Capacidad de improvisación, para ser flexible y actuar fuera de lo planeado.

• Resistencia ante la presión. Todos los profesionales sufren presión a diario en su puesto de trabajo. Sin embargo, suele suceder que cuanto más alto es el cargo más responsabilidades acarrea. Los líderes o directivos deben absorber la presión y convertirla en algo natural, para intentar sacarle partido y convertirla en algo positivo. Increíble, ¿verdad?

• Actitud resolutiva. Mantener la calma en momentos de crisis, - ninguna empresa se salva - y buscar soluciones sin dejarse llevar por el pesimismo, el estrés o la presión.

• Previsión. Como decimos, a lo largo de una carrera profesional se viven crisis, cambios y mejoras. Si se ven venir estos cambios resultará mucho más sencillo actuar en consecuencia y adaptarse a ellos.

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