El calor extremo incrementa el riesgo de parto prematuro

Redacción

Un reciente estudio realizado por la Universidad de Monash (Australia) y publicado en ‘JAMA Pediatrics’ concluye que el calor extremo está estrechamente vinculado con el aumento de prevalencia de partos prematuros. Analizando datos de 1,2 millones de nacimientos en Sídney a lo largo de dos décadas, los investigadores hallaron que el riesgo de parto prematuro es mayor durante el tercer trimestre de la gestación y en días de alta temperatura.

En 2023, el planeta experimentó temperaturas sin precedentes, con un promedio global de 14,98°C, superando por 0,17°C que se registró en 2016 y se situaba como récord global. Este incremento sitúa al globo terráqueo a una temperatura de 1,48°C por encima de los niveles preindustriales, rozando los límites fijados en el Acuerdo de París.

Para 2024 ya se ha calculado que la temperatura global excederá el límite crítico de 1,5 ºC de subida según revelan las investigaciones del grupo de Variabilidad y Cambio Climático del Barcelona Supercomputing Center.

Menor efecto en zonas verdes

Es importante destacar que los resultados de la investigación de la Universidad de Monash sugieren que los efectos de las temperaturas extremas son menores en las zonas con mayor cobertura vegetal. Éstas ponen de relieve la importancia de las estrategias urbanas de enfriamiento para mitigar los efectos de las altas temperaturas. Además, los investigadores resaltan la necesidad de preparar planificaciones específicas, en los servicios de salud, que prevean esta incidencia en los períodos de altas temperaturas en especial para las gestaciones que se sitúen entre la semana 21 y la 37. También consideran que hay que establecer políticas públicas que prioricen la expansión de espacios verdes.

Atención a las altas temperaturas durante la noche

Las temperaturas nocturnas elevadas, especialmente los episodios de calor intenso, tienen un impacto notable en la salud de las embarazadas. Afecta al sueño y el correcto descanso. La calidad y duración del sueño son vitales para la salud general, y cualquier perturbación en estos elementos puede influir negativamente en los desenlaces del embarazo.

También es clave tener presente que los incrementos en la temperatura nocturna pueden desequilibrar los ritmos circadianos y afectar la presión arterial, aspectos particularmente preocupantes para las mujeres embarazadas.