Por qué me tomo tan en serio el metaverso

Por qué me tomo tan en serio el metaverso

No tomarse en serio el metaverso y sus implicaciones es casi como no tomarse en serio Internet cuando empezaba. Porque el metaverso es simple y llanamente Internet elevado a la 10ª potencia.
10 Diciembre 2021
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Como todas las grandes ideas, es fácil entender su utilidad. Y su potencial. Si Internet ha sido tan útil para el trabajo, la información o las relaciones sociales, imagínense cómo puede afectar a todo lo anterior la creación de un auténtico mundo virtual, un universo paralelo: el "metaverso".

En el metaverso podremos hacer todo aquello que no exija un contacto físico. Y lo haremos sintiéndonos realmente "dentro". Y no como ahora, que existe una frontera muy clara entre la persona y el mundo virtual (en forma de pantalla). El acceso al metaverso pasará por colocarnos unas gafas, cierto, pero no de esas que son como enormes gafas de bucear, sino gafas normales, con micro dispositivos que nos permitirán interactuar como si estuviéramos en ese otro mundo.

Además, el metaverso no solo es importante "per se", sino porque su desarrollo necesita de otras tecnologías punteras y supondrá un fuerte impulso para dichas tecnologías. En el metaverso no se pagará con dinero físico: se pagará con dinero digital. Y no precisamente del controlado por los bancos centrales. Y cuando se compre una vivienda - que luego utilizaremos en el mundo real - el notario será un algoritmo y la compra quedará inscrita en una cadena Blockchain. El desarrollo del metaverso necesita de una enorme capacidad de computación, del 5G, de la inteligencia artificial o de las criptomonedas, entre muchas otras cosas, por eso digo que es el segundo escalón de la revolución digital.

No pretendo explicar mejor que los especialistas en tecnología lo que hay detrás de esta revolución. Mi intención es más prosaica: sólo pretendo que nuestros clientes se beneficien de este gran paso, como se beneficiaron quienes invirtieron hace 20 años en el Nasdaq en lugar de en el Ibex (y obtuvieron como recompensa un 600 % más de rentabilidad).

He de reconocer que ahora va a ser mucho más difícil. ¿Y saben por qué? Por ser españoles. Hace 20 años España era puntera en la inversión colectiva, con todas las gestoras internacionales trayendo sus productos, atraídos por una actitud amigable e innovadora por parte del sector financiero español.

Ahora esa actitud ya no es colaborativa: es defensiva. Todo son barreras de entrada, dirigidas a proteger las cuentas de resultados de los distribuidores, es decir bancos, sociedades de valores y asesores no independientes. Hasta tal punto que, hoy por hoy, en nuestro país no se pueden comercializar productos para invertir en el metaverso entre inversores minoristas. Ni nosotros recomendarlos (como asesores independientes que somos). Primero, porque son norteamericanos, es decir, de fuera de la UE. Segundo, porque utilizan formato ETF (fondo cotizado) y los distribuidores españoles ven en los ETF en general una amenaza a sus cuentas de resultados. Resulta que los ETF, además de ser fondos mucho más eficientes que los fondos tradicionales, son mucho más baratos, por lo que le dejan menos comisión al distribuidor. De ahí las barreras de entrada. Se activa primero la barrera de que son de fuera de la UE y, si alguna entidad se sale del tiesto y busca un hueco legal, se activa automáticamente la segunda barrera, es decir, que al ser ETFs no tienen las ventajas fiscales de los fondos tradicionales. Hemos pasado de ser financieramente innovadores a innovar para evitar que entren los productos financieros más punteros.

Los fondos de inversión tradicionales no sirven para participar en las primeras fases del metaverso. Hablamos de invertir en pymes especializadas. Más que comprar Facebook, se trata de comprar las pymes y startups que comprarán los Facebook y otros grandes por una millonada para posicionarse en el metaverso. Esas pymes o no están o tienen un peso muy pequeño en los índices, que es donde invierten el grueso de su activo los fondos tradicionales.

Para los españoles, invertir en el metaverso se ha convertido en algo parecido a comprar revistas eróticas en la España del franquismo, que había que irse a otros países para adquirirlas. En fin, en lo que cambian las cosas, estamos preparando algunas ideas sobre cómo tomar posiciones en el metaverso pese a las barreras de entrada. Y, muy importante: rechacen imitaciones. La única forma de invertir en algo tan novedoso, donde la tecnología y el conocimiento de las empresas juega un papel tan importante, es con productos que tengan selectores en el lugar de los hechos, normalmente ETFs norteamericanos.

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