Se buscan profesionales que rompan los límites

Se buscan profesionales que rompan los límites

Una realidad cada vez más compleja y conectada ha puesto en valor a los polímatas, perfiles que unen conocimientos muy diversos y son capaces de aportar soluciones creativas que marcan la diferencia
4 Julio 2021

La digitalización acelerada ha cambiado el paso de las empresas y ha puesto en valor la necesidad de apostar por los perfiles tecnológicos e innovadores. Pero, en un mundo cada vez más conectado y complejo se ha reforzado también la importancia de unir talentos diversos y versátiles. Se engrandece la figura del polímata, profesionales que aúnan conocimientos humanísticos, empresariales y tecnológicos y son capaces de ‘salir de la caja’, es decir, ofrecer una visión global y distintiva que permita a los negocios ir un paso más allá. «Nunca hubo un momento de la humanidad donde tantas personas estuvieran conectadas entre sí, en el que fuera tan barato estudiar con gente tan buena y donde tanta gente cualificada esté pensando a la vez. Estamos en un pliegue de la historia y el Covid-19 lo que ha hecho es acelerarlo», afirma Carlos Rebate, escritor y polímata.

En ese cuadrilátero las empresas se juegan su supervivencia, sujeta a un dilema laboral, porque el futuro es poliédrico e ignorar esa realidad puede marcar la diferencia entre avanzar o quedar KO. En este ecosistema el polímata se vuelve un activo imprescindible. También conocidos como personas multipotenciales, scanners o con un término cada vez más en boga como es el de `knowmad´(nómada del conocimiento), sinónimos todos ellos con leves matices diferenciales. Aun así, como dice el informe de Deusto Business School y 3M este perfil supone una mente capaz de funcionar a caballo entre dos o más campos, estableciendo conexiones entre ellos como un recurso al servicio de la creatividad. Por lo que su relación con la innovación empresarial se muestra como algo natural.

El efecto Medici

Francisco González Bree, profesor, investigador, artista, asesor empresarial y músico en sus ratos libres, afirma que el polimata impacta en tres cosas: es más creativo, mas resiliente y polivalente. Eso es un punto de partida fundamental porque tanto para la innovación como para el emprendimiento la imaginación es el motor principal para generar un nuevo modelo de negocio. Además, hay que formar un equipo equilibrado, de modo que cuando hablamos de polímatas, también se está hablando de equipos polímatas.

Algunas de las personas más conocidas de las ciencias y de las artes, Stephen Hawking, Madame Curie, Jeff Bezos, Leonardo da Vinci eran o son polímatas carismáticos e inspiradores. Y el viaje de la innovación ha evolucionado mucho en los últimos cincuenta años, inicialmente se pintaba como un embudo horizontal, en el que ibas metiendo ideas y se cribaban hasta quedar una sola. Actualmente la lógica tiene que ver con un rombo donde se busca a alguien que sea muy divergente, ahí es donde entran los polímatas, que al tener un campo de miras más amplio van a ser conexiones inesperadas. Una vez tenemos una gran cantidad de ideas se hace el camino opuesto, convergente, seleccionando. En ese proceso los especialistas son muy útiles porque son conocedores de los detalles de cada una de las potenciales soluciones.

En los últimos doscientos años en la historia del `management´, las organizaciones han fomentado muchísimo el especialista, y en el educativo también. Las empresas están organizadas por silos, la gente de finanzas, la de logística, etc. El empuje ha sido especialista, pero en los grandes momentos de la creatividad de la Atenas Clásica, Florencia en el Renacimiento o Edimburgo en la Ilustración escocesa hubo mucho polimatía y el efecto Medici.

González Bree recalca la diferencia entre un manager que gestiona la organización de un líder que entiende cuál es el propósito de la organización y consigue contagiarlo al resto. Y pone como ejemplo de líder visionario a Lorenzo de Medici, era un banquero, pero tenía una gran sensibilidad por las artes, y sabía que la mejor forma de fomentar el talento era reuniendo a personas geniales en espacios profesionales, y otros informales que servían de lanzadera de ideas.

En las últimas décadas, Amazon, Google, Facebook o Adobe usan artistas en residencia, que consiste en recurrir a un emprendedor externo a la empresa para que contagie ese espíritu y aporte opiniones que puedan tener impacto. A nivel empresarial el aporte es la visión de conjunto, con el fin de verificar si cosas que se llevaban haciendo mucho tiempo tiene sentido que sigan manteniéndose o hay que dar un viraje. En el fondo es llevar el planteamiento de las startups al intraemprendimiento de las organizaciones.

En este panorama, España tendría todas las condiciones para ser campeona del mundo de la creatividad aplicada en la empresa. Pero están desaprovechadas. «Está muy rezagada en innovación. No sabe conectar ciencia y arte, tiene muchos silos funcionales y burocracia», explica Francisco González Bree, director académico del Master in Business Innovation de Deusto Businness School.

MIT Media Lab en Estados Unidos, la Universidad de Aalto en Finlandia o Ars Electronica en Austria serían espacios que permiten la germinación de polímatas. Un ejemplo antiguo es Xerox PARC, por el que pasaron Steve Jobs o Bill Gates. Inventar el futuro requiere un cambio de paradigma, antes uno pasaba a tener la ilusión de trabajar toda su vida en una empresa, pero en la actualidad las nuevas generaciones se moverán por cosas que les interesa y tienen menos fidelidad. En ese paso una empresa debe entender la motivación intrínseca de sus empleados o perderán a los mejores.

Bree confiesa que el sistema lo encarriló por el mundo de los negocios hasta que en 2010 se cruzó con un máster que le permitió ir a Florencia. Allí conoció a un profesor que le descubrió el efecto Medici y la polimatía. En 2015 empezó con las exposiciones de arte digital. Y en 2018 comenzó a escribir libros de ciencia ficción. Ahora, en su trabajo le permiten aplicar la ‘política del 20%’. Una desus cinco jornadas laborables la puede dedicar a algo que le apasione, siempre que le permita abrir una conexión con la actividad empresarial. La moraleja es que sale petróleo de entornos organizacionales que ponen a la persona en el centro y permiten esa convivencia de ideas laborales y personales.

El futuro laboral es de los polímatas

Carlos Rebate es informático, estudió filosofía y también hizo un máster en Management. Ahora, ejerce de Director de Transformación y Procesos de Negocio en Securitas Seguridad España, es profesor de Inteligencia Artificial en la Universidad Nebrija y autor de seis libros. Sostiene que el acceso y la calidad del conocimiento nunca han sido tan elevados como ahora. Y entre los rasgos del polímata destaca que practica activamentela ‘polinización cruzada’, llevando herramientas de conocimiento de un dominio a otro. Le gusta aprender de los demás y tienen una comunicación emocional muy rica. Para ellos cada área de conocimiento nuevo es una oportunidad. «El polímata es un salvavidas para el futuro del trabajo, es capaz de transformarse varias veces, porque la vida da para tener muchas vidas dentro de uno», explica Rebate. «El polímata es un superviviente nato que es atractivo para las organizaciones, porque se sale de un silo de pensamiento, lo que puede ser para esa organización la diferencia entre ser o no ser sostenible», añade.

Matiza que las startups podrían ser un terreno más fértil que las empresas para encontrar polímatas, pero solo por su propia naturaleza. No tienen nada que perder, mientras que la toma de decisiones en una empresa tiene un mayor impacto para una base de miles de trabajadores y accionistas, por tanto, avanza con más cautela. No obstante, señala que algunas empresas están empezando a entender el valor de tener gente con un perfil variado, que contraten a alguien con un perfil como el suyo es prueba de ello. Explotando así la teoría de inteligencias múltiples del psicólogo Howard Gardner.

La ley de Martec enunciada por el informático Scott Brinker dice que la tecnología es exponencial y las organizaciones humanas son logarítmicas. Conviven esas dos velocidades a la vez, y se tendrán que ir paulatinamente ajustando. Estamos en un momento de la historia que puede provocar efectos en cadena que las siguientes generaciones tendrán que afrontar. Para el profesor Rebate es como una manada de ratas corriendo hacia un abismo con la esperanza de que a una de ellas se le ocurra una idea que las aleje de ese final. Y en ese panorama es necesario que las personas que tomen las decisiones tengan una visión multifacética de la realidad.

Estamos en un momento en el que disciplinas olvidadas o arrinconadas pasan a ser relevantes. Así Nick Bostrom, referente de la inteligencia artificial, es filósofo y dirige el Instituto para el Futuro de la Humanidad. Por esta razón, para Rebate elegir la filosofía como segunda carrera fue su mejor elección, le aportó un estilo de pensamiento distinto a todo lo que conocía hasta entonces. Además, ha puesto en marcha el Proyecto Luz que consiste en llevar personas con un recorrido profesional interesante a los colegios para que escuchen algo que los motive. La idea es que la facilidad de acceder a personas con talento hace más sencillo que inspire eventos o ideas geniales.

El futuro del sénior

Raquel Roca es periodista y fue pionera en introducir en 2013 el término `Knowmad´ (nómada del conocimiento) en España a partir de la publicación de su libro del mismo título. La idea es que no hay edad, cargo o puesto determinado para ser un nómada del conocimiento. La palabra como tal aparece en 2012, acuñada por el experto en el futuro del trabajo John Moravec. Roca trabaja activamente con compañías del Ibex 35 para que los empleados y la propia empresa sean `knowmad´. Sus competencias son: mente flexible y abierta, capacidad para navegar con cierta tranquilidad en entornos de incertidumbre, son solucionadores de problemas, comparten el conocimiento y saben autogestionarse y tienen una marca personal.

En opinión de Roca lo que les falta a las empresas para sacar todo el partido a estos perfiles es que se entienda el valor que aportan y terminar de romper los procedimientos antiguos. «Por lo tanto, si le perdemos el miedo a que hay nuevas maneras de relacionarnos ganaremos todos. En España el concepto de flexibilidad se asocia a algo malo, pero en el fondo es cambiar la cultura empresarial con una nueva manera de ser y de hacer».

La periodista considera que los núcleos de contratación están siendo cada vez más pequeños, de ahí la importancia de reivindicar el talento sénior y su capacidad para la formación continua y el aprendizaje de nuevos conocimientos diversos. «Estoy tratando de concienciar a las empresas para que dejen de practicar el edadismo, además en España no tenemos apenas jóvenes, eso significa que vamos a tener que cambiar los criterios de contratación, no nos va quedar más remedio». El grueso laboral más grande está en el talento sénior de 45 a 65 años. Por ello, ha creado una academia digital para la figura del sénior que tienen como responsabilidad actualizarse para seguir siendo tenido en cuenta.

El tiempo de la IA y la universidad

Idoia Salazar es periodista, profesora de Inteligencia artificial y ética en la Universidad San Pablo CEU y autora de dos libros. En 1995 le preocupaba el impacto que tenía la tecnología en la sociedad y empezó a investigar sobre ese tema. Reconoce: «Siempre he buscado hacer de traductora entre el mundo tecnológico, visto como muy técnico, y el público, en general». Su bagaje en tecnologías y en la IA fue autodidacta, cuando empezó no había másteres específicos porque todo era muy incipiente. Por eso estudió por su cuenta.

A ello se une un bagaje filosófico, porque hoy se están haciendo planteamientos éticos que hace décadas no se hacían, precisamente por la IA. Un ejemplo de ello se da en Silicon Valley donde las empresas están demandando cada vez más filósofos. Su perfil polímata le ha permitido ser cofundadora y presidenta del Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial (OdiseIA) y miembro del equipo de expertos del Observatorio de Inteligencia Artificial del Parlamento Europeo. Explica que el conocimiento debe ser cada vez más transversal y continuo, por eso en la universidad van en aumento las asignaturas compartidas en diferentes grados. Desenterrando por el camino la popular idea de «soy de letras o de ciencias», como si fueran compartimentos estancos y separados. «No podemos ignorar un mañana, que pide del ser humano ser capaz de saber aprovechar las oportunidades», afirma Salazar.

Aprender a bailar

Mientras los niños deseaban ir a Disney Javier Sirvent soñaba con ir a Silicon Valley. Asesor de empresas, emprendedor, inventor y divulgador científico, a Sirvent el espíritu polímata le es innato, y él habla de las tres T: talento, talante y tecnología como base de la polimatía. Los grandes errores que se cometen los achaca a un efecto que en psicología se conoce como Dunning-Kruger, por el cual los individuos poco competentes sobrestiman su habilidad, mientras que los individuos sobradamente preparados hacen lo contrario. Declara que ser polímata es ser Tom Hanks en la película `Náufrago´, cada día tienen que resolver problemas diferentes, y muchos se sienten además como el loco de la isla desierta.

Acota que sus momentos importantes han coincidido con un puñetazo en la cara, Tyson decía que todo el mundo tiene un plan hasta que te dan un puñetazo en la cara. «No se trata de correr de un lado a otro, es aprender a bailar, ya que la música que te pongan la vas a tener que bailar sí o sí», afirma. Comenta que una de las claves para cualquier compañía es formar e informar a la gente. Y eso va en relación directa al talento y talante del director general. Afirma que en el mundo laboral del futuro la IA sustituirá cualquier trabajo que sea aburrido y no quiera hacer nadie, que sea peligroso o que suponga pagar muchos impuestos, ya que un robot no cotiza ni cotizará.

Reconocer al polímata

Cuando en 2013 Domingo Gaitero visitó Venezuela conoció a Charles Brewer, uno de los padres de la polimatía mundial, y al verle le explicó que era un polímata. Le encargó que cuando reconociera otro se lo hiciera saber, y así llegó más gente como por ejemplo Francisco Bree. Gaitero dado clases en universidades como Deusto, Politécnica de Cataluña, Carlos III de Madrid y Politécnica de Sevilla sobre Ingeniería del software y Calidad, ha puesto en marcha dos factorías de software y Testing en Valladolid y Sevilla. Ha sido vicepresidente del comité de TIC en la Asociación Española de Calidad y fundó la startup Proceso Social. Declara:«Me dedico a implementar y auditar sistemas de gestión de calidad, seguridad, medio ambiente y mi base siempre han sido las normas y los procesos. A través de lecturas clásicas que van desde Sócrates hasta Toyota he visto que el factor humano es crítico para la implantación de estos sistemas».

Para él un polímata es una persona que a pesar de tener mucha experiencia no le es suficiente y considera que siempre necesita más. Expone que el mayor reto para la polimatía es conseguir que no se convierta en una moda que desprestigie el trasfondo cultural como ha ocurrido con el coaching, con la calidad e incluso con la innovación. Opina que España no es país de polímatas, aquí se considera que las personas con múltiples inquietudes son dispersas.«Estoy seguro de que hay muchos polímatas que no se atreven a mostrarse, sobre todo si encima son mujeres», afirma.

Cuando el futuro nos alcance

David Vivancos desde pequeño ya sabía que era polimata, ganó su primer concurso de programación con 12 años y empezó a programar con 8 años. Ha desarrollado actividades en áreas como arte electrónico, realidad virtual, nanociencias, neurocomputación o ‘deep learning’ y ha creado cinco empresas. Cuando vino a Madrid y montó su primera empresa con un socio que era artista vio cómo mezclar ciencia, tecnología y arte.

Para Vivancos el principal reto para la sociedad es lidiar con la eclosión de la IA y que esos sistemas de IA sean más justos y estén entrenados correctamente. La evolución del polímata ahora está limitado por las capacidades humanas, pero matiza que la hibridación entre la IA y los seres humanos dará lugar a una nueva realidad de humano aumentado, se está viendo de forma inicial con los wearables.

Declara que siempre ha tratado de estar en el límite de lo que es posible y lo que la gente cree que es imposible, y a veces, para eso, tienes que moverte por muchos campos y si eres capaz de mezclar áreas puedes encontrar un camino transitable. Por eso, «la forma de superar los imposibles es la fusión entre aprender, construir y hacer, que es donde está la magia de la polimatía y el emprendimiento, porque como decía el Premio Nobel de física Dennis Gabor: lo interesante del futuro no es imaginarlo, sino construirlo».

Geometría renancentista

Francisco Bree establece una clasificación entre estas nuevas figuras polifacéticas, de tal modo que podemos distinguir entre el polímata que se mueve con versatilidad y a un alto nivel entre diversas disciplinas de los especialistas o monómatas, que son muy buenos haciendo un análisis detallado de los retos para los que proponen soluciones. Una tercera figura serían los polímatas especialistas, que dominan unas pocas disciplinas o áreas al más alto nivel. Ilustrativamente es como concebir una T, la línea vertical representa un conocimiento profundo y la línea horizontal muestra las diferentes áreas que un polímata domina. Mientras que los generalistas tienen una gran amplitud de conocimiento que recombinan de forma creativa. Siguiendo la lógica de la T, los polímatas generalistas son como una T achatada, la línea horizontal será larga y la vertical más corta.

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