Ventajas de la economía circular para la sociedad y para los ciudadanos
Ventajas de la economía circular para la sociedad y para los ciudadanos
Redacción
Incremento de la renta disponible
El análisis de tres de los sectores más importantes para la sociedad: movilidad, alimentación y entorno de la construcción, permite llegar a la conclusión de que el desarrollo económico circular puede incrementar de modo significativo la renta disponible de una familia media como resultado de la reducción del coste de los productos y servicios, y de la conversión de tiempo improductivo en productivo. Este hecho se hace patente si se tiene en cuenta, por ejemplo, la reducción de los costes derivados de la congestión del tráfico.
Aumento de la calidad y reducción del precio de productos y servicios
La mejor calidad y el mayor beneficio económico para los clientes pueden obtenerse aprovechando la mejor relación calidad / precio que ofrecen los modelos circulares. Las opciones de elección del cliente aumentan, ya que los productores ofrecen la posibilidad de personalizar los productos o servicios para satisfacer mejor las necesidades de los clientes, estimulando la mejor adaptación de la oferta a una demanda más objetiva, y reduciendo las posibilidades de compra compulsiva.
Reducción de la obsolescencia
Los productos fabricados para durar o para ser reutilizados repercuten en los presupuestos de los ciudadanos y en su calidad de vida. Si el cliente evita la obsolescencia, podrá reducir considerablemente los costes totales de propiedad y dispondrá de mayor comodidad, ya que evitará las dificultades que conllevan las reparaciones y las devoluciones.
Mejoras en prevención, seguridad y salud ambiental
Es un hecho que la contaminación del aire y del agua, la deficiente gestión de residuos y de los recursos hídricos, el vertido incontrolado de aguas residuales y la carencia de infraestructuras y servicios de saneamiento y potabilización adecuados, favorecen la dispersión de agentes contaminantes, a la vez que representan factores de riesgo para la salud y el bienestar de los ciudadanos. Es igualmente evidente que el deterioro del paisaje y del ambiente físico, manifestado como consecuencia de la degradación de bosques, lagos y cuencas hidrográficas, y del impacto visual que genera la gestión deficiente e incontrolada de residuos, es también un fenómeno que erosiona considerablemente el bienestar y el estado emocional de las personas.
La realidad se muestra cada vez más compleja e incierta. Los efectos del cambio climático, la necesaria transición hacia una economía baja en carbono, las innovaciones tecnológicas y de los procesos de producción, el crecimiento demográfico o los cambios en los modelos de consumo, están provocando situaciones que causan impactos sociales y riesgo de profundas desigualdades. Pero también hay que reconocer que hoy en día se dispone de herramientas que permiten evitar, o al menos controlar de modo eficaz, estos y otros problemas y agresiones, que, en caso contrario, pueden poner en entredicho la posibilidad de garantizar la sostenibilidad de un ambiente acogedor para la sociedad.
Teniendo en cuenta las implicaciones y consecuencias que tiene para la seguridad, la salud y el medio ambiente, la gestión integral de la prevención adquiere hoy especial relevancia y trascendencia, tanto desde el punto de vista técnico como social y económico. Se trata de un asunto que debe asumirse con profesionalidad en cualquier sector de actividad, con visión estratégica, enfocado hacia la eficiencia en medios y la eficacia en resultados, respetando los principios básicos de la economía y de la calidad. Por otro lado, modificar las tendencias y características del crecimiento constituye un requisito fundamental para establecer las condiciones necesarias para vivir en un planeta más equitativo, estable y respetuoso con el medio ambiente. La complejidad creciente, la globalización y la interdependencia de los sistemas económicos y sus impactos sociales refuerzan la idea del desarrollo sostenible como respuesta a estos desafíos.
Pero también se han de tener en cuenta otros aspectos de naturaleza personal que condicionan hoy en día las actitudes y el comportamiento de la sociedad civil cuando se habla de prevención. La evolución cultural, el auge de los medios de información y comunicación, y el imparable proceso de consolidación del “estado de bienestar”, configuran un perfil de ciudadano cada vez más exigente en cuanto atañe a “calidad”, en el sentido más amplio del término. Y el término “prevención” adquiere su máximo significado cuando la sociedad reclama, con fundamentada autoridad moral, exigencias asociadas a los conceptos de seguridad, salud e higiene ambiental. Son frecuentes las reivindicaciones que se manifiestan cuando los ciudadanos intentan ejercer sus derechos en este ámbito a través de las organizaciones sindicales, los comités de empresa o los medios de comunicación.
La preocupación y la sensibilidad de la sociedad en relación con la seguridad y la prevención de riesgos generan una creciente demanda de recursos y servicios especializados en este terreno.
Alcanzar, y luego mantener, niveles óptimos en materia de seguridad e higiene ambiental, ha de ser el objetivo fundamental de la prevención. Es sobre la base de esta premisa que se ha de proyectar cualquier estrategia de prevención basada en los principios de la economía circular. Pero este principio se ha de aplicar de modo integral y en el sentido más amplio del término, es decir, el de la prevención enfocada no solo al individuo en su entorno inmediato de vida y trabajo, sino también al ámbito de la gestión sostenible de todos los recursos del planeta.
La economía circular, utilizada como herramienta de prevención, puede generar considerables ventajas, tanto desde el punto de vista económico, como del medio ambiente, de la higiene y de la salud pública. Esta afirmación no es una simple declaración de intenciones idealistas, ni la expresión de una utopía, sino una constatación basada en argumentos objetivos producto de iniciativas innovadoras que ya han demostrado sus frutos en la práctica.