La ley de la controversia de Benford: ¿qué hay detrás de las personas que creen saber de todo?

La ley de la controversia de Benford: ¿qué hay detrás de las personas que creen saber de todo?

¿Cuántas veces te has topado con alguna persona que va por el mundo creyendo que lo sabe absolutamente todo? Esto tiene un nombre y aquí te lo contamos.
18 Agosto 2020

Seguramente conozcas a alguien que se las da saber de absolutamente todo sin tener ni idea de nada. Son los llamados «maestros liendre»: que de todo saben y de nada entienden. Son esas personas que ante un conflicto o discusión defienden su postura, da igual si acertada o no, a capa y espada, como si les fuera la vida en ello. Este patrón está explicado por la ley de la controversia de Benford y aquí vamos a contarte en qué consiste.

A estos «maestrillos» los reconocerás por frases como «puf, tiene pinta de que está fallando el sistema Hambel, mal arreglo» o «trae, que corto yo el jamón. Te lo estás cargando« ¿Te suenan? Probablemente los conozcas también por haberles visto dar lecciones sobre los mercados financieros a nivel mundial, siendo farmacéutico, desplegando unas armas de argumentación que como te pillen desprevenido, te convencen.

Te avisamos: es un efecto más común de lo que crees. Quizá no sea cosa solo de «cuñados». Quizá tú también lo hagas…

«La ignorancia siempre está dispuesta a admirarse». -Nicolas Boileau-

La ley de la controversia de Benford

Esta ley sociológica, enunciada en la novela Cronopaisaje por Gregory Benford, autor de ciencia ficción, establece lo siguiente:

«La pasión asociada a una discusión es inversamente proporcional a la cantidad de información real disponible». -Gregory Benford, Timescape (1980)-

Es decir, que una persona con una baja cantidad de información real sobre un tema tiende a defenderlo con mayor nivel de intensiedad. En determinadas situaciones, no tiene por qué ser con personas. Ante un dilema, controversia o discusión, a menor cantidad de información relacionada con el mismo, mayor cantidad de argumentos (a favor o en contra) y mayor posibilidad de discutir sobre ello (ya que ante algo muy investigado o demostrado, poca discusión posible cabe).

Esta ley se puede aplicar a todo tipo de discusiones entre humanos, pero sobre todo se ha observado en discusiones en foros de Internet y en redes sociales. ¡Que se lo digan a Twitter!

Curiosamente, se manifiesta más frecuentemente en discusiones ideológicas de tipo científico, religioso, tecnológico, etc. Todos nos hemos visto envueltos en una de esas y todos, alguna vez, hemos defendido nuestra postura como si fuéramos la verdad absoluta, como si nuestra forma de vivir, de pensar o de estar en el mundo fuera la correcta.

Os lo dije: a vosotros también os pasa. Oh, oh… ¿seremos todos, en algún momento, uno de esos «maestrillos» que tanto criticamos? Lo siento, pero creo que sí, en algunas ocasiones.

El efecto Dunning- Kruger y la ley de la controversia de Benford

El efecto Dunning-Kruger fue descrito por David Dunning y Justin Kruger, psicólogos de la Universidad de Cornell, en 1999. Se trata de un sesgo cognitivo de superioridad ilusoria que se da en sujetos con escasa habilidad o conocimientos, que les hace sentir expertos en algún tema y más inteligentes que el resto. Aunque la realidad es que son personas incapaces de reconocer su ignorancia.

«Ser consciente de la propia ignorancia es un gran paso hacia el saber».

-Benjamin Disraeli-

Dunning y Kruger explican lo siguiente: los individuos incompetentes o ignorantes tienden a sobrestimar su propia inteligencia y conocimientos. Son incapaces de reconocer que otras personas, posiblemente con distintas opiniones, son más inteligentes que ellos y tienen más profundo conocimiento del tema. Y, además, son incapaces de reconocer las limitaciones de su inteligencia y conocimientos.

«La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia».

-Amos Bronson Alcott-

Este efecto psicológico fue descrito en un artículo publicado en el Journal of Personality and Social Psychology y gracias a él fueron galardonados con el premio Ig Nobel en el año 2000.

No todo es malo

Aunque la ley de la controversia de Benford y el efecto Dunning- Kruger parecen describir la forma de actuar de personas soberbias, no todo es tan negativo. La realidad es que estos efectos son más o menos normales. Necesitamos avanzar en la vida tomando decisiones; es entonces cuando nos falta información, pero necesitamos tomar una decisión, cuando esta ley demuestra su utilidad.

Tomar una decisión basada en la pasión (y no en el conocimiento, porque carecemos de información) nos permite aumentar la seguridad en nosotros mismos y enfrentarnos a una situación/toma de decisiones nueva sin miedo y con determinación. Con lo cual, para poder actuar con determinación necesitamos pasión y por lo visto, a falta de controversia o conflicto (es decir, si hubiera consenso), falta de pasión.

Parece ser, entonces, que este patrón de conducta puede ser hasta beneficioso y nos ayuda a desarrollarnos y a crecer. Todo con moderación, no seamos lo que odiamos.

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