Las características habituales del cerebro de un líder

Las características habituales del cerebro de un líder

Los estudios relacionados con Neuroliderazgo destacan una serie de características que son comunes a los líderes considerados buenos por las personas que lideran.
23 Julio 2021

Redacción

Las principales son:

· Habilidad para gestionar el cambio: la capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones. Esto, que tiene relación con la plasticidad del cerebro, hace que puedan manejar los desafíos más fácilmente y que sean más resilientes.

· Capacidad de atención: esta cualidad permite al líder ser buen estratega, gestionar distintos tipos de estímulos de manera eficaz y tomar decisiones más acertadas.

· Alta capacidad de aprendizaje: las personas que llevan a cabo tareas de gestión consiguen conectar fácilmente con la parte neuronal de cerebro gracias al neuroaprendizaje y son capaces de retener los conocimientos adquiridos más fácilmente.

· Inteligencia emocional: es imprescindible para manejar y entender los propios sentimientos, así como para entender los de los demás.

Los líderes de la actualidad deben entender y aplicar el conocimiento de la psicología del comportamiento y las lecciones de la ciencia del cerebro, para gestionar el cambio organizativo con éxito.

En el pasado, los esfuerzos en el cambio organizacional enfocados en los aspectos estructurales de las organizaciones han fracasado sistemáticamente, porque han descuidado la realidad de que el cambio no ocurre sin que las personas individuales cambien sus pensamientos, creencias y comportamientos.

Emily Lawson y Colin Price sostienen que el éxito del cambio en las grandes organizaciones depende de persuadir a cientos o miles de grupos e individuos, para que cambien la forma en que trabajan, una transformación que las personas aceptarán solo si se les puede persuadir para que piensen de manera diferente acerca de sus tareas y responsabilidades.

En efecto, los líderes deben alterar la mentalidad de los miembros de sus equipos, lo cual no es una tarea fácil.

También es importante tener conciencia que las personas, para abrazar el cambio, también deben involucrarse en un proceso que cambie la forma en que piensan de sí mismos, no solo de su trabajo.

Cuatro condiciones para cambiar la mentalidad Cada una de estas condiciones se realiza de forma independiente. Juntas, se suman a una forma de cambiar el comportamiento de las personas en las organizaciones al cambiar las actitudes.

· Los miembros de los equipos alterarán su forma de pensar solo si perciben el cambio como positivo y están de acuerdo con él, o al menos lo suficiente para iniciar el cambio.

· Las estructuras circundantes (sistemas de recompensa y reconocimiento, por ejemplo) deben estar en sintonía con el nuevo comportamiento.

· Los miembros de los equipos deben tener las habilidades para hacer lo que se requiere.

· Deben ver a las personas que respetan modelando activamente.

Cada una de estas condiciones se realiza de forma independiente. Juntas, se suman a una forma de cambiar el comportamiento de las personas en las organizaciones al cambiar las actitudes.

· Los miembros de los equipos alterarán su forma de pensar solo si perciben el cambio como positivo y están de acuerdo con él, o al menos lo suficiente para iniciar el cambio.

· Las estructuras circundantes (sistemas de recompensa y reconocimiento, por ejemplo) deben estar en sintonía con el nuevo comportamiento.

· Los miembros de los equipos deben tener las habilidades para hacer lo que se requiere.

· Deben ver a las personas que respetan modelando activamente.

Se sabe que un estado mental angustiante surge cuando las personas encuentran que sus creencias son inconsistentes con sus acciones, algo que se llama disonancia cognitiva. O sea, si las personas creen en el propósito general del trabajo que realizan y estos están alineados con sus propios propósitos de vida, estarán más inclinadas a cambiar sus comportamientos individuales.

Cualquier líder que esté liderando un programa de cambio importante debe tomarse el tiempo para pensar en su “historia”, lo que hace que valga la pena emprender y explicar esa historia a todas las personas involucradas en la realización del cambio, para que sus contribuciones tengan sentido para ellos como individuos.

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