Cómo llegar a ser un 'futurista' de su propia carrera profesional
Cómo llegar a ser un 'futurista' de su propia carrera profesional
Si siguiéramos los consejos de Daniel Gilbert, psicólogo de la Universidad de Harvard, todo esto de predecir nuestro futuro laboral no tendría sentido. Gilbert pertenece a esa clase de expertos que aseguran que somos pésimos pronosticadores del propio futuro laboral, y que las predicciones sobre lo que estaremos haciendo dentro de 10 ó 20 años son siempre muy deficientes. Esto afecta negativamente a las decisiones que tomamos al escoger una carrera, al cambiar de empleo o reinventarnos profesionalmente.
Las teorías de Gilbert echan por tierra las esperanzas de todos aquellos que confían en las sugerencias de otros expertos que aseguran que saber lo que queremos y lo que somos, y sobre todo, poder imaginar lo que haremos dentro de 5 ó 10 años es una ventaja para encontrar empleo en un mercado laboral cambiante y con una competencia feroz.
Puede que acertemos en las predicciones a corto plazo que implican una línea coherente de causa-efecto, sin ramificaciones. Pero a más largo plazo, cuando es necesario simular más escenarios, sólo aquellos con imaginación son eficaces al predecir, dominando las simulaciones que hacen y demostrando cierta capacidad para ponerse en diferentes situaciones.
Y aquí entran en juego los futuristas. No tienen nada que ver con los adivinos televisivos ni con las bolas de cristal. Sus pronósticos están basados en evidencias y datos, en estudios y estimaciones realizadas por instituciones y expertos de prestigio.
Lo virtual, lo artificial, la inteligencia artificial, el software, se están comiendo el mundo. Es normal que pensemos que habrá cambios que no podemos ni siquiera imaginar" Elena Ibáñez, fundadora y CEO de Singularity Experts
Elena Ibáñez, fundadora y CEO de Singularity Experts, recuerda que "un conocido estudio del Institute for the Future (IFTF) de Palo Alto revela que el 85% de los empleos que tendrá éxito en 2030 no existen en la actualidad". Ibáñez considera lógico pensar que la velocidad de la tecnología y la automatización de las tareas repetitivas nos dirigen hacia un futuro desconocido: "Lo virtual, lo artificial, la inteligencia artificial, el software, se están comiendo el mundo. Es normal que pensemos que habrá cambios que no podemos ni siquiera imaginar. Pero existen evidencias de sobra para anticipar muchos de los empleos del futuro". Añade que la buena noticia es que no hace falta la imaginación para conocer hoy cuáles serán estos empleos del futuro, porque contamos con evidencias que nos indican con claridad, cuáles son los trabajos con mayor empleabilidad en el futuro próximo.
Así, parece que los futuristas podrían sernos de ayuda para lograr el consejo que muy pocos nos pueden proporcionar: qué carrera estudiar, en qué sector podemos trabajar o qué profesión nos conviene escoger.
En realidad, la clave para ser futurista es identificar tendencias, ser capaz de explicar por qué son importantes, qué las impulsa; cuáles serán sus implicaciones para el mundo en general y cómo se puede aprovechar esa visión de futuro en los negocios que vienen... Y también en las nuevas profesiones.
Cuando alguien se convierte en futurista, comienza a cuestionar todo lo que hace y su impacto en la sociedad. Se trata de un efecto secundario inevitable de este trabajo (porque hay quien considera esto como un empleo o una profesión de futuro).
Un método posible
Es posible conseguir un método personal similar al de los futuristas que son capaces de predecir los sectores y profesiones del futuro, aunque la fundadora de Singularity Experts advierte de que el conocimiento necesario para hacer estas predicciones ha de ser tan vasto que una sola persona difícilmente puede manejarlo para inventar el futuro.
Silvia Leal, experta en transformación digital y presentadora de La Cuarta Revolución, tiene una visión optimista acerca de las posibilidades de conocer las claves de nuestro futuro profesional: "Recibimos alertas sobre la aparición y desaparición de empleos, y esto se va intuyendo en el corto plazo. La realidad es que el día a día no es tan difícil si conseguimos analizar la tareas que se van a demandar. Se trata de saber qué tenemos que hacer para conseguir un hueco en el mercado. La alerta y la intuición son clave, y de ahí podemos sacar nuestro business case y prepararnos para el futuro".
Cuando alguien se convierte en futurista, comienza a cuestionar todo lo que hace y su impacto en la sociedad.
Ben Hammersley, uno de los futuristas más conocidos, fundador de la consultora Hammersley Futures, aconseja comprender que la tecnología, la política, la sociedad y la cultura se afectan mutuamente, y que no basta con ser fuerte en un campo del conocimiento. También sugiere que cuando usted piensa en el futuro debe considerar el principio de la reinvención constante: "Observe cada acción que realice durante el día y observe el propósito de esa acción, preguntándose qué problema está tratando de resolver esta acción, y luego considere cómo lo haría si tuviera que resolver ese problema por primera vez con la tecnología actual de hoy.
Existe una tecnología que parte de las evidencias de crecimiento para detectar sectores, ecosistemas o tecnologías, y todo ello se cruza partiendo de evidencias de crecimiento. Es posible por tanto realizar las proyecciones y anticipaciones que hacen los futuristas para conseguir la certeza, gracias a una metodología de planificación de escenarios que parten de realidades.
Elena Ibáñez recuerda que existen algunas evidencias sobre el crecimiento de las tecnologías exponenciales: "Contamos con previsiones de crecimiento de las principales instituciones mundiales como el World Economic Forum, McKinsey Global Institute, Gartner o el MIT. Por ejemplo, sabemos que la nanotecnología superará los 125 billones de dólares para 2024; que la impresión en 3D crecerá un 25% anual durante los próximos 5 años; o que el blockchain superará los 7.000 millones de dólares en 2024, con un crecimiento anual del 37%. Y existen evidencias sobre el impacto de dichas tecnologías en las industrias: tenemos ya datos sobre el impacto que las tecnologías exponenciales están generando en los sectores tradicionales. Por ejemplo, que en el smart farming o la nanotecnología crecen exponencialmente para el desarrollo de sensores inteligentes, que lo mismo sucede en el sector de la construcción, con la impresión 3D para el ensamblaje de viviendas enteras en menos de 24 horas; y que el año que viene casi el 80% de los bancos utilizará el blockchain".
Otra forma de medir el tiempo
Amy Webb, una 'futurista' de la New York University Stern School of Business, explica en 'Harvard Business Review' que "los futuristas conciben el tiempo de manera diferente. En vez de líneas de tiempo, tienen una 'visión cónica' de la realidad".
Webb recuerda que en 2001 trabajó para los editores de diarios estadounidenses en un proyecto para definir el futuro de los medios ante la avalancha de cambios que se avecinaban. Los editores decidieron planificar hasta 2005, algo que Webb consideró "táctico, pero no estratégico. Las acciones tácticas sin una visión del futuro a largo plazo impedían controlar la evolución del ecosistema de los medios. Les señalé las posibilidades que ofrecían los teléfonos inteligentes, pero éstos habían quedado fuera del alcance de nuestra línea de tiempo de 2005. Los editores estaban acostumbrados a ejecutar estrategias trimestrales y no valoraban la planificación de un mercado que todavía estaba a muchos años de distancia".