El Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales recopila en un libro 345 carteles que reflejan la evolución gráfica de la normativa desde 1867 hasta hoy
El Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales recopila en un libro 345 carteles que reflejan la evolución gráfica de la normativa desde 1867 hasta hoy
Más de 30 años de recopilación y casi 36 meses de trabajo preceden a la edición de "Cartelería de Prevención de Riesgos Laborales", que recoge 345 carteles de la colección de la que dispone el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, así como otros llegados de 12 cominudades autónomas, del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, y de diversos organismo, museos y particulares. Cuatro de los que aparecen en la publicación pueden observarse a la izquierda y a la derecha de estas líneas.
Un recorrido histórico por la historia de la cartelería publicitaria en materia de prevención de riesgos laborales, cuestión que ha ido evolucionando notablemente en las últimas décadas, es el hilo conductor y eje central del libro "Cartelería de Prevención de Riesgos Laborales", publicado por el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales y documentado en la amplia colección de carteles de la entidad, que se encuentra entre las más destacadas de España. Cabe resaltar que el primer cartel editado en España fue elaborado en Gijón y firmado por "Cheché" en la primera mitad del siglo XX.
Dicen que "una imagen vale más que mil palabras", y este libro, según Luis Manuel Pérez Sánchez, coautor del mismo junto con Tomás Sancho y Mar Castaño, "es un fiel reflejo de la evolución de la imagen preventiva en el último siglo, y también de las diferentes épocas en las que fueron creados".
El acto de presentación de este libro tuvo lugar en las dependencias del Club Prensa Asturiana LA NUEVA ESPAÑA, y nadie quiso faltar a la cita. Myriam Hernández Fernández, directora del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, fue la encargada de abrir y cerrar las intervenciones, y utilizó una cita de Confucio para explicar la finalidad del proyecto. "Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí". Acompañando a la directora del Insituto y a Luis Manuel Pérez se encontraban Joaquín López Álvarez, director del Museo del Pueblo de Asturias, cuya colaboración fue calificada por Hernández como "imprescindible"; y Juan Gallego Vázquez, diseñador gráfico y colaborador en el proyecto.
Joaquín Fernández no quiso dejar pasar la oportunidad de reivindicar el valor de los museos en la sociedad, y la importancia de no utilizar ese término en todo despectivo, "reflejando una cosa inútil o, en ocasiones, haciendo referencia a algo muerto o sin actividad". También hizo un llamamiento a las instituciones para que preserven la memoria cultural de la región, fomentando y cuidando un patrimonio que, en su opinión, "no deben dejar que se pierda".
Luis Manuel Pérez, quien también es el jefe del Área de Formación y Documentación del Instituto, se convirtió en el gran protagonista del tramo final y más motivo del acto. Tras 39 años de trabajo en el Instituto, en apenas 17 días se jubila. Myriam Hernández, aprovechando el cierre de la presentación, y en nombre de sus compañeros, quiso agradecerle públicamente sus años de trabajo y dedicación.
Casi cuatro décadas en las que también realizó una gran labor de recopilación de carteles que, en colaboración con el citado Museo del Pueblo de Asturias, así como el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, la Fundación Largo Cabellero, el Museo de la Minería de Asturias y un largo etcétera de colaboradores de diferentes regiones, ha dado como resultado la publicación que ayer fue presentada. Dividida en cuatro capítulos, recoge 345 carteles usados en diversas campañas de prevención entre los años 1867 y 2015. A pesar del paso del tiempo, Pérez lo tiene claro. "Los problemas de las siniestralidad laboral siguen siendo los mismos, especialmente en ámbitos como la construcción, y por ello se debe seguir trabajando para que estos accidentes disminuyan y, si es posible, desaparezcan".
Fuente: La Nueva España