Alessandro Baricco, fundador de la Escuela de Escritura Holden; publica ‘The game’
Alessandro Baricco, fundador de la Escuela de Escritura Holden; publica ‘The game’
De la idea al invento
Mucho antes de que la revolución digital cambiara nuestro modo de pensar, una rebelión mental la hizo posible. Avergonzados por las dos guerras mundiales, el Holocausto, el estalinismo y el botón nuclear que podía acabar con el planeta, los activistas de los movimientos alternativos de los sesenta se opusieron a la monstruosa concentración de poder que propicio todas esas desgracias del siglo XX. Fue una liberación que exigía poder para el individuo y propició la primera disrupción tecnológica que explica el presente: el ordenador personal. Baricco cree que las ideas preceden a los inventos que las convierten en realidades. Y anuncia que su escuela Holden abre sede en Madrid para escritores latinoamericanos
Lleva 25 años enseñando a escribir: ¿qué ha aprendido?
Que ser joven significa algo diferente para cada generación. Los jóvenes nunca son los mismos. Los de hoy no tienen nada que ver conmigo cuando lo era. Y la escuela debe de cambiar con ellos.
¿No quieren escribir igual que usted?
Quieren contar sus historias no sólo con la palabra sino con múltiples instrumentos. Ya no les basta con escribirla. Además, la filman, ensayan, viajan. Usan vídeos, fotos, cámaras ocultas, montajes de todo tipo. Y ya no hablemos del periodismo, donde todo ha cambiado.
¿No se trata de seguir preguntando?
Eso es enseñar: seguirse preguntando con tus alumnos y volver a ser joven con cada problema que te planteas con ellos. Por eso, amo este tiempo que vivimos. Y me apasiona compartirlo con los alumnos.
¿Cualquier tiempo pasado fue anterior?
Mi padre vivió la guerra y el hambre cuando Italia se reconstruía con sacrificios de millones de personas como él. No tenemos derecho a quejarnos hoy de las tonterías de las que solemos lamentarnos a diario.
Pues si mira lo que escriben sus alumnos en las redes, verá que predomina la queja.
Lo último que he publicado, The game hace lo que usted ha hecho ahora, pero al revés.
¿Usted no se queja?
Mi punto de partida es que nos pasamos demasiado tiempo analizando los efectos de la revolución digital: nuestra vida que se llena de pantallas; los videojuegos que atontan a los niños; las fake news en la política...
Intentamos entender lo que nos pasa.
Pero ese modo de explicar el presente hacia el futuro no revela nada. La verdadera pregunta que explica lo que vivimos es por qué ha sucedido la revolución digital.
¿No le interesan más sus efectos?
Ese es el problema: la interpretamos como una causa y en realidad es un efecto, una consecuencia de una revolución mental previa. Y esa sí es reveladora.
¿En qué?
La digitalización es la tecnología que realizó un movimiento universal y mental tan transformador como fueron el humanismo, el iluminismo, el romanticismo...
...Y ahora el datismo.
Sólo si entiendes el cambio de mentalidad que hizo que avanzáramos en la digitalización, entenderás qué está pasando y por qué nació esa tecnología que hoy cambia el mundo.
¿Y cómo eran esos revolucionarios?
Son humanos desengañados del fracaso del siglo XX y sus dos guerras mundiales, el Holocausto, la guerra fría y la carrera nuclear por la destrucción total del planeta.
Fue un desastre de siglo, sí.
Al analizar el siglo pasado, entiendes que era lógico que cuestionaran la monstruosa concentración del poder en las pocas manos que habían ocasionado tantas desgracias.
¿Quienes eran?
El 68, el hippismo y los alternativos de final de siglo son movimientos de liberación tan poderosos como la revolución francesa.
Eran revueltas pacíficas y por ellas el mundo es menos violento hoy.
Esa repugnancia ante los abusos de poder que habían arruinado el siglo XX fue la que llevó a una propuesta tecnológica: el ordenador personal. Pero primero fue la visión de la libertad individual y luego la tecnología que la realizó.
¿Quién la realizó?
Frente a los grandes ordenadores y la centralización del conocimiento en estados y ejércitos, esos visionarios se propusieron romper el monopolio del poder de la tecnología y ponerlo en manos de cada persona.
Pues hoy pasamos la vida trabajando con ordenadores para grandes corporaciones.
No vivimos en un mundo perfecto. Pero nos permitimos juzgarlo con una severidad frívola. Mire, no me hable usted de grandes monopolios... ¡A mi edad!
¿No lo son Google, Amazon, Facebook?
A mí no se me queje de esos monopolios, porque crecí en Turín, donde para monopolio del pensamiento la Iglesia católica o el Partido Comunista. Por no hablar de lo que era el Telegiornali de la RAI.
Aquí era el Telediario de la TVE.
¡Eso sí que eran concentraciones de poder y de pensamiento! No me diga ahora que debo de preocuparme de lo que el malvado todopoderoso Zuckerberg les hace a mis hijos.
Hombre, no manda como Stalin.
Y el único periódico de mi ciudad era del rico del pueblo, Agnelli, que la dominaba. ¡Eso sí que eran monopolios!
Sólo el pasado revela el presente.
Por eso, porque sólo se entiende el presente y el futuro desde el pasado hablaré hoy aquí también de la belleza clásica y los griegos.
Algo nuevo bajo el sol?
Si relee la Ilíada no dejará de sorprenderse ante tanta sangre, horror y muerte. Los griegos progresaban muriendo y matando. Ese ideal de morir por la patria duró 2.000 años. Mi padre fue a la guerra por él.
¿Por qué hoy suena tan desfasado?
Precisamente por esa revolución antitotalitaria que auspició la digital. Hoy ninguna patria vale más que la vida de una persona.