¿Sabemos dar feedback negativo?

¿Sabemos dar feedback negativo?

¿Has conseguido crear una organización con un equipo humano increíble, con una cultura organizacional de ensueño y que funciona a las mil maravillas? ¡Enhorabuena!
30 Julio 2018

Pero hasta en los equipos de trabajo más perfectos hay momentos en los que tenemos que dar feedback sobre aspectos que no se están haciendo del todo bien, ¿cómo hacerlo sin romper la magia de tu organización? Conseguir hacer una crítica sin desmotivar a la persona a la que se la hacemos no es tarea fácil pero sí posible.

El objetivo real de la retroalimentación - incluso la retroalimentación negativa - es mejorar el comportamiento de la otra persona para sacar lo mejor de sí mismo y, por ende, lograr la mejora de todo el equipo.

La mayoría de los líderes creen que pueden perjudicar a sus empleados si comparten con ellos un punto de vista radicalmente diferente o si dan un feedback crítico o negativo. Cuando la cultura de la organización tolera el error y la comunicación es constructiva podemos lograr la confianza necesaria para poner encima de la mesa lo que está mal sin perder el buen rollo. Conseguiremos que la plantilla esté orgullosa de su equipo y comprometida con la organización y con  sus líderes.

Antes de empezar hay una cosa que debes saber: todos queremos comentarios constructivos. Seamos o no conscientes, lo reconozcamos o no, todos -empleados y directivos- valoramos ciertas dosis de feedback negativo, ya que en ocasiones puede resultar más útil que los halagos.

Y ahora sí que sí, te presentamos 10 breves consejos para dar feedback negativo sin que nadie en la organización salga herido:

  • Respeto. La base de cualquier relación duradera es el respeto. Además, sólo hay una manera de ganarlo y es no perderlo nunca con los demás. En un entorno laboral no iba a ser menos.
     
  • Pide permiso. Incluso si eres el jefe, si comienzas la conversación preguntando si puedes hacer algunos comentarios, tu oyente se volverá más receptivo, ¡hasta despertarás su curiosidad por lo que quieres decirle!
     
  • Promueve la autoevaluación. La gente suele ser consciente de qué problemas tienen e incluso saben cómo mejorar. A través de preguntas, invitarás a la otra persona a que construya su propio plan de acción para mejorar.
     
  • Sé cuidadoso. Tratar de ser sinceros con un compañero o subordinado no nos da la licencia para decir lo que queramos y como queramos. No perdamos de vista que el objetivo siempre es ayudar a que nuestro equipo crezca y sea más eficaz y productivo.
     
  • Nunca camufles el feedback negativo con halagos. No disfraces las críticas con elogios. El feedback perderá eficacia y correrás el riesgo de que tu mensaje se diluya. Separa los comentarios negativos de los halagos.
     
  • Busca la raíz del problema. Una vez que hayas indicado el hecho que has observado,  deja que se expliquen, puede haber una causa detrás de un mal desarrollo de las tareas o de un mal comportamiento. Trata de conocer siempre la perspectiva de la otra persona.
     
  • En tiempo real. Es mucho más eficaz el feedback negativo si lo das inmediatamente después de percibir el problema y evitas que éste se agrave. Además así lo iremos dosificando, no debemos esperar a acumular muchas quejas para soltarlas encima de la mesa. Los cambios en el comportamiento se consiguen más fácilmente cuando los comentarios negativos se administran en pequeñas dosis.
     
  • Haz del feedback negativo algo inusual. No desmoralices a tu equipo a base de críticas. Utiliza el feedback positivo como una rutina y el negativo como algo puntual cuando de verdad sea necesario.
     
  • Escucha atentamente. Las personas necesitamos sentirnos escuchadas. Si quieres que el feedback -negativo o positivo- sea efectivo,  presta atención plena y muestra empatía.
     
  • Explica el feedback negativo en el marco del resultado positivo que deseáis lograr como equipo. De esta manera el empleado siempre conocerá el impacto positivo que podría lograr al trabajar de manera diferente.

Además de todos estos consejos, adopta siempre una mentalidad de mejora continua. Nunca olvides que cometer errores es normal y los líderes también fallan.

Analiza lo que está funcionando y lo que no y crea estrategias para mejorar. Y ten en cuenta que, así como necesitamos ciertas críticas constructivas, también necesitamos feedback positivo.  Según estudios recientes, la proporción ideal es de cinco cumplidos por cada crítica 

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