Empleado sano, empleado productivo

Empleado sano, empleado productivo

Aumenta el número de empresas que incentiva los hábitos saludables
23 Febrero 2018

Lucir la etiqueta “empresa saludable” está de moda. Hace años que al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, Argentina o Brasil, las compañías impulsan y financian iniciativas destinadas a mejorar la salud y los hábitos de vida de sus trabajadores con la premisa de que un empleado sano es más productivo, rinde más, y ahora esos programas de bienestar –el denominado wellness corporativo– se están implantando en España.

Incentivos económicos para quienes llegan a trabajar en bici, menús cardiosaludables en el comedor de empresa, salas para la siesta, circuitos para hacer kilómetros y estiramientos dentro del edificio corporativo, consultas semanales gratuitas con un coach, un entrenador personal o un dietista, clases de relajación, gimnasio gratuito, ejercicios de refuerzo muscular durante la jornada laboral, pruebas de detección precoz de cáncer de colon, equipos deportivos, oferta de fruta en las máquinas de vending o flexibilización de horarios son ejemplos de las muchas y variadas iniciativas que empiezan a ofrecer las empresas a sus trabajadores.
 

Mejorar la motivación y el rendimiento y reducir las bajas y el presentismo

En Mahou-San Miguel, una de las empresas pioneras en España a la hora de aplicar programas de salud y bienestar en el trabajo (comenzaron en el 2000), calculan un retorno de 2,9 euros por cada euro invertido en wellness corporativo. Sus responsables explican que ayudar a los trabajadores a tener una vida personal y laboral saludable y más feliz contribuye a mejorar su motivación, el rendimiento y la productividad, con lo que se disminuye el absentismo y el presentismo, además de mejorar el compromiso y facilitar la atracción de talento hacia la compañía.

Mallorquí, de Biwel, considera que este último aspecto, el de captación y retención de talento, tiene mucho que ver con el creciente interés de las compañías por ser “empresas saludables” y ofrecer políticas de bienestar a los empleados. “Hay un cambio generacional muy grande que está provocando cambios estratégicos porque los millennials y la generación Z buscan algo más que sueldo; cuando los entrevistas te preguntan si les pagarás el gimnasio, o piden más flexibilidad horaria, o cómo les puedes ayudar en sus cambios de vida, y las empresas que no llevan a cabo acciones de bienestar están perdiendo talento, no logran atraer empleados o mantenerlos comprometidos”, explica. Por eso ahora apuestan por estas iniciativas tanto las grandes empresas como pymes. “Es una tendencia que comenzó a despegar en el 2013-2014 y a la que ahora vemos sumarse a las empresas con más determinación, tratando de dar una estructura a acciones de prevención, de conciliación o de salud que quizá ya hacían de forma menos planificada”, comenta Adrián Díaz-Caneja, uno de los responsables del portal Miempresaessaludable, donde recogen ejemplos de éxito en la promoción de la salud y el bienestar laboral que se están aplicando en España, como los explicados en la página anterior.

‘Millennials’ y generación Z reclaman algo más que sueldo de un lugar de trabajo

En unos casos los planes de wellness corporativo parten de los servicios médicos de la empresa, y en otros de los departamentos de recursos humanos, como fórmula de compensación retributiva. Lo ideal, coinciden los expertos, es que formen parte de una estrategia global, de la cultura de la empresa, y que comprometan a todas las áreas –prevención, gestión de personal, comunicación, etcétera– y a todos los jefes, porque para el bienestar de los empleados, como enfatiza Fornés, más que la disponibilidad de fruta en el vending cuenta el estilo de mando, la forma en que los jefes motivan, tratan o reconocen a las personas a su cargo. En este sentido, los expertos indican que además de invertir en servicios médicos, en actividad física, en programas de nutrición saludable o de salud emocional, los planes de bienestar deben incluir un organigrama plano y medidas de conciliación de la vida personal y profesional, desde servicios de guardería o flexibilidad en las fechas de vacaciones, hasta la ayuda de asistentes personales para resolver gestiones, consultar dudas legales o resolver conflictos familiares. “La persona es una; sus preocupaciones forman parte de ella, no desaparecen al entrar al trabajo, así que a la empresa le interesa ayudar a los empleados a estar equilibrados”, resume Fornés.

Fuente. La Vanguardia

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