Humanos y máquinas deben colaborar en lugar de ser rivales, según una experta del MIT
Humanos y máquinas deben colaborar en lugar de ser rivales, según una experta del MIT
En lugar de preocuparnos por la destrucción de empleos a manos de los robots y la inteligencia artificial (IA), deberíamos explorar nuevas formas de colaboración entre humanos y máquinas. Así lo afirma la directora del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL, por sus siglas en inglés) del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU), Daniela Rus.
Durante su discurso de apertura en la conferencia EmTech MIT 2017 de MIT Technology Review, la experta afirmó: "Creo que las personas y las máquinas no deberían ser rivales; deberían ser colaboradores".
La forma en la que la tecnología afectará al empleo durante los próximos años se ha convertido en una gran pregunta para los economistas, los responsables políticos y los tecnólogos. Y, como uno de los centros más importante de robótica e inteligencia artificial del mundo, el CSAIL tiene un gran interés en impulsar los próximos cambios.
Existe cierto desacuerdo entre los expertos acerca de lo grande que será el impacto de la automatización y la inteligencia artificial sobre el empleo, y sobre cómo se compensará este efecto por la generación de nuevas oportunidades de negocios. A principios de mes, Rus y otros investigadores del MIT organizaron un evento llamado IA y el Futuro del Trabajo, donde algunos ponentes lanzaron advertencias más graves sobre la posible agitación que se avecina.
El potencial de la inteligencia artificial para mejorar las capacidades humanas se menciona a menudo, a pesar de que no se ha estudiado demasiado. Rus mencionó un estudio de unos investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU), que compara la capacidad de médicos expertos y del software de inteligencia artificial de diagnosticar el cáncer en pacientes. Según sus resultados, los médicos tienen un rendimiento significativamente mejor que el software, pero la combinación de ambos dio unos resultados aún mejores.
Rus destacó el potencial de la inteligencia artificial para mejorar el rendimiento humano en áreas como el derecho y la fabricación, donde los sistemas automatizados más inteligentes podrían jugar un papel en la producción de bienes sea altamente personalizada y su distribución.
La robótica podría aumentar las habilidades humanas de maneras sorprendentes. Por ejemplo, Rus señaló un proyecto del MIT que utiliza las tecnologías de conducción autónoma para ayudar a navegar a las personas con discapacidad visual. También especuló que las interfaces cerebro-máquina, aunque todavía son relativamente rudimentarias, podrían tener un gran impacto en las futuras interacciones con los robots.
Aunque Rus es optimista acerca del futuro del trabajo, hay dos fenómenos económicos que le preocupan. Uno de ellos es el empeoramiento de la calidad de muchos trabajos, algo que está siendo impulsado en parte por la automatización. El otro es el estancamiento del producto interno bruto, que afecta la aparición de nuevas oportunidades económicas.
Pero dado que la inteligencia artificial todavía es muy limitada, Rus prevé que los trabajos más afectados serán aquellos asociados a tareas rutinarias y aburridas. La responsable concluyó: "Todavía hay mucho por hacer en este espacio. Estoy tremendamente emocionada con la idea de poder encargar mis tareas rutinarias a las máquinas para poder centrarme en cosas interesantes".