La inteligencia artificial, motor de la cuarta revolución industrial
La inteligencia artificial, motor de la cuarta revolución industrial
La Automatización, Robótica y Big Data han creado el caldo de cultivo perfecto para que la Inteligencia Artificial (IA) pueda cambiar la manera en que las fábricas operan y entienden la producción a gran escala.
Industria 4.0 e inteligencia artificial son dos conceptos de moda en el sector tecnológico y, tanto por separado como de forma conjunta, prometen cambiar en profundidad la forma en que comprendemos la producción a gran escala y la fabricación de todo tipo de bienes y productos.
“La industria ya está preparada desde hace tiempo para esta revolución: lleva tiempo incorporando la robótica y la automatización en las fábricas, pero es ahora cuando hemos empezado a procesar toda esa información por medio de la inteligencia artificial y el machine learning”, explica Álvaro Agea Herradón, profesor del Programa Experto en Big Data y del Módulo de Especialización Spark de U-tad.
“Hasta ahora teníamos todos esos datos, pero no sabíamos cómo sacar provecho de ellos. La IA nos aporta beneficios claros como son la mejora de los procesos, la reducción de los costes, mejor uso de los recursos, reducir los errores de producción y, en definitiva, ofrecer más calidad con más eficiencia”.
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Esta confluencia de tecnologías avanzadas de análisis y predicción sobre información con el mundo industrial va a generar una auténtica revolución en todo lo que concierne al mundo de la fabricación, a juicio del experto.
“Va a cambiar todos las formas de trabajar de la industrias. Ahora mismo el proceso más maduro es el del mantenimiento predictivo (poder anticipar fallos de grandes maquinarias, como aerogeneradores, y tomar decisiones o realizar pedidos con tiempo suficiente) pero pronto llegará a la optimización de procesos (controlando la fábrica desde el principio hasta el final, con una monitorización constante”.
¿Y el siguiente paso? Para Agea Herradón, la industria va encaminada a aplicar la Inteligencia Artificial como base para convertirse en un proveedor de servicios más allá de la pura fabricación. “Estas empresas quieren tener más relación con sus clientes una vez que han vendido su producto, conocer las funciones o usos más empleados, adecuando los futuros desarrollos a las preferencias de sus usuarios y pudiendo crear toda una amalgama de servicios alrededor de la información que obtendrán de sensores y otras muchas fuentes de datos”, explica el profesor de U-tad. El cliente formará parte activa de la mejora del producto que la empresa fabrica.
España afronta este proceso de transformación digital con una profunda división entre grandes negocios y pequeñas fábricas. “La gran industria está al mismo nivel que la gran industria de los países de nuestro entorno, pero las pequeñas y medianas fábricas están lejos de la vanguardia y tenemos un porcentaje muy amplio de industrias que todavía no se han dado cuenta del valor de la información. Falta que entiendan ese valor, y el gran beneficio que les puede aportar”, admite Agea.
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Y, como en toda revolución, contar con profesionales preparados para liderar el cambio es esencial. “Hablamos de personas capaces de entender casos de uso muy particulares, porque cada industria es un mundo muy complejo y cambiante en sí mismo, que sean además expertos en traducir las conclusiones que obtengan a un lenguaje llano que entiendan los gerentes de las fábricas sin conocimientos digitales”, añade Álvaro.
El profesor, además, tiene claro cuáles son los ámbitos formativos en que más debe ahondar esta nueva generación de expertos TIC: “Machine learning es clave, Big Data también, y no sólo basta con conocimientos generales, éstos deben estar adaptados a la necesidad real de la empresa española”. En este sentido, la oferta U-tad con su Programa Experto en Big Data y con el Grado en Ingeniería en Desarrollo de Contenidos Digitales llega para dar respuesta a dicha necesidad.