Cuatro generaciones trabajarán juntas dentro de veinte años

Cuatro generaciones trabajarán juntas dentro de veinte años

El lugar de trabajo será multigeneracional, con personas de más de 70 años trabajando
3 Abril 2014

Reino Unido acaba de publicar un estudio muy completo sobre el Futuro del Trabajo, un ejercicio de prospectiva con cuatro escenarios diferentes, marcando las tendencias actuales y las posibles y previsibles perturbaciones sobre esas tendencias. El informe resulta como poco inquietante, ya que el ser humano se enfrenta a unos condicionamientos laborales hasta ahora inéditos.

Este informe ha sido realizado por la UK Commission for Employment and Skills, un organismo costeado con fondos  públicos pero que aglutina a empresarios, sindicatos e instituciones del Estado que  influyen en el devenir del Empleo.  La predicción del futuro es imposible, y falla muchas veces. En los albores de la tecnología de la información se pensaba que íbamos a vivir la cultura del ocio, con una reducción intensiva del tiempo de trabajo, pero desgraciadamente no ha sido así. Lo que hay ahora es mucho paro y una diferenciación cada día más tenue entre la vida laboral y la personal, originada en buena medida por la conexión comunicativa perenne que aportan los ingenios telefónicos móviles.

A pesar de las limitaciones, este estudio es muy valioso porque nos ayuda a pensar y a prevenir situaciones laborales alienantes que pueden producirse en muy pocos años. Uno de los cambios históricos en el orden laboral que el informe apunta es el de la conjunción de cuatro generaciones trabajando juntas.  Habrá muchas personas con más de setenta años trabajando, por iniciativa propia o por necesidad, y el desarrollo de la tecnología  permite trabajar a estas personas sin estar físicamente como un chaval de 20. El lugar del trabajo, ya sea físico o virtual, será  multigeneracional, y la jerarquía y antigüedad tendrán menos importancia. Optimizar los valores que genere esta nueva realidad laboral y minimizar los problemas que conlleva será clave a la hora de reclutar talento.

La tecnología juega un papel determinante en el ámbito laboral penetrando por todos sus intersticios, compitiendo cada día mejor con toda clase de trabajos no sólo con los rutinarios. El algoritmo comienza a ser un competidor temible para el trabajador. La convergencia de tecnologías lleva además a la convergencia de disciplinas. El trabajo virtual multimedia acompañará al trabajo presencial. En estas condiciones tecnológicas las empresas comenzarán a reducir sus plantillas básicas, requiriendo redes de trabajadores centrados en proyectos.

La perturbación más inquietante, sobre todo por ser ya casi tendencia, es la de que los contratos sin hora (zero-hour) se conviertan en la norma y no en la excepción. Las empresas pueden contratar como les venga en gana al haber una escasez de Trabajo y haber conseguido imponer la máxima flexibilidad en la contratación laboral.

El subempleo afecta ya a gente de formación universitaria. En Reino Unido ya hay un millón de personas, el  3,1% que trabaja en la modalidad de contrato de cero horas. Este ‘acuerdo’ no obliga al empleador a dar horas de trabajo, y el empleado tiene que estar dispuesto a hacerlo en cualquier momento. Si puede ser aceptable para un pensionista que quiere ingresos adicionales es brutal para la mayoría de la gente. En Reino Unido, el 38% de quienes trabajan quieren hacerlo por más tiempo.

El informe señala que en caso de mantener la legislación y el ritmo de crecimiento económico actual, en el año 2020 podría haber 25 millones de personas con este tipo de contratos en Reino Unido. Es muy posible que el mercado laboral se radicalice, con trabajadores con habilidades medias y bajas compitiendo por más horas, bien sea en la modalidad cero o como autónomos, y las empresas requiriendo completa flexibilidad y paga muy reducida. Los contratos fijos a tiempo completo serían solamente para una minoría y los mandos altos. Hay ya empresas, como Sport Direct, que solamente tienen al 10% de la plantilla con contratos regulares.

Fuente: La celosía

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