Un centenar de científicos exigen a la OMS la eliminación de plaguicidas altamente peligrosos

Un centenar de científicos exigen a la OMS la eliminación de plaguicidas altamente peligrosos

“Es un negocio de 50.000 millones de dólares en manos de seis empresas”, denuncia Javier Souza, presidente de PAN International, red de Ongs que lidera este llamamiento
31 Octubre 2015

Un total de 118 profesionales de la salud y toxicólogos de África, Asia, las Américas, Australasia y Europa han escrito a los directivos del PNUMA, la FAO y la OMS para exigir que se ponga fin al uso de plaguicidas altamente peligrosos. La carta (ver enlace más abajo) señala que las cifras oficiales, que sugieren que 200.000 personas mueren a causa de los plaguicidas cada año y que 25 millones de trabajadores agrícolas sufren envenenamiento agudo por plaguicidas, son graves subestimaciones.

Más delante indica que se usan plaguicidas en más del 33% de los suicidios en todo el mundo. Destaca las debilidades de las actuales regulaciones y evaluaciones de riesgo en materia de plaguicidas y manifiesta que “existe una incertidumbre inaceptable en la identificación de los niveles seguros de exposición a los carcinógenos, las toxinas reproductivas, las toxinas del neurodesarrollo y los perturbadores endocrinos”. Y concluye que “las directrices regulatorias actuales son insuficientes en lo que respecta a los efectos peligrosos tales como inmunotoxicidad, perturbación endocrina y toxicidad reproductiva postnatal”. La solución al problema, según este grupo de expertos internacionales, es la eliminación mundial de los Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAP), poniendo fin a su producción y su uso.

Durante la celebración de la IV Conferencia Internacional sobre la Gestión de Productos Químicos (ICCM4) en Ginebra, Pesticide Action Network (PAN) International, red de más de 600 Ongs que lidera esta petición de los científicos, ha presentado ‘Sustitución de Productos Químicos con Biología: La eliminación gradual de plaguicidas altamente peligrosos con la agroecología’. El libro  fue escrito para responder a las preocupaciones de los responsables políticos de todo el mundo que se enfrentan a la necesidad de reemplazar el uso de Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAP) con alternativas más seguras y sostenibles. 

En 2011 se estimaba que el mercado global de plaguicidas (insecticidas, herbicidas, fungicidas, etcétera.) rondaba los 44.015 millones de dólares.“Si se tiene en cuenta que los monocultivos han crecido en todo el mundo, por ejemplo soja, arboles exóticos, caña de azúcar, etcétera y que estos solo se sostienen a partir de la aplicación de plaguicidas es posible afirmar que el mercado en la actualidad está cercano a los 50.000 millones de dólares. Es un negocio muy grande en manos de menos de seis empresas que venden sus productos en todo el mundo”, declara a La Celosía, el ingeniero agrónomo Javier Souza Casadinho, presidente de PAN International.

 “A partir de la discusión con parlamentarios en Argentina hemos encontrado una mirada muy positiva sobre los plaguicidas donde se minimiza por ejemplo el efecto en la salud”, explica Javier Souza, que subraya como en su país no existe una ley integral sobre plaguicidas. El presidente de PAN International critica que la industria ponga por delante el objetivo de producir más alimentos, generar más ingresos por exportaciones y favorecer a la seguridad alimentaria. “La industria hace todos los esfuerzos por incidir en las decisiones de los Estados. El libro ‘El mundo según Monsanto’ de Marie Robin ilustra claramente como las empresas, a partir de lo que se llama puertas giratorias, colocan a sus representantes en puestos clave de las instituciones del Estado”, denuncia este experto.

En marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), según la información que hace circular Monsanto, convocó a una reunión para evaluar los potenciales riesgos cancerígenos para los seres humanos de varios plaguicidas, incluyendo el glifosato. La IARC concluyó que el glifosato pertenece a una categoría 2A como probablemente cancerígeno para los seres humanos, una categoría que incluye las profesiones comunes como peluqueros y cocineros de frituras. “Esta conclusión está en conflicto con el consenso abrumador de organismos reguladores y organizaciones científicas de todo el mundo, como la EPA de los EE.UU, que no han encontrado evidencia de carcinogenicidad. 

Además, la clasificación 2A no establece un vínculo entre el glifosato y un aumento en el cáncer. ‘Probable’ no significa que el glifosato cause cáncer; incluso a 100 veces la exposición que ocurre cuando el glifosato es usado normalmente (como estipula la etiqueta), no representa un riesgo para la salud humana”, asegura la multinacional. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que también ha alertado sobre el informe de la IARC dará su veredicto el próximo noviembre.

Fuente: La Celosía

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