Enfoque multidisciplinar mediante grupos de trabajo participativos para la clasificación de zonas ATEX

Enfoque multidisciplinar mediante grupos de trabajo participativos para la clasificación de zonas ATEX

Martes, 9 Junio 2015

Es práctica habitual contratar la clasificación ATEX íntegramente a un consultor externo. Este proceder tiene poca implicación de las personas claves de la instalación y conlleva con frecuencia dificultades para la implantación del Documento de Protección Contra Explosiones. El Comité Electrotécnico Internacional indica en las normas de la serie IEC 60079 que la clasificación debe realizarse por un equipo multidisciplinar que incluya personas conocedoras de la instalación. Esta comunicación propone una metodología de clasificación ATEX, aplicada en dos empresas químicas en el año 2013, mediante grupos de trabajo liderados por un especialista. En ella se describen las personas clave relevantes, la información, material y herramientas requeridas así como las etapas del proceso. Las ventajas de esta metodología son: el consenso de criterios internos, la mejor adecuación a la realidad evitando la sobre o subclasificación y la facilidad de revisión de la clasificación ATEX en el futuro.

El riesgo derivado de atmósferas explosivas en ambientes de trabajo es abordado de manera similar en las diversas regiones y países del mundo. Si bien las regulaciones locales son diferentes existe una primera fase común. Ésta consiste en identificar los emplazamientos en los que se pueden generar dichas atmósferas y clasificarlos en categorías. A nivel de la Unión Europa este proceso se denomina Clasificación de Zonas ATEX (Atmosferas Explosivas) y en un entorno global se denomina Hazardous Area Classification (En el presente documento se utilizará la denominación Clasificación de Zonas ATEX, si bien se evitará las referencias a legislación local específica).

La clasificación de zonas ATEX es un proceso con cierta subjetividad excepto en los pocos casos en los que exista legislación local que imponga una determinada clasificación. Un emplazamiento puede ser clasificado de maneras diferentes en base a las normas de referencias utilizadas, a la información conocida y a las consideraciones realizadas por quienes hagan la clasificación.

La práctica habitual de muchas organizaciones es la de confiar la clasificación de zonas ATEX a consultoras o ingenierías especializadas. Esta práctica puede parecer a primera vista acertada dada la complejidad de algunas de las normas de clasificación de zonas ATEX. Sin embargo, suele dar lugar a algunos de los siguientes problemas:

  • 1. Incompletitud: Son situaciones en las que no se proporciona la información adecuada a la consultoría externa resultando en la omisión de emplazamientos, operaciones o productos relevantes.
  • 2. Divergencia: Se trata de situaciones que incurren en una sobreclasificación excesivamente protectora, o bien una subclasificación excesivamente arriesgada, poco afín a las políticas de seguridad y salud de la organización.
  • 3. Desconcierto: Son situaciones en las que los receptores de la clasificación no la comprenden dando lugar a interpretaciones incorrectas de las medidas a implantar, y/o a revisiones continuas de la documentación que imposibilitan el cierre del proyecto.
  • 4. Impracticabilidad: Son situaciones en las que la clasificación teórica y las medidas recomendadas son de difícil implantación por motivos técnicos o económicos, sin contemplar otras alternativas de reorganización de la operaciones que requieren decisiones importantes de los responsables de la instalación.
  • 5. Burocratización: Es una situación muy común en la que la clasificación de zonas es abordada como un mero requisito documental que suele conducir a la omisión de su implantación.

Las cinco situaciones anteriores comparten como causa común una comunicación deficiente entre los responsables de la organización y la consultoría especializada. La externalización completa de la clasificación de zonas suele estar motivada por una muy baja implicación de las personas claves de la instalación y suele conducir a múltiples dificultades para la implantación de las medidas de prevención.

El Comité Electrotécnico Internacional (IEC) indica en las normas de la serie IEC 60079 que la clasificación de zonas debe ser elaborada por varias personas. Estas deben ser conocedoras no sólo de las normas de aplicación, sino también de la instalación, procesos y productos y de la importancia de los requisitos de ingeniería eléctrica que se derivan de la clasificación.

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