Seguridad y salud en el trabajo del sector de la construcción. Caso Armenia-Colombia

Seguridad y salud en el trabajo del sector de la construcción. Caso Armenia-Colombia

Martes, 30 Diciembre 2014

Los trabajadores de la construcción se encuentran expuestos en su trabajo a una gran variedad de riesgos para la salud. La exposición varía de oficio en oficio, de obra a obra, cada día, incluso cada hora. La exposición a cualquier riesgo suele ser intermitente y de corta duración, pero es probable que se repita. Un trabajador puede no sólo toparse con los riesgos primarios de su propio trabajo, sino que también puede exponerse como observador pasivo a los riesgos generados por quienes trabajan en su proximidad o en su radio de influencia. Este modelo de exposición es una de las consecuencias de tener muchos patronos con trabajos de duración relativamente corta y de trabajar al lado de trabajadores de otros oficios que generan otros riesgos. La gravedad de cada riesgo depende de la concentración y duración de la exposición para un determinado trabajo. Los riesgos de los trabajadores de la construcción suelen ser de cuatro clases: químicos, físicos, biológicos y sociales [1-6].

A menudo, los agentes químicos se transmiten por el aire y pueden presentarse en forma de polvos, humos, nieblas, vapores o gases; siendo así, la exposición suele producirse por inhalación, aunque ciertos riesgos portados por el aire pueden fijarse y ser absorbidos a través de la piel indemne (p. ej., pesticidas y algunos disolventes orgánicos). Los riesgos químicos también se presentan en estado líquido o semilíquido (p. ej., pegamentos o adhesivos, alquitrán) o en forma de polvo (cemento seco). El contacto de la piel con las sustancias químicas en este estado puede producirse adicionalmente a la posible inhalación del vapor, dando lugar a una intoxicación sistémica o una dermatitis por contacto. Las sustancias químicas también pueden ingerirse con los alimentos o con el agua, o pueden ser inhaladas al fumar [2].

Los agentes físicos se encuentran presentes en todo proyecto de construcción. Entre ellos se incluyen el ruido, el calor y el frío, las radiaciones, las vibraciones y la presión barométrica. A menudo, el trabajo de la construcción se desarrolla en presencia de calores o fríos extremos, con tiempo ventoso, lluvioso, con nieve, niebla o de noche. También se pueden encontrar radiaciones ionizantes y no ionizantes, y presiones barométricas extremas [1].

Uno de los aspectos que contempla la legislación colombiana en materia de la salud ocupacional consiste en normatizar parámetros que conlleven a mejorar las condiciones de trabajo; para ello no sólo se deben tener los medios, métodos y/o técnicas que permitan identificar cuáles son estas condiciones de trabajo, sino que además se tiene que poder valorar su grado de adecuación: desde identificar situaciones muy desfavorables que se tienen que modificar con urgencia, a situaciones donde las condiciones de trabajo, en principio, son adecuadas [7].

Desde el punto de vista del conocimiento, la realización de este proyecto permitió ahondar en las reales características de las condiciones de trabajo, particularmente la contaminación atmosférica donde los trabajadores están expuestos a agentes químicos y físicos, con la que se tuvo un mayor sustento a la hora de diseñar las recomendaciones que propendieron por el mejoramiento de dichas condiciones. Para los estudiantes del Programa de Salud Ocupacional generó espacios nuevos para las actividades de campo y la realización de actividades tendientes a la promoción y prevención de la salud ocupacional que mejoraran las condiciones de vida de los trabajadores de los sectores de estudio, especialmente a trabajadores vulnerables de bajo nivel socioeconomico que serían los mayores beneficiarios de esta investigación [8-9].

La industria de la construcción es una de las mayores del mundo. Sus logros en la reconstrucción de zonas devastadas por desastres tanto naturales como causados por el hombre, y en el suministro de energía, servicios y comunicaciones para hacer frente a las crecientes necesidades y expectativas de los pueblos de todo el mundo, ha traído grandes beneficios para la raza humana. Pese a la mecanización, la construcción continúa siendo uno de los principales consumidores de mano de obra, a menudo emplea entre el 9 y el 12 por ciento de la fuerza laboral de los países, llegando a veces al 20 por ciento [9-10].

Estudios han revelado que al clasificar a los trabajadores y las trabajadoras por antigüedad en el puesto de trabajo se observan dos grupos con mayor incidencia: los que permanecen un periodo igual o inferior a un año en su puesto y los de antigüedad entre 30 y 35 años. Entre los trabajadores con menor antigüedad en el puesto, la mayor incidencia se presenta en enfermedades osteomusculares y en segundo lugar, las enfermedades de la piel. En el grupo de trabajadores con una antigüedad de 30 a 35 años, las enfermedades osteomusculares pierden importancia. En cambio, observamos otros dos grupos de enfermedades profesionales que destacan especialmente y se presentan con una incidencia hasta 5 veces superior a la del grupo de comparación (1 a 5 años de antigüedad): En primer lugar, las enfermedades de aparato respiratorio, y en segundo la pérdida auditiva. Por ocupación destacan dos profesiones con mayor incidencia de sufrir una enfermedad profesional en el sector de la Construcción: los operadores de instalaciones industriales y maquinaria fija y los trabajadores cualificados de la industria extractiva, metalúrgica y construcción de maquinaria [11].

La ocupación de operadores de instalaciones industriales y maquinaria fija sufre una incidencia de pérdida auditiva diez veces mayor que los trabajadores cualificados de la construcción. Las enfermedades de la piel, las del aparato respiratorio y las osteomusculares presentan, entre los operadores de instalaciones industriales y maquinaria fija, una incidencia entre 4 y 6 veces mayor que en la ocupación de trabajador cualificado de la construcción. En el caso de los trabajadores cualificados de la industria extractiva, metalúrgica y construcción de maquinaria, las enfermedades que presentan mayor incidencia respecto al grupo de comparación se encuentran: la pérdida auditiva y las enfermedades osteomusculares. Los tres grupos de edad con mayores Tasas de Incidencia en los últimos años son: el de 40 a 44 años, el de 45 a 49 años y el de 50 a 54 años de edad [7]. Los trabajadores y trabajadoras entre 40 y 44 años de edad presentan la mayor incidencia entre las enfermedades osteomusculares [11].

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