Ser o tener: el dilema de la integración de la prevención en la empresa del futuro

Ser o tener: el dilema de la integración de la prevención en la empresa del futuro

Martes, 9 Septiembre 2014

A nadie se le escapa que no es lo mismo tener la prevención de los riesgos laborales (en adelante, PRL) incorporada en la empresa que ser una empresa que integra la prevención.

La PRL está integrada en una organización cuando adopta tanto medidas preventivas directas como indirectas. Las directas engloban las de orden técnico, administrativo y humano, incluidos los mecanismos de participación y consulta a todos los trabajadores, cualquiera que sea su tipo de contrato y su función dentro de la empresa. A su vez, las indirectas tienen en cuenta tanto factores internos, como pueden ser la dirección general, las inversiones, la selección de personal o la gestión de aprovisionamientos, como externos, entre los que se incluyen la gestión de la cadena de valor y las necesidades de las partes implicadas.

Por fortuna cada vez son más las empresas que incorporan la PRL adoptando estas medidas preventivas directas. Pero ¿integran la prevención?, ¿adoptan las medidas indirectas? De no hacerlo existirán factores latentes que, al no ser tenidos en cuenta, pueden acabar causando daños a la salud de los trabajadores.

El dilema de Erich Fromm está presente en las decisiones estratégicas de las organizaciones actuales. La prevención puede entenderse bien como una acción de cumplimiento legal; o bien como una cuestión ética y moral, reflejada en la planificación estratégica de la organización.

Ser una empresa que piensa en prevención y toma sus decisiones siguiendo directrices científicas y obviando apuntes de apariencia es posicionarse en el paradigma preventivo de este siglo y no quedarse en la parte visible del iceberg. Hemos de profundizar, por tanto, en el estudio y prevención de los factores latentes.

Ante la disyuntiva del ser o tener, se generan una serie de preguntas abiertas que podríamos tipificar en: ¿Por qué la prevención es tan poco activa en el campo de la investigación? ¿Por qué casi siempre sus decisiones beben de otras áreas y aplica casi por mimetismo sus métodos, sin sentido crítico? ¿Por qué parece que la PRL es más una técnica que una ciencia? La pregunta no es vana. Muchos técnicos confían más en posibles intervenciones derivadas de la experiencia y de los resultados de la minería de datos, que en trabajos contrastados científicamente.

Seguramente exista un sinfín de razones que han llevado a la Prevención a estos caminos alejados de la ciencia y más próximos a la aplicación de técnicas al uso, tal y como se hace en el departamento comercial para la gestión de relaciones con los clientes. Pero, sin dejar de lado la necesaria inteligencia en el uso de la información interna ¿hemos de reducir el interés por la seguridad y salud de los trabajadores a una simple gestión de la relación con los trabajadores? Y puesto que así parece, ¿cuál debe ser la posición de los científicos, las administraciones y los agentes sociales frente a esta tendencia al “Worker Relationship Management” (WRM)?

Uno de los problemas a solucionar es la falta de diálogo. Esta carencia dificulta el intercambio de experiencias con todas las partes interesadas en la PRL. Y no me refiero a las reuniones de salón en las que cada participante magnifica la importancia de su quehacer sin realizar un análisis crítico, ni valorar propuestas ajenas, impidiendo el aprendizaje necesario para el progreso. La interrelación es condición sine qua non, como quedó de manifiesto en los orígenes de los congresos científicos a principios del siglo XX. En estos congresos participaban científicos, y también técnicos que desarrollaban artefactos y gestionaban proyectos, sin excluir empresarios para financiarlos, ni la prensa para divulgarlos. Este intercambio crítico, interno y externo es, en mi opinión, un camino hacia el progreso.

Si la organización científica del trabajo empezó, como no podía ser de otra manera, de forma tosca y casi ofensiva - basta con recordar sus orígenes basados en los sistemas de organización militares comparando entre personas y animales - la organización científica de la prevención aún balbucea de forma temerosa y dubitativa.

En la actualidad, con la ingente capacidad aportada por el conocimiento de profesionales tales como médicos, psicólogos, ingenieros, toxicólogos... que viven por y para la prevención, creemos que es el momento idóneo para dar ese salto que posicione la ciencia preventiva y nos permita generar un conocimiento en primer nivel que ayude a las organizaciones a ser sanas, seguras y competitivas.

Ahora es el momento ya que ORP 2015 nos ofrece la oportunidad de intercambiar, discutir, valorar y aportar nuestra visión para que podamos progresar constantemente, con el necesario rigor científico que nos lleve a la excelencia mediante el desarrollo de una prevención enmarcada en las nuevas posibilidades y necesidades de este siglo.

¡Os esperamos para compartir, debatir e impulsar la prevención entre todos!

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