Impacto de las TIC de PRL en la mejora de la competitividad

Impacto de las TIC de PRL en la mejora de la competitividad

Martes, 22 Julio 2014

Casi nadie duda que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) sean uno de los pilares principales de la sociedad de nuestros días. Usamos dichas tecnologías a diario, tanto en nuestra vida social como en el ámbito laboral, mediante el uso de teléfonos inteligentes conectados a internet, el uso intensivo de ordenadores personales y la participación en redes sociales, portales colaborativos, etcétera.

En el ámbito laboral, el uso de las TIC no es nuevo. Desde hace años existen sistemas de gestión que permiten la optimización de procesos indispensables en cualquier organización como son la gestión de nóminas, la facturación, la contabilidad, etcétera. En cambio, existen otras áreas de la empresa que están más descuidadas en cuanto a la integración de las TIC, como es el caso de la prevención de riesgos laborales.

La competitividad de las empresas se basa en una optimización de todos sus procesos, tanto los que forman parte de las actividades primarias de la cadena de valor, como las denominadas actividades de apoyo, (Michael Porter1), donde muchos emplazan la gestión de la prevención de riesgos laborales. Dicha optimización suele darse con la mejora de las condiciones de producción, con la innovación en los procesos y, en muchos casos, con la introducción de las TIC para la mejora en procesos susceptibles de ser automatizados o simplificados.

Hoy en día en casi ninguna organización nos vamos a encontrar con que el empresario gestiona sus facturas, las nóminas o las comunicaciones con sus clientes o proveedores usando sólo papel y bolígrafo o incluso el uso de simples paquetes de ofimática. Estos procesos, que en el caso de organizaciones pequeñas casi siempre se externalizan, se gestionan con sistemas de información que combinan productos software específicos para cada proceso con sistemas de telecomunicaciones que permiten la difusión de dicha información casi en tiempo real entre los diferentes actores que intervienen en cada caso (empresa, trabajadores, gestorías, gobiernos…).

No obstante todo lo anterior, sí que nos encontramos con un gran número de empresas, no sólo pequeñas, sino también medianas y grandes, en el que la prevención se gestiona sólo mediante hojas de Excel y documentos de Word, sin siquiera ser accesible por gran parte de los interesados en la propia organización.

Este modelo, llega incluso a la gestión sólo en soporte papel en aquellos casos en que la organización opta por la externalización del servicio mediante un Servicio de Prevención Ajeno, el cual acaba entregando periódicamente informes de la situación de la empresa en lo que se refiere a la evaluación de riesgos y la planificación preventiva en formato impreso.

La principal consecuencia de estos modelos de gestión, ya sea mediante el uso exclusivo de papel o bien mediante el simple uso de la ofimática, es que dicha información no se integra en la organización, con el consiguiente riesgo de producirse accidentes y la pérdida de la inversión realizada en la redacción de dichos informes por el escaso impacto que después acaba teniendo en la organización. En un segundo nivel tenemos que en muchos casos el esfuerzo realizado en materia de PRL en la organización se pierde, necesitando volver a realizar dicho esfuerzo de forma periódica.

Finalmente, la organización puede acabar sufriendo pérdida de competitividad por las consecuencias derivadas de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que todos conocemos, es decir, paradas en la producción, pérdidas de jornadas de trabajo, etcétera.

Un estudio realizado por SABENTIS, refleja los beneficios del uso de las TIC, tanto en la mejora de la competitividad de las empresas, como en la reducción de la siniestralidad laboral y la mejora de las condiciones de trabajo. 

 1. Michael Porter: Competitive Advantage: Creating and Sustaining Superior Performance (1985)

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