Internacionalizar los servicios de prevención de riesgos laborales

Internacionalizar los servicios de prevención de riesgos laborales

Martes, 4 Febrero 2014

Si bien es cierto que hace más de 17 años de la publicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y de haberse iniciado un nuevo camino de mayor rigor sistémico y exigencia en materia de Seguridad y Salud Laboral, no hemos avanzado lo suficiente para generar cultura preventiva en el mundo empresarial, aquella que permita crear los mecanismos de gestión necesarios para que el debate técnico no entre en conflicto con el debate empresarial. No obstante, aunque la cultura preventiva en la sociedad sea limitada, somos conscientes de que hemos aprendido de los errores propios de una manera formalista y burocratizada de trabajar de muchos servicios de Prevención de Riesgos Laborales y entidades auditoras, que ineludiblemente hemos de corregir. También hemos de tener en cuenta las limitaciones de una reglamentación amplia y compleja que han favorecido que la prevención se viera como algo costoso y no como un elemento generador de valor. Venimos de una sociedad, ahora en crisis, en dónde casi todo se media por el afán de lucro y el beneficio monetario inmediato; una sociedad donde el valor del trabajo se ha ido desvalorizando gradualmente y que necesariamente por el bien común habrá de recuperar. ¿O es que existe organización que pueda tener futuro alguno si todos sus miembros no son competentes y no se sienten respetados con dignas condiciones de trabajo para generar un sentimiento de pertenencia con el que poder dar lo mejor de sí? Evidentemente, no.

Al analizar la matriz del actual sistema preventivo español creo sinceramente que hemos llegado al final de una etapa, al límite de su marco lógico en el que se concibió por sus legisladores. Nos encontramos ante la rica experiencia de un trabajo realizado con ilusión y con fe en nuestras capacidades, pero con múltiples dificultades y que la coyuntura actual ata de manos y pies. Podríamos decir que se ha acabado el margen inicial de maniobra al consolidarse el propósito que tenía la Ley de Prevención como objetivo general, al alcanzarse los objetivos específicos a través de las actividades principales para llevarlos a cabo. Se fijaron indicadores y se han logrado resultados. Los indicadores de siniestralidad se han reducido sustancialmente, el 45% en los últimos diez años. La mayoría de empresas disponen de órganos formales de la prevención, de evaluaciones de riesgos y las correspondientes planificaciones preventivas, etc. Otra cosa es que todo ello sea realmente efectivo, pues muchos aspectos de las condiciones de trabajo se han ido endureciendo paulatinamente y lamentablemente lo seguirán haciendo. ¿Es posible entonces que la Prevención en España haya llegado a su primera meta, que se haya acabado una etapa?

Nuestro sistema preventivo no es ni malo, ni obsoleto; es un buen sistema de gestión mejorable pero que ha entrado en un proceso de desaceleración continuo que la coyuntura económica condiciona y que no se detendrá hasta que se produzcan cambios de diversa índole, unos más conceptuales y culturales para asumir la importancia de las personas y sus condiciones de trabajo para el desarrollo de cualquier proyecto empresarial sólido, y otros normativos, en la manera de poder prestar los servicios de prevención de riesgos laborales. Se creó un marco normativo muy cerrado y de carácter administrativista. 

Nuestro mercado interno está hoy vallado y ha dejado de ser competitivo. La crisis económica y financiera puede provocar a corto y tal vez a medio plazo una pérdida de la consciencia preventiva por la falta de inversión empresarial e institucional. Tal vez aflore una nueva corriente de productividad a bajo coste. La prevención de riesgos laborales puede pasar en muchas empresas, como está sucediendo, a un segundo plano, y en otras se padecerá un retroceso importante en la generación de cultura preventiva. El empresario necesita margen de movimiento en el marco normativo, necesita invertir en algo que le genere valor y necesita rentabilidad para obtener crecimiento. Ante ello, si queremos que la Prevención de Riesgos no se contraiga, se necesita liberalizar el mercado y demostrar que también es valor estratégico igual que lo fuera en su día la calidad.

Las empresas para ser competitivas y ganar cuotas de mercado deberán trabajar para tener una organización bajo estandartes de calidad de reconocido prestigio, trabajar para ser organizaciones superiores que tengan liderazgo participativo, que desarrollen estrategias acertadas y busquen alianzas, que se orienten a resultados respecto a los trabajadores, los clientes y la sociedad, armonizando intereses personales y colectivos. Los servicios de prevención de riesgos laborales deberán expandir sus competencias y utilizar metodologías preventivas acordes a los estandartes de las organizaciones que buscan la excelencia en el servicio.

En la última década un gran número de empresas se han acomodado aplicando una estrategia de negocio que ha contribuido a extinguir el valor del esfuerzo, el valor de querer hacer las cosas de la mejor manera posible. Su prioridad ha sido la de trabajar para obtener la máxima rentabilidad con el menor esfuerzo. Pero los años de bonanza, de confort, de ganar dinero fácil se han acabado y es el propio mercado quien actúa y favorece la desaparición de aquellas organizaciones que no se han especializado y estructurado para ser competitivas, responsables, serias y con una estrategia orientada a resultados.

Sin menoscabo que hayamos de permanecer moralmente aquí ayudando a las empresas a sobrevivir y a mejorar su eficiencia, su competitividad y su “salud organizacional”, tal vez sea la hora de la internacionalización, la de salir al mercado exterior. La necesidad de la internacionalización se fundamenta en dos motivos básicos, el primero por la situación de crisis económica y financiera que estamos viviendo, con una perspectiva de recuperación a largo plazo; el segundo, por la posibilidad que se nos abre de exportar una valiosa experiencia en la transformación de organizaciones que hemos validado, y que por suerte unas cuantas organizaciones en nuestro país han entendido bien, enlazando plenamente competitividad y responsabilidad, siendo la Prevención de Riesgos Laborales una de las primeras y esenciales responsabilidades empresariales.

Existen sociedades emergentes en crecimiento como Argentina, Perú, Panamá y Chile, entre otros, dónde sus sistemas capitalistas incorporan elementos de la sociedad del bienestar y dónde muchas de sus empresas enlazan la competitividad con la responsabilidad empresarial teniendo como carencia la Seguridad y Salud Laboral, pudiendo ser ésta una de las columnas vertebrales para que estas organizaciones puedan ser superiores. Estos países han configurado un modelo económico abierto, dinámico y disponen de reglamentación en Seguridad y Salud laboral, pero en dónde el mercado no está vallado y necesita de nuevos operadores que puedan aportar experiencia y conocimiento en la implantación de sistemas eficaces de gestión de la prevención de riesgos laborales.

En España aquellos servicios de prevención de riesgos laborales que no han hecho bien sus deberes se han encontrado expulsados de la zona de confort y han sido y son arrastrados a la zona de pánico por la fuerte corriente de la crisis actual. Las organizaciones preventivas deben buscar un nicho de negocio en los países emergentes, modernizarse y pasar a ser organizaciones competentes ante un libre mercado, dejando a la mínima expresión lo formalismos y la burocracia de nuestros sistemas preventivos para abrir la puerta al cambio y encontrar nuevas oportunidades de negocio.

La internacionalización permite dejar atrás los sentimientos arraigados que nuestro sistema, inconscientemente ha generado. El nuevo enfoque debe crear una prevención que no sea vista como una amenaza, que no se encuentre fomentada por lo que se ha considerado una persecución de la autoridad laboral. La autoridad laboral en muchos de los países del cono sur es más colaboradora que ejecutora de sanciones, lo que conlleva que los empresarios son más receptivos para generar cultura preventiva. La implantación del sistema de gestión preventiva puede generarse de forma distinta. 

En un país dónde el sistema preventivo no está instaurado y dónde no existen fallos porque no existe aun sistema, es el lugar dónde el mercado deja la posibilidad de abrir un gran abanico de decisiones que sean capaces de marcar la creación de un sistema preventivo eficaz que se encuentre arropado por el marco legal existente, permitiendo el desarrollo futuro de una excelente prevención de riesgos laborales.

La internacionalización de la prevención en los países emergentes ofrece nuevas modalidades de contratación dónde la estructura de las consultoras de prevención tengan un coste relativamente bajo y una considerable rentabilidad en la actividad a desempeñar.

Es un buen momento para internacionalizar la prevención y sus estándares en las sociedades capitalistas en desarrollo evitando los errores cometidos y realzando las ricas experiencias aportadas por los buenos sistemas que hemos desarrollado.

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